Diario de León

Coyanza La vía, incluida en el plan de la Junta 2008-2020, no cuenta con ninguna partida inmediata

Gradefes exige el arreglo urgente de la LE-213 y controles de velocidad

Ferreras denuncia que los coches pasan a más de 90 km/h por los pueblos cuyo límite es de 50

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María Carnero - redacción
León

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La alcaldesa de Gradefes, Ana Ferreras, ha vuelto a insistir en la urgente necesidad de acometer las obras de ensanche de la carretera LE-213, que une la localidad con Puente Villarente. El arreglo de esta vía está incluido en el Plan Regional de Carreteras de la Junta de Castilla y León para el periodo 2008-2020. «El hecho de que el proyecto ni siquiera se haya sometido a estudio, ni tenga ninguna partida en los presupuestos del 2009 nos hace persar que para la Junta no es prioritaria esta obra, en contra de lo que pensamos los vecinos de esta zona de León, que nos enfrentamos cada día a una carretera que sufre una importante densidad de tráfico, y que no reúne las condiciones mínimas de seguridad», matizó Ana Ferreras. En este sentido, la regidora argumentó que la carretera requiere un ensanche de siete metros como mínimo, ya que a penas se pueden cruzar dos vehículos en la vía, y no hay arcén que garantice la seguridad de viandantes o ciclistas. Por este motivo, la alcaldesa socialista exige a la Junta de Castilla y León que tramite de manera urgente esta importante vía de comunicación, que conduce a lugares tan emblemáticos como el monasterio de Gradefes, el de San Miguel de Escalada, o el de San Pedro de Eslonza, y que concluye en la N-625, que une León con Cistierna. Otra de las reivindicaciones de la alcaldesa de Gradefes es la puesta en marcha de un plan de seguridad vial en la zona, que contemple la instalación de controles de velocidad dentro de los pueblos por los que pasa la carretera. Es el caso de Villarmún, Santa Olaja, Cifuentes y Gradefes, localidades en los que el límite de velocidad es de 50 y por donde los coches pasan a una media de 90 kilómetros por hora. Ferreras comentó que este hecho preocupa en gran medida a su corporación municipal, ya que se «trata de zonas en las que los vecinos, mayormente ancianos, se ven nobligados a cruzar constantemente por la carretera para hacer su vida normal, y que se juegan la vida por culpa de conductores que no respetan las señales que indican la entrada en un núcleo urbano». La solución a este problema pasaría por instalar controles de velocidad, como señales luminosas, pasos elevados o semáforos disuasorios. Por otro lado, la alcaldesa se lamentó de que finalemente la autovía prevista entre León y Valladolid no contemple un enlace con la LE-213, después de las reclamaciones formalizadas desde su ayuntamiento, y que ni siquiera han tendido respuesta. Aunque es consciente de que ya es demasiado tarde para presentar más alegaciones al proyecto, cuyas obras comenzarán en breve, Ana Ferreras se ha comprometido a «seguir luchando para que el municipio no se hunda en el pozo del olvido» y ha asegurado que «por culpa de las malas gestiones de alcaldes anteriores nos hemos quedado sin enlace y sin otras muchas obras».

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