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AL CABO DE VEINTE NOVELAS, LA RESPIRACIÓN LITERARIA DEL ACADÉMICO ÁLVARO POMBO (1939) HA ACUÑADO UN COMPLEJO UNIVERSO NARRATIVO INSCRITO EN EL REALISMO PSICOLÓGICO, CUYOS TRAZOS Y PESQUISAS RECREAN LOS ÁNGULOS DE UNA ESTIRPE FAMILIAR DISUELTA EN LA MEMORIA COMO UN ARCHIPIÉLAGO DE SOMBRAS . divergente

Las raíces familiares de Álvaro Pombo están en Villada

Las raíces familiares de Álvaro Pombo están en Villada

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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L os Pombo santanderinos descienden de una próspera pareja harinera y palentina que en 1872 y con Amadeo I recibió el marquesado de Casa Pombo. Aquel abalorio fue prolífico y tuvo ejemplares emprendedores, emparentandos con los Botín, Escalante o Polanco, en cuya alianza participan en la fundación bancaria del Mercantil, embrión del Banco de Santander. Pombo Conejo, el fundador de la saga, fue presidente del banco, alcalde de Santander y senador, figurando como «ricacho de pueblo» en los Episodios Nacionales de Galdós, entonces veraneante en el Sardinero. En realidad, fue el primer contribuyente de Santander y de Valladolid, dedicado a la industria naviera, a los hoteles y a la molienda, con fábricas de harinas desplegadas por el Canal de Castilla.

LA VOZ DEL CONFIDENTE

Los viejos mapas todavía circulantes recogen el vínculo de los Pombo, que salieron de Villada para alcanzar la prosperidad naviera en Santander, con el páramo de los Torozos. La finca de la Dehesilla se encuentra a medio camino entre Trigueros y Ampudia. Desde hace unos años, acoge un parque eólico, cuyas palas emergen sobre un encinar clareado por los descuajes agrícolas. En una mañana fría y transparente de enero de 2010, acompañé a Álvaro Pombo en su regreso a la Dehesilla, cuyos molinos veo desde la terraza de casa y cuyas sendas paseo menos de lo que quisiera con Mave, que se me despista persiguiendo conejos. Aquel día Álvaro Pombo vino a grabar un programa de televisión a Valladolid y pidió visitar de nuevo aquel recinto familiar de sueños y desdichas. Acababa de ver la luz en la Fundación Lara su sexto libro de poesía: Los enunciados protocolarios. Un género que el académico concibe como instrumento «para revelar la oscuridad»

La Dehesilla albergó durante los años ingratos de la posguerra los sueños agrícolas de Cayo Pombo, el padre del escritor, un ingeniero que primero rompió el lecho calizo de la finca con maquinaria desplazada desde Madrid, luego perforó en el páramo 32 pozos y más tarde sembró los claros del bosque de remolacha. Entonces la Dehesilla se convirtió en uno de los modelos del incipiente desarrollismo agrario vallisoletano, cuando el despegue de la provincia se basaba en la quíntuple A: Automóviles, abonos, aluminio, alimentos y avicultura gallinácea. Lo cuenta el falangista Waldo de Mier en su libro España cambia de piel (1964).

El complejo agrario de La Dehesilla también tenía huerto de verduras y pabellón de granjas: una de sus gallinas ganó el primer premio de ponedoras en la Feria del Campo de Madrid. El sueño de aquel paraíso lo truncó la separación de los padres del novelista, que además eran primos: Cayo Pombo Caller y Pilar García de los Ríos Caller. El padre era ingeniero y murió en Palencia el día de San Sabino de 1964. El novelista es su vivo retrato y en Trigueros pude comprobar cómo los mayores lo confundían con su padre, que vadeaba el pueblo en coche de caballos hacia la estación del tren. La abuela fue la diseñadora Ana de Pombo (1900-1980), protagonista de su última novela, Un gran mundo (2015), bailarina y secretaria de Coco Chanel en París, espía en Madrid, amante y tutora del escritor argentino Héctor Bianciotti, modista de Evita Perón y autora de varios libros medianejos de poesía y de unas memorias que le prologó la duquesa Cayetana. La madre de Álvaro Pombo, una vez viuda, se volvió a casar en 1968 con el filósofo José Antonio Marina.

Al regresar, en enero de 2010, a la Dehesilla, pudo rescatar un tiempo ofuscado por la tristeza de su disolución. El empedrado del jardín, las sendas de almendros, los chozos pedregosos, la precisa memoria de sus habitantes y de cada recinto del caserío, los rígidos barbechos, «el dormitorio de losetas rojas en la casa blanca del caserío blanco». Un escenario muy vivo y nítido en los protocolos de su poesía. También presente en Un gran mundo. De la finca salió a finales de los cincuenta el envío de un Cristo románico con que la obsequiaba su hijo Cayo, transportado hasta Marbella envuelto en una manta sobre la baca de un mil quinientos. En Marbella había recalado en la primavera de 1957, para abrir una tienda de moda y antigüedades en la plaza de los Naranjos junto a su tercer marido, el arquitecto y decorador argentino Pablo Oliveras. Jean Cocteau decoró sus muros en 1961 con unos paneles inspirados en el flamenco, que actualmente se encuentran en el Reina Sofía. Allí la visitan Audrey Hepburn o Chanel buscando sus pamelas.

PROSA DE IDEAS

Desde su primera novela platoniana, El parecido (1979), que dedica a Aranguren, la obra narrativa de Pombo ha obtenido los premios Herralde 1983, por El héroe de las mansardas de Mansard, Nacional de la Crítica 1990, por El metro de platino iridiado, Nacional de Narrativa y Ciudad de Barcelona 1997, por Donde las mujeres, Fundación Lara 2001, por El cielo raso, Salambó y Ciudad de Barcelona 2005, por Contra natura, Planeta 2006, por La fortuna de Matilda Turpin, y Nadal 2012, por El temblor del héroe. A partir de 1993, le ayuda en la plasmación de sus textos dictados el escritor Ernesto Calabuig. El gran mundo recupera el rastro familiar de la provincia pacata y blasonada evocado en El héroe… y Donde las mujeres: ambas giran en torno a la pesquisa de interiores que constituye uno de los ejes de su narrativa. Otros recalan en el moralismo de las conductas o en la órbita religiosa.

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