Diario de León

HISTORIA

Elogio a la Naturaleza de Belmonte

l La autora publica ‘El murmullo del agua’, un viaje a lugares míticos

La autora publica un nuevo libro sobre divulgación.

La autora publica un nuevo libro sobre divulgación.DL

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

dl

« Con los años he llegado a descubrir que las fuentes son lugares mágicos y liminales a los que hay que acudir sin prisa, como quien va a visitar a un amigo […] Las fuentes cantan y nos hablan directamente al subconsciente. Son paisajes sonoros, musicales. Junto a ellas escuchamos la música de la vida que bulle a su alrededor […] Pero las fuentes no sólo procuran placer al oído, sino que son una experiencia sensorial total. Reclaman la atención de nuestros cinco sentidos y conforman un microcosmos en el que las formas, los colores y los sonidos ambientales están orquestados por el agua». En este extraordinario relato, María Belmonte propone un viaje a través de los siglos para explorar el poder del agua y las fuentes desde las perspectivas más evocadoras. De su mano recorremos cautivadores lugares míticos, materiales e históricos, que la autora describe con su prosa vivaz y caudalosa. Una sugerente y hermosa invitación a pensar sobre el sentido de este bien tan preciado y escaso que es el agua. Todo ello es lo que da pie a El murmullo del agua , el nuevo libro de María Belmonte.

Cada libro tiene su momento inaugural. La historia de la literatura contiene relatos legendarios sobre cómo surgie- ron algunos, como el Apocalipsis de san Juan, por ejemplo, del que se dice que fue producto de la revelación divina. También hay registrados casos de inspiraciones repentinas, de raptos de la mente o de libros dictados a raíz de una ilu- minación, como le sucedió a Jean-Jacques Rousseau cuan- do se dirigía a la prisión de Vincennes a visitar a su amigo Diderot y, presa de gran agitación, se tuvo que sentar bajo un roble mientras bullía en él el texto completo del ensayo Discurso sobre las ciencias y las artes. Y en el epílogo a Memorias de Adriano , Marguerite Yourcenar cuenta que escribió el libro de un tirón, en estado de gracia, en los tres días que duró su viaje en tren de Nueva York a Nuevo México, como si el propio emperador se lo hubiera ido dictando. El germen del libro que el lector tiene en las manos surgió, en cambio, y salvando las estratosféricas distancias, de la lectura de un artículo del periódico. Digamos que ésa fue la chispa inicial. Luego, poco a poco, las ideas se fueron acumulando hasta que algo nebuloso e informe se puso en marcha e inició su andadura. Si el nacimiento de un li- bro siempre es una operación misteriosa, también lo es su realización, porque, como escribe Stephen Spender, «escribir es la revelación gradual de todo lo que ya has sentido».

María Belmonte Barrenechea estudió Historia en la Universidad de Deusto y Antropología en la Autónoma de Barcelona. En 1995 se doctoró en el Departamento de Antropología Social de la Universidad del País Vasco (San Sebastián) con una tesis sobre Historia de las Religiones . Ejerce profesionalmente como traductora técnico-literaria. Ha publicado en Acantilado Peregrinos de la belleza. Viajeros por Italia y Grecia (2015), Los senderos del mar. Un viaje a pie (2017) y En tierra de Dioniso. Vagabundeos por el norte de Grecia (2021).

Varias ideas sobresalen en la obra de Belmonte. Por un lado indica que «para el caminante y para quien se adentra en la naturaleza, señalar en el mapa la presencia de fuentes es uno de los preparativos más importantes para determinar la cantidad de agua que deberá llevar consigo. Y descubrir que una de ellas ya no existe o que se ha secado puede significar un momento dramático para el viajero, incluso una cuestión de vida o muerte».

También se refiere al sonido del agua como «la música de la civilización para los romanos, y si los griegos la habían venerado y considerado un elemento misterioso y huidizo, los romanos, guiados por su espíritu práctico y su destreza técnica, hicieron todo lo posible por comprenderlo y dominarlo. Son las aguas las que hacen la ciudad, escribió Plinio el Viejo en su Historia natural, pero también eran las que otorgaban poder y prestigio a través de su control»relata.

Y prosigue hacia otra época destacada de la Historia: «Con los humanistas del Renacimiento, la fuente se convirtió en el símbolo de la creación, del origen del mundo, y a partir del siglo xv todo ese torrente de iluminación esotérica del neoplatonismo florentino llegaría a ser concebido, visualizado y llevado a la práctica en parques y jardines. El agua y las fuentes, en cuanto vehículos alegóricos, se convirtieron en sus elementos más importantes, porque, para los humanistas, el jardín dejó de ser un conjunto de plantas ornamentales».

tracking