Diario de León

Otra forma de hablar al público

La compañía francesa Cirque Hirsute monta en La Bañeza un espectáculo de acrobacias con el que quiere comunicar al público una historia que se estrenará en Madrid Los diferentes trapeci

Una cómoda suspendida del techo sirve de decorado y de trapecio

Una cómoda suspendida del techo sirve de decorado y de trapecio

Publicado por
A. Domingo - la bañeza
León

Creado:

Actualizado:

?ocos imaginan que una nave que se utilizó como almacén de legumbre se haya convertido en un pequeño teatro, con sus actores, su director, su tramoyista, sus bambalinas y un enorme perro que vigila, aunque parezca dormitar, los ensayos de una compañía circense que actúa en el Teatro Albéniz de Madrid los próximos 31 de octubre y 1 de noviembre, dentro del Festival de Otoño de esta autonomía. Se trata de los ensayos de Cirque Hirsute, un dúo de trapecistas-actores que actuó este verano en el Festival de las Artes del Circo de La Bañeza y que ensaya desde hace dos semanas en la ciudad, gracias al apoyo que ha conseguido del Ayuntamiento, que paga sus gastos de estancia. El espectáculo se titula Bal Caustique ( Danza cáustica )-en su versión de sala, más teatral que la de calle, que se vio en La Bañeza- y un equipo de cuatro personas -los actores Daniel Gaumet y Mathilde Sebald, de 25 y 24 años, respectivamente, el director, Marcus von Wachtel, y el técnico de montaje Florent Fosst, hilvanan ahora las escenas de una obra al más puro estilo de Baudelaire: la relación entre una rica heredera pasada de rosca por las drogas y su sirviente, que se desarrolla entre las más complicadas piruetas sobre el trapecio, las cintas aéreas y una cómoda que, sin patas, pende del techo y marca el tempo de algunas escenas, cuando se balancea como un péndulo. Ejercicios que hablan Un aspecto fundamental en el drama es la música, muy francesa, de canciones cabaré, con el piano de fondo, acariciando la quebrada garganta de una estrella venida a menos o de segunda fila. Su canto da pie al baile de Mathilde Sebald en el trapecio fijo y recuerda un ambiente cargado de tabaco, de mentes poco borrosas por el alcohol. La trapecista juega con el elemento, a veces arriba, a veces abajo, simbolizando una falta de estabilidad emocional, siempre pendiente de los hilos de los sentimientos. Como un títere se presenta Daniel Gaumet cuando trabaja con las cintas. Liado en el argumento de su vida, se enrolla como una madeja para, después, soltarse y saltar de lado a lado del escenario, como si se balanceara una marioneta. Las cintas, los hilos que le atan, son los que, sin embargo, le permiten esa autonomía. Acaso son el precio o la premisa de su libertad. En cualquier caso, sólo son dos breves episodios de su espectáculo. Los bañezanos tendrán la posibilidad de verles ensayar a finales de mes, antes de su marcha a Madrid, como contrapartida a la hospitalidad que les ha ofrecido el Ayuntamiento.

tracking