Se evaluará la posibilidad de aprovechar el actual edificio en la reconstrucción o hacer uno nuevo
El director de Feve decidirá sobre el terreno el futuro de la estación
La Guardia Civil sigue investigando sobre la posible autoría de los hechos, pero no se pronuncia todavía
El director general de Feve. Manuel Acero, se desplazará a La Robla para valorar in situ las consecuencias del incendio que el pasado lunes arrasó la estación de La Robla, con el objeto de determinar si es necesario derruir el inmueble o se puede recuperar su armazón central. Los hechos tuvieron lugar a las dos de la madrugada del pasado día 16. Las fuerzas policiales recibieron una llamada de alerta sobre la aparición de un importante foco de llamas en el tejado del inmueble, tras lo cual, procedieron a solicitar la colaboración del cuerpo de Bomberos de la capital, que después de cuatro horas de trabajos arduos, consiguieron sofocar las llamas, si bien, hubo un momento de alarma en torno a las 16.00 horas, cuando se reavivaron parte de los focos secundarios, aunque finalmente la situación quedó controlada. Las dos principales hipótesis en las que se trabajan refieren la aparición de elementos accidentales a la hora de provocar las primeras chispas (no se cita de forma expresa, pero la referencia indirecta a un cortocircuito estaba patente en el aire) y una segunda más sólida, aunque carente de confirmación, según la cual, una persona, sin que se pueda acertar a conocer los motivos reales, corrió con la autoría de las primeras llamas, que se propagaron después con celeridad. Los técnicos de momento no se han puesto de acuerdo a la hora de determinar si efectivamente será necesario demoler el inmueble, o si por el contrario, se podrá llevar a cabo una labor de reforma que pueda dejar la mayor parte de la estructura exterior en el mismo estado en el que se encuentra. Con mucho encanto Se trata de no perder parte del encanto que atesora la vieja estación, en torno a cuyas instalaciones se rodaron películas como Sor Citröen, un clásico de finales de los años sesenta, que llevó a la localidad a la fama a través de la pequeña pantalla. La conmoción inicial ha dejado paso a la preocupación por lo sucedido en las horas posteriores. Ahora, se buscan soluciones para el futuro más inmediato..