GRUPO DE INNOVACIÓN DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD DE LEÓN
La ciencia a tu alcance: un manual práctico para despertar vocaciones científicas
El grupo de Innovación Docente Biometac de la Universidad de León presenta su libro ‘La ciencia a tu alcance’, donde exploran la ciencia a través de prácticas desarrolladas por alumnos de grado para enseñar esta disciplina de forma amena y divertida
Conocer la ciencia está el alcance de todos. Este es el planteamiento del Grupo de Innovación Docente Biometac de la Universidad de León, quienes han desarrollado en conjunto con varios alumnos un manual para enseñar esta disciplina a través de prácticas compuestas de una guía y gráficos.
Tal y como cuenta, Margarita Marqués, integrante de Biometac y coordinadora del manual, este libro es «producto de la actividad del grupo para el desarrollo de metodologías activas de aprendizaje en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales a lo largo de varios cursos». «Nuestro grupo surge en el año 2014 con la idea de implementar en la facultad una metodología docente, denominada ‘aprendizaje-servicio’ por el que los estudiantes adquieren una serie de aprendizajes realizando un servicio a la sociedad. De esa forma, se mejora la calidad del aprendizaje y se fomenta el compromiso cívico de los estudiantes», detalla la docente.
«Dentro de los proyectos del grupo, en el curso 2015-2016 invitamos a diferentes centros de educación secundaria de la provincia un programa de prácticas. Vinieron de La Bañeza, Santa María del Páramo… Las prácticas tuvieron tan buena acogida y los estudiantes lo disfrutaron tanto que los propios centros de educación secundaria nos plantearon plasmar todo eso en un manual», añade.
Estas prácticas estaban impartidas por los estudiantes de grado: el grupo de innovación docente preparaba a sus estudiantes, los pusieron en el papel de profesores y ellos impartieron los contenidos. «Primero, decidimos plasmar esas prácticas en el libro y una serie de vídeos que tenemos recogidos en el canal de YouTube y en la web del grupo. Con algunos estudiantes de grado estuvimos redactando una buena parte del libro y filmar todas las prácticas», puntualiza Marqués.
Por otro lado, los profesores participantes en el proyecto fueron los encargados de pulir todo ese material, corregir y darle forma al manuel para decidir cómo sería la distribución y los apartados. Algunos de los gráficos están hechos por los propios estudiantes como es el caso del incluido en la página 36.
Proceso de creación
«Ha sido un año. Fue una ventaja el hecho de que los alumnos habían redactado previamente los guiones de las prácticas para ir a cada uno de los centros», detalla Francisco Javier Rúa, otro de los integrantes del Grupo de Innovación y también coordinador del manual.
«Nosotros tomamos de base estas redacciones, las fuimos puliendo para el libro y lo organizamos todo. Realmente la organización de las diez prácticas en las cinco secciones del libro nos llevó un tiempo. Tal y como se muestra en el índice, decidimos ir desde el mundo microscópico (lo más pequeñito) hasta los minerales de la Tierra (lo más grande). No todas las secciones tienen las mismas prácticas. En el mundo microscópico hay tres, en plantas hay dos, hay uno de animales, otro de alimentos, otro de geología… Era bastante heterogéneo igual que el propio grupo de innovación, ya que lo componen profesores de distintas especialidades y áreas. Hay cosas de genética, microbiología, fisiología animal, botánica, ecología, zoología, bioquímica, tecnología de alimentos, producción animal, geología…», relata Rúa.
De hecho, Rosa Valencia, otra integrante de Biometac y también coordinadora, aclaró que «nos ha ayudado el servicio de publicaciones de la Universidad de León».
Estructura del libro
Todos los títulos de las prácticas se han formulado como preguntas para «generar inquietud y hacerlo atractivo». Rúa matiza que «al final, también es un libro dirigido especialmente a estudiantes de secundaria, aunque también sería útil para primeros cursos de Universidad». El diseño de la portada lo realizó una dibujante con base a la idea que planteamos.
