Arcanos de la porcelana

M anteniendo el éxito editorial de La liebre con ojos de ámbar, Edmund de Waal se compromete con el mundo misterioso de la porcelana, inexplicable para algunos lectores. Hay que leer las más de quinientas páginas para poder juzgar la obra; sus Agradecimientos y la Lista de ilustraciones ayudarán a ello. Y probablemente a conocer la cronología en la que se centra el libro: desde los tiempos de Marco Polo, allá por el siglo XIII, hasta la Segunda Guerra Mundial, pasando por los momentos gloriosos del Renacimiento. Y, además, magníficos documentos autógrafos consultados, como es el caso de la obra del jesuita D’Entrecolles. Porque la porcelana escapa a la visión de los hombres: «La porcelana es el Arcano. Es un misterio», de ahí sus interesantes aportaciones. Pero no es extraña la advertencia del autor: «Blanco es también mi relato. Desde la primera pieza». Y es exacto, de una clarísima lectura, a pesar de las múltiples citas, de la literatura antigua, a pesar de la guerra y a pesar de la mano del ser humano. No es posible recuperar todos los nombres cuyos documentos se han convertido en fuente inagotable de consulta.

En el fondo, El oro blanco es un libro de viajes, psicológico y real. Se contemplan las piezas descubiertas pero se describe el esfuerzo histórico y personal que han supuesto. La obra se ajusta al concepto clásico de sincronía, todo lo que ocurre en la actualidad, y diacronía, mostrando el pasado de los hechos. Son conceptos desarrollados por el autor, que ofrece una sabiduría profunda y científica respecto a la porcelana y sus creadores. En esta relación, entre rigor científico y apasionamiento, cualquier nimio detalle es importante.

No hay que olvidar que lo estudiado implica desde la época medieval hasta la segunda Guerra Mundial, momento de información científica extraordinaria respecto a la Bauhaus, uno de los mejores estudios sobre el devenir artístico.