La residencia de Mensajeros de la Paz se hizo cargo de la mujer, que recibió golpes en todo el cuerpo
Aparece una anciana agredida con fuertes contusiones en cara y ojos
Mensajeros de la Paz acogió el pasado domingo por la noche a una mujer de unos sesenta años que había sido maltratada y que presentaba numerosa
Una imagen de archivo de la residencia que regenta Mensajeros de la Paz en lo que fue el seminario
La historia comenzó el domingo por la tarde, cuando la mujer fue vista en un establecimiento de hostelería de La Bañeza a media tarde. La aparatosidad de los golpes que presentaba en la cara, llevaron a un empleado del local a interesarse por su estado. Ante las preguntas del camarero, la afectada optó por marcharse del lugar, al que volvería posteriormente. Según quienes la vieron en el local, se trataba de «una persona mayor, de unos sesenta años, que vestía una chaqueta, una bata de color azul claro y zapatillas de estar en casa». En su vuelta a la cafetería, los empleados pudieron saber que «había llegado a La Bañeza en el coche de línea» y que, según apuntó, la hinchazón y los moratones en la parte superior de la cara se debían a una caída. No se observó en la mujer síntomas de pérdida de memoria, según quienes hablaron con ella. Fueron unos clientes del bar quienes telefonearon al puesto de la Guardia Civil en La Bañeza. Los agentes del cuerpo de seguridad se hicieron cargo de la mujer y la auxiliaron en todo momento, trasladándola al centro de salud y a la residencia. Aparatosas agresión Según el director de este centro, Manuel Castro, la anciana «pasó la noche y parte de la mañana del lunes en el centro», donde le facilitaron una cama para pasar la noche y le sirvieron cena y desayuno. Castro señaló que las contusiones que presentaba «no revestían gravedad, pero sí eran de aspecto aparatoso» y, posteriormente, en el reconocimiento médico que se le efectuó se comprobó que existían contusiones en otras partes del cuerpo. La mujer recibió atención médica «sin que fuera necesario trasladarla a un centro hospitalario», explicó Castro. Al día siguiente, el lunes pasado, desde la residencia de la ONG se informó a la Guardia Civil sobre el estado de la atendida y se dio parte a los servicios sociales de la zona, que se hicieron cargo de ella «a fin de realizar un examen de tutela» y trasladarla a un centro de acogida en Ponferrada. Castro explicó que de las conversaciones que se mantuvo con la mujer se deriva «que haya sido maltratada con frecuencia» y que «ante un caso como éste, de emergencia social, es nuestra obligación atender al afectado como norma moral». Ayer no se pudo determinar si los maltratos a esta mujer se produjeron en el ámbito familiar o fueron consecuencia de otras circunstancias.