Es el Padre, es el Nuestro

León se viste de Nazareno en la tierra y plata en los cielos para concelebrar la Madre de Todas las Procesiones. Sale al Encuentro la Madre Dolorosa de su hijo y del Cirineo que lo acompaña, en presencia de San Juan (que este año ha remozado su aspecto) para hacer más internacional la Semana Santa del Viejo Reino, que se llena de visitantes este fin de semana en las calles y en la plaza Mayor.

Rolaron los vientos a aires de bonanza y ahora dice la previsión que sale la procesión hasta el descanso y más allá. El infinito es el límite. Sea enhorabuena. El nombre dulce de la incertidumbre jugó a pares esta vez y perdieron los nones.

Recuperan Ordoño II, Gil y Carrasco y Burgo Nuevo el sabor de la carrera oficial. Con sillas en la más popular de las avenidas de la capital. Estupendo. Las temperaturas no serán veraniegas pero tampoco habrá que sacar la manta de casa. León, en pleno apogeo, abre su esplendor al mundo más allá de Genarín en los telediarios.

Las Siete Palabras piden también voz en el inicio de la tarde. Con ‘La Primera Palabra’ en fase embrionaria, el patrimonio de la cofradía de San Marcelo aumentará el año que viene. De momento este, toca sermón y disfrute.

El que le reserva a Minerva el Santo Entierro. Lo que el Miércoles Santo no había unido, que no lo separe ahora el hombre. Marcha la Real Cofradía de San Martín por el recorrido de los años impares desde las carpas de la plaza del Grano que a media semana albergaron alguna lágrima furtiva y que hoy hacen sonreir a la penitencial de negro y morado. El Cristo de Afuera tiene reservada una ofrenda y una Plegafia Floral en la calle de la que toma el nombre la oración, y vuelve luego al empedrado renovado y rememorado de donde la tradición vio salir años ha el cortejo.

El Desenclavo se adueña de la tarde del sábado, el último que es santo, el primero que es de gloria. En la Puerta del Perdón de San Isidoro el señor baja los brazos y la cofradía sube los ánimos. El camino a la resurrección no ha hecho más que comenzar. Jesús Divino Obrero guarda La Soledad para sólo el nombre, que dentro estará acompañado por Las Siete Palabras y fuera por una multitud ávida de vivir los penúltimos estertores de una Semana Santa que apenas comenzó anteayer (es un decir) y que en dos suspiros más se acaba.

Antes, El Sepulcro se abre un ‘Camino de la Luz’ en la tarde que no quiere aún ser noche y el Sacramentado innova. El piadoso Vía Lucis es una de las novedades destacadas de este año y se estrena ante San Isidoro, a media noche, cuando el Domingo y la Resurrección ya piden paseo con el cambio de hoja en el calendario. Casi todo está consumado. Pero no todo.