Hay que tener ganas de problemas

LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO en Laguna de Negrillos en los últimos años entorno a la ermita del Arrabal está rayando ya el surrealismo más absoluto. No voy a entrar yo aquí en quien tiene razón en cuanto a la propiedad del templo, si el Obispado o los vecinos de Laguna. Eso es algo que determinarán los tribunales y parece que será un proceso largo. Pero hay que tener ganas de meterse en problemas por parte de la jerarquía eclesiástica. No llego a entender por qué de repente se suprimen los actos tradicionales, o la mayor parte de ellos, en la ermita cuando surge el enfrentamiento. ¿No hubiera sido más inteligente seguir realizando todos los ritos normalmente mientras los jueces decidieran? Parece una actitud caprichosa y casi me atrevería a decir que vengativa. ¿Cuál hubiera sido el problema si cuando los padres piden que su niño sea bautizado en la ermita, el sacerdote accede, como había sucedido en otros casos anteriores a la problemática? ¿Qué hubiera perjudicado eso al litigio? Creo que nada. La negativa, sin embargo, no ha hecho más que encender aún más una mecha que parecía llevar meses casi sofocada. Esto no hará más que traer a la actualidad y reavivar un enfrentamiento que ha vivido momentos muy duros. No está la Iglesia como para ensuciar su imagen pública.