SEMANA SANTA EN LEÓN
El Gran Poder acoge bajo su manto a León entero
El Cristo que da nombre a la cofradía realiza una salida majestuosa y antecede a la Virgen de la misma nomenclatura, que estrena un mantón espectacular
Salida de la procesión del Gran Poder. FERNANDO OTERO
No es fácil el giro de salida a la izquierda que se hace en las Trinitarias. Pero el Cristo del Gran Poder lo ejecutó suave y limpio. Sin apenas estridencias. Como quien hace estas cosas todos los días de toda la vida. Mecido por los braceros del cíngulo de plata. Arropado por la Agrupación Musical de la cofradía. Pasaban veinte minutos e la hora de salida anunciada.
Antes, bajo el acompañamiento de la Sección Musical de Jesús Divino Obrero, habían comparecido en la calle Los Apóstoles. Lo hizo luego La Expulsión del Templo. Vino a continuación San Juan y cerró la Virgen del Gran Poder.
No hay quien eclipse a la virgen. Ni siquiera el soberbio manto nuevo. Pero es cierto que el rojo en el que se decora el trabajo, conmemorativo de la festividad religiosa del día, le da aún más fulgor.
El mismo que tiene la cofradía entera. A la misma hora en que los primeros pasos abandonaban el entono de las Trinitarias repleto de público, en la Catedral ya había decenas de personas haciendo tiempo para la llegada de la comitiva.
Y había aglomeración de público también en la zona de Varillas, donde el entronque con la calle Ancha se hizo espectacular. O al paso por la Iglesia de San Martín, ya con la caída de la tarde de fondo.