El efecto de la «z»

QUERIDO hermano: Una vez que hemos pasado los tragos electorales es tiempo de asueto, que las calores aprietan, y donde mejor se está es bajo la nogala con la compañía de un buen libro y de vez en cuando la vista al horizonte. Disfruta, pues, los días buenos, que según el zaragozano , dogma de fe en más de cuatro repisas, vamos a tener un verano movido. Te diré hermano, Astorga del 7 al 10 del próximo se va a convertir en la capital del español. Desde la Universidad leonesa, alguien ha tenido la idea de programar un curso de verano con este sugestivo tema: Curso introductorio a la enseñanza del español como lengua extranjera . Una de dos, hermano, o está dirigido a los muchos guiris que por aquí deambulan ganando la compostela, o se orienta a nosotros, los nativos que tenemos resabios del viejo dialecto leonés; la tercera posibilidad es que se traigan un cargamento de suecas que no es mala idea. Puede ocurrir lo que con los programados el pasado verano, y el anterior; falta de matrícula y suspensión del curso, Dios no lo quiera; si no hay imponderables de por medio que cuenten con un oyente. Por aquí andamos azacaneados con lo del jacobeo; los amigos del Camino han dejado el albergue hecho un san Luis de guapo, que pocos habrá tan chulos en todo el trayecto; y encima ahorran pasta, por lo que vale la pena hacerse socio y ayudarles. Aparte está lo de la proliferación de las guías y folletos que sobre el asunto paren las instituciones, que parecen cigüeñinos en trance de echar a volar; claro que algunas mejor se quedaban en los almacenes, aunque como dice Nolete, que lo veo muy apagado últimamente, déjalos que escriban, que algo queda. Mira, la Junta ha sacado una de bolsillo, mona, cómoda y útil no lo niego; eso sí, para un buen marchamo tiene el asesoramiento de catedráticos vallisoletanos, que eso mola. Así como quien no quiere la cosa trastierran la presa de la Tierra a Villavante, ignorando que aquella es la Cerrajera; sobre Puente de Órbigo que fue el medieval Puente del Agua pasan de puntillas, asignándolo como «en las cercanías de San Martín», o escamotean Calzada; comienzan la edificación del palacio de Gaudí dos años antes; citan la Ergástula sin anotar su Museo Romano, olvidan el de la Catedral; a Rabanal, será por lo del Calixtino, le adjudican varios hospitales, cuando sólo existió el de San Gregorio, según documentos; y menos mal que dejaron de lado lo de la casa de Felipe II y su presunta pernocta. Con guías apropiadas, escuetas, del Camino Francés, la Vía de la Plata, el del Norte, obsequia Correos; aunque algún parrafillo parece calco de la anterior; por ejemplo lo del palacio de Gaudí. Lo cual es pecata minuta. Pero en esto de los escribidores, la perla no es jacobea, hermano. Aparece en una de esas revistas semanales que se merece un repaso; espero se lo den desde donde deben. La tal revista ha sufrido el efecto Letizia, el efecto z, al tratar sobre la denominación específica de la cezina -así con z- . Lo cual en la pronunziazión pues nada, ni te enteras, pero a la vista te suelta una leche como si toda la vaca te cayera enzima. Transcribo: «Cezina. ... la más consumida y conocida es la que procede del cerdo -la negrita es mía, y sin z, craso error- aunque también se elabora con carne de vacuno e incluso de caballo o de ciervo» -también sin z-. Trabajo extra para el consejo regulador, que tendrá que salvar su reputazión, invitarles a una degustazión para que caten las excelenzias de la zezina y poder reproduzir en su publicazión que es carne de res vacuna, curada al humo y salada, nada más; buena para la alimentazión y cuya capitalidad reside en la ziudad de Astorga. Y que no confundan las témporas con la zezina .