Diario de León

Ya era un personaje y ahora es un personaje de novela. José Manuel Mures es ‘Ese chico de la radio’ , cuya biografía da pie al escritor Rafael gallego a indagar en el paisaje y el paisanaje del León de los años 80 al 2000 y su explosión musical.

«Un personaje no suda y Mures es de carne y hueso»

 Rafael Gallego publica ‘Ese chico de la radio’, donde la historia del protagonista descubre un León inédito

El popular locutor de radio José Manuel Mures

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Hacía mucho tiempo que Rafael Gallego, un manchego instalado en León desde 1998, tenía en la cabeza una novela sobre Mures. Tuvieron que pasar muchas conversaciones y muchos cafés de los viernes —es todo un ritual esta cita— para que Ese chico de la radio (Eolas Ediciones) viera la luz.

El libro, si hay que encasillarlo en un género, «no es una novela, pero se le parece; y no es una biografía, pero se le parece», explica el autor. «Es la historia de una persona que se sintió tocada por la varita de la radio desde la infancia», asegura. En León todo el mundo sabe quién es Mures, pero no es imprescindible conocerle para adentrarse en un relato que es también el de los años de León «de la gran movida». El relato comienza con la persona y concluye con el personaje. Si se le pregunta al autor la diferencia, explica que «un personaje es una careta, son invenciones. El personaje no huele ni suda y Mures y yo somos muy de carne y hueso».

Gallego no hace ni de lejos una hagiografía de Mures, leyenda viva de la radio. «Él no se dejaría. Además, esos relatos me producen náuseas. Cuento las historias como pasaron, sin desdibujar las aristas feas. No hago sangre, pero no presento un personaje todo virtudes», dice.

Estos dos amigos de mil y una charlas y paseos se conocen al detalle. Pero si algo le sorprende al escritor manchego de su protagonista es «cómo ve el mundo». «Siempre con la posibilidad de transformarlo». Mures es un tipo ‘hiperactivo’, que hace fotos, pincha en bares y fiestas, hace radio y tiene un canal en youtube, amén de ser omnipresente en las redes sociales. «Su rasgo más definitivo es que todo lo quiere mejorar».

El libro no recoge toda la biografía de Mures. ¿Qué ha quedado fuera? A Gallego no le importa admitir que «todo lo inconfesable». No se puede contar una vida tan intensa en solo 134 páginas. «Hay que elegir. No se puede decir todo como un vómito, es preferible —cuenta, recordando a Padura— la historia escuálida y conmovedora».

Tampoco querían molestar a nadie. Simplemente, «dibujar el paisaje de León desde los años 80 al 2000 y su explosión musical».

Puede que 134 páginas resulten escasas. Siempre es mejor dejar al lector con la miel en los labios. Además, «Mures es un ser ligero y tiene alas, para nada voluminoso». Su intención tampoco era «perdernos en datos, personas o eventos y convertir el libro en una lista. Había que extraer el alma y ponerla ahí», asegura Gallego.

Cuenta que Mures le dio un montón de fotografías para que hiciera un apéndice, pero el autor prefirió prescindir de estas imágenes y «que el lector se imagine a Santiago Auserón una noche, llamando a la puerta de Radio León pidiendo una entrevista».

Ese chico de la radio es el cuarto libro de Gallego, que ha publicado una Guía de Ponferrada , Déjame decirte que día es hoy, un recorrido por el paisaje de La Mancha de su niñez —que surgió a raíz de unas conversaciones con el dibujante leonés Lolo— y En el estanque de peces de colores, una colección de relatos impresionistas.

En Ese chico de la radio importa la historia y cómo y quién la cuenta. Empieza siendo un relato a dos voces: la de Mures y la del autor, que reflexiona sobre lo que cuenta el protagonista. Luego hay una conversación y las voces se entremezclan y se van confundiendo, de modo que, al final, acaba siendo una tercera persona. «Hay dos narradores desde dos puntos de vista, que acaban contando lo mismo», aclara Gallego. Un bonito juego que no fue, en modo alguno, premeditado. «Surgió así».

El autor y el protagonista tienen pensado presentar el libro este mes en León, pero aún falta por concretar la fecha. La portada del libro editado por el sello leonés Eolas es un empeño o ‘antojo’ personal de Mures, que quería colocar León en alguna parte. El locutor, que conoce a fondo la ciudad, pensó en el parque de Quevedo, en un banco que tiene labrada la palabra de la ciudad. La fotografía es de Javier Álvarez.

«Cuento las historias como pasaron, sin desdibujar las aristas feas. No presento un personaje todo virtudes»

«El libro es la historia de una persona que se sintio tocada por la varita de la radio desde la infancia»

La portada del libro. DL

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