Diario de León
Noruega. La representación de los trolls se localiza en muchos y diversos puntos del territorio.

Noruega. La representación de los trolls se localiza en muchos y diversos puntos del territorio.

Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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Noruega es un país hermoso. Agua, fiordos, bosques espesos y vegetación asombran inevitablemente a quien recorre el territorio, largo y estrecho, donde las tormentas de invierno azotan las costas castigadas por la intemperie. Aunque hoy sólo puede adivinarse, por el rigor de la nieve y el hielo invernales, hace muchos años un glaciar lo cubrió por completo. Con el cambio del tiempo y la paulatina retirada del glaciar hacia el norte, los habitantes del sur fueron siguiéndolo y se establecieron en aquel país. Lo llamaron Noruega («el camino hacia el norte») y «los hombres del norte» noruegos se llaman.

Se confundieron, sin embargo, al pensar que eran los primeros en habitar este hermoso país. Las criaturas más extrañas que uno pueda imaginar vivían ya entonces en los lugares más insospechados y recónditos. Su geografía era ya, aunque por otra razón, una auténtica geografía fantástica.

Así descubrieron que en las profundas lagunas de los bosques, que, según el pensar popular no tenían fondo, vivía Nekken . O que Fossegrimen moraba en ríos y cascadas; era un auténtico maestro del violín, afinado mediante hechizos. Tanto es así, que cuentan que más de un violinista noruego aprendió de él sus melodías, que sin duda reflejan el alma de esta naturaleza espectacular. Draugen habitaba en el mar, frente a la costa norte, y más de un pescador lo vio, sobre todo durante tormentas y naufragios. Pero también vivían en las colinas, el suelo de las casas, los cobertizos y las cuadras un numeroso grupo de pequeñas criaturas que recibieron los nombres de Haugtusser , Tomter , Tuftekaller y Nisser : todos eran duendes que se sentían a gusto con los hombres y el ganado, eso sí, sólo si los hombres se portaban bien con ellos.

L os trolls —el más poderoso es Dovregubben — vivían en las montañas. En el libro que encabeza este espacio con una cita —una novela sobre el tenebroso interior de un bosque noruego— se habla de otro libro, supuestamente escrito por el profesor Horatio Tanglewood, Las criaturas del Bosque de las Sombras . De él se toman (pp. 115-116) las características de los

trolls, que «no tienen ninguna debilidad. Son pura maldad».

Estas criaturas desagradables se parecen a los seres humanos, pero con solo cuatro dedos en manos y pies. Su piel, irregular, de color azul, gris o verde, tiene propiedades especiales: puede regenerarse rápidamente si pierden cualquier tipo de miembro o sufren una herida. De larga nariz –la mujer la utilizaba con frecuencia para remover caldo o gachas al cocerse-, peludos, de pelo tieso y desgreñado, rabilargos. Los ojos, hundidos en la cara, de negro intenso. Entre dos y tres metros de altura los de proporciones más notables, podían verse incluso de dos y tres cabezas o con solamente un ojo en medio de la frente. Incluso en cabezas y narices crecían a veces árboles y musgos. Todos, eso sí, vivían cientos de años, a pesar de su frágil apariencia.

Entre las muchas cualidades, cuentan quienes los conocieron que podían cambiar de forma. No es extraño que algunas muchachas se convirtieran en jóvenes increíblemente hermosas: recibieron el nombre de Huldras (ninfas) y atrajeron a más de un cazador e inocente campesino al interior de la montaña. Simple imprudencia, al no contemplarlas por detrás, que el rabo las delata. Presente, en alguna medida, una costumbre, no sé en qué grado aceptada en la actual sociedad noruega, relacionada con esta circunstancia, merecerá algún día comentario aislado. Quede dicho, claro, que también los trolls llevaron hechizadas a bellas vaqueras al interior de las montañas.

E l punto débil de estos seres es la luz. Sólo aparecen de noche. Si no retornan a las montañas antes de la salida del sol, la luz del día los convierte en piedra.

Su furia es ilimitada. Son enemigos de todo y atacan a quien encuentran con sus garras y con la boca. Por eso es tan importante no enemistarse con ellos si quien llegue a estos caminos del norte se encuentra con alguno alrededor de cascadas, montañas —la pared de Ondalness es espacio de especial querencia—, lagunas… Posiblemente no tengan malas intenciones, pero… Eso sí, a pesar de ser espantosos, son apacibles, sobre todo ingenuos —cualidades que les dan cierto sentido de cercanía, de gracia—, y con un poco de ingenio se les puede engañar fácilmente.

Teniendo en cuenta estas notas de geografías fantásticas, quien visite Noruega entenderá ya algunas cosas. Sobre todo, la múltiple representación de estos seres en muchos y diversos puntos del territorio, convertido en el reconocimiento de otros mundos, mágicos sin duda, habitado por seres fantásticos.

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