Tres encapuchados asaltan a una mujer y su hija en su propia casa

Dos vecinas de Veguellina de Órbigo, madre e hija, se llevaron el mayor susto de su vida el pasado miércoles al ser asaltadas en su propia casa por tres encapuchados, que tras llamar a la puerta las asaltaron y golpearon sin consideración obligando a ambas a tener que acudir al Hospital de León para ser atendidas de heridas múltiples de consideración. El suceso tuvo lugar a primera hora de la noche del miércoles, en el domicilio del propietario de la Carnicería Requejo de Veguellina de Órbigo. Tres hombres encapuchados, enfundados en monos azules de trabajo y pertrechados con guantes y palos llamaron al timbre de la vivienda del propietario del establecimiento, que se encuentra sobre éste negocio. La hija del dueño abrió la puerta confiada de cualquier peligro; estos la trataron de reducir, tanto a ella como a su madre, que también se encontraba en casa -su padre había salido hacia el bar tras cenar para tomar café tras la jornada de trabajo-. Ambas ofrecieron resitencia al intento de robo, por lo que los tres individuos las golperon. A la joven, de poco más de 20 años acabaron dejándola incosciente en el suelo a base de golpes para «limpiarse» el camino de obstáculos hacia el botín que pretendían obtener: la recaudación de la caja del negocio familiar. Huida por la terraza Cuando la joven recuperó el conocimiento logró saltar a la terraza y dar aviso a sus tíos, que viven en la planta superior, y que, al encontrarse con los desconocidos, también habrían sido atacados. Los encapuchados accedieron a la carnicería y se llevaron un botín de sólo 300 euros. Un escaso botín que seguramente los asaltantes encapuchados esperaban mayor, si se tiene en cuenta el despliegue y la crueldad que emplearon y que las fuerzas de seguridad consideran que puede haber sido el móvil del atraco, aunque no desdeñan ninguna hipótesis. El padre de la joven, que tuvo que ser atendida de urgencias junto a su madre de multiples contusiones y hematomas por todo el cuerpo y la cara, realiza otras actividades relacionadas con el sector hostelero y el de la construcción. Tras el asalto, los agresores abandonaron el lugar de los hechos en un vehículo marca Audi sin que las víctimas, o al gún testigo posible, pudieran reconocer la matrícula. No se descarta que se tratase de mercenarios contratados. No dejaron huellas gracias a los guantes ni ningún tipo de resto que pueda facilitar su identificación, que será difícil puesto que al actuar enmascarados impedirán que las víctimas puedan identificarlos por sus rasgos faciales. Difícil investigación Aparentemente los agresores tenían tan bien preparado el asalto que incluso esperaron a que el padre saliera de casa para perpetrarlo; y lo hicieron con tal sigilo a pesar de la brutalidad que los vecinos del inmueble ni siquiera se enteraron. La Guardia Civil ha abierto una investigación para tratar de dar con ellos a pesar de las escasas pistas que dejaron: la única consistente, a falta de huellas o retratos robot siquiera es la de identificar y localizar el vehículo en el que huyeron.