Diario de León

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En lo que los técnicos resuelven si hay forma de añadir el neopreno al tejido de las túnicas o si el Gore Tex tiene cabida en la tradicional sarga de las cofradías más multitudinarias (eso, por no mencionar el valor penitencial extra que comporta para el gran público aguantar impávido hora y pico viendo procesiones en ambiente de Estación de San Isidro) a la Semana Santa se le asoma hoy al calendario uno de los actos leoneses por excelencia.

A las puertas del Locus Apellationis de la Catedral, José María recupera hoy la libertad. La perdió en 2016 cuando las drogas se enredaron en su camino y dio con sus huesos en Villahierro. Acababa la pena en septiembre de este año y quiere la Cofradia del Santo Cristo del Perdón que al albur de la primavera y no con la llegada del otoño cambie la penitenciaría por la penitencial. Buena cosa es.

La filosofía de la justicia moderna refiere la reinserción como meta de lo que para el catolicismo no deja de ser el perdón de los pecados.

Ordoño II obliga a cambiar la dirección del recorrido, que no el sentido del acto. Allá donde Alfonso X instauró el primer modelo de justicia para el pueblo, León se congrega esta noche, a la caída del sol (se nota el cambio de hora) para celebrar que el pueblo concede una segunda oportunidad. Es la esencia de la congregación parda de San Francisco de la Vega. Su titular implora clemencia con las manos abiertas. Es hermosa la talla de Ángel Estrada, recién cumplido medio siglo de su estreno.

Desde las ocho de la tarde, Angustias y Soledad saca a la calle la procesión mariana por excelencia. Suma a sus dos titulares la Virgen de las Lágrimas. A las tres tallas les canta la Salve el grupo Andadura a la altura de las Concepcionistas. Burgo Nuevo tiene que conformarse este año con ver pasar este cortejo, habida cuenta de que en la mañana de Viernes Santo no saldrá al encuentro de Los Pasos. Y sabe Dios si la novedad no cambiará su condición de puntual y efímera por la de definitiva.

En el interior de la Iglesia de los Capuchinos, los hermanos del Silencio hacen media hora más tarde las catorce estaciones ante las cruces penitenciales, presididos por el Santo Cristo de la Expiración, portado a hombros. El besapié subsiguiente es de esos actos que no gozan de la respuesta del gran público pero que los amantes de la esencia no pueden perderse.

Las procesiones del día:

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