El libro, compuesto de diez prácticas, ha involucrado a quince profesores de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León (ULE) y a 33 estudiantes del Grado de Biología, Grado de Biotecnología y el Grado de Ciencias Ambientales. En cada práctica se pueden encontrar varios apartados: un resumen de la práctica, un apartado con los materiales, vocabulario clave, los resultados finales y, por último, una autoevaluación para comprobar el aprendizaje adquirido. La elección de temas vino dada por las especialidades de los componentes del Grupo de Innovación Docente de la ULE.
En cuanto a la participación de los estudiantes, esta ha sido totalmente voluntaria. Un aspecto que, como detalle Rosa Valencia «es algo reseñable y muy interesante matizarlo, ya que ellos no estaban asignados a una asignatura concreta, sino que por propia voluntad elegían apuntarse al proyecto». Todos los alumnos de los distintos cursos que han participado en la composición del libro aparecen reflejados en un listado al final del manual.
La realización se compuso de varias fases: en primer lugar, se hicieron las prácticas en la Universidad; a continuación, se grabaron los vídeos de las prácticas; posteriormente, algunos estudiantes implantaron esas prácticas en el aula en situaciones reales con alumnos y, de ese modo, se podían comprobar los medios que disponían los centros para llevar a cabo estas actividades. «En algunos casos, las actividades planteadas en el libro eran 100% aplicables, pero en ciertas ocasiones no lo era tanto, por lo que nosotros teníamos que prestar y llevar nuestro material. Según nuestros cálculos, creemos que en los diferentes años del proyecto se han visto beneficiados más de 500 estudiantes de centros de educación secundaria de toda la provincia y la capital y en torno a unos 135 estudiantes de los grados implicados, mayoritariamente biología», aclara la docente Margarita Marqués.
Acogida del proyecto
La recepción por parte de los estudiantes y los profesores de los centros que han podido conocer el proyecto ha sido muy positiva. Además, según relatan los coordinadores, «el número de alumnos que se apuntaban al proyecto se ha incrementado». De hecho, el último año ya puedieron contar con 46 voluntarios. «Yo creo que corre la voz y cada vez se apuntan más a este aprendizaje», cuenta Rosa Valencia.
«A los alumnos que reciben las clases les motiva mucho que sus profesores sean gente más joven. Ellos están acostumbrados a tener al mismo profesor en el día a día y cuando llega alguien nueve siempre es novedoso para ellos. Se animan a preguntarles más. Los alumnos de bachillerato están en un momento en el que se plantean qué hacer y aprovechan el tener allí a los estudiantes para ver por qué decidieron hacer su carrera y ver si les gusta. Creemos que es también una buena forma de despertar vocaciones científicas. En el momento actual, no estamos precisamente sobradas de ella», cuenta Marqués.
En cuanto a los estudiantes de grado, los coordinadores detallan que es algo «muy positivo también para sus alumnos», ya que reciben preguntas y se ven como protagonistas. Asimismo, los estudiantes conocen de primera mano cómo es enfrentarse a un público y esto les motiva a aprender cómo deben trasladar sus conocimientos a una clase.
Aunque el manual se ha presentado el 7 de noviembre, uno de los centros que imparte clases en la Universidad en su bachillerato de investigación, han avanzado a los creadores del libro que de cara al curso que viene van a incluir el libro como material docente. «Queremos que se de a conocer entre el profesorado todo lo que les puede aportar este manual a la comunidad educativa», recalca Francisco Javier Rúa.
Incorporación al aula
Como han avanzado los coordinadores, las prácticas incluidas en el manual son aplicables a las rutinas de una aula y muchas de ellas no necesitan gran material. No obstante, los centros pueden contactar con el grupo para ver cómo se podrían aplicar las prácticas en las clases.
«Las prácticas son muy amplias y ellos también pueden decidir qué parte van a tratar. La práctica de geología se pueden adaptar a los minerales que puedan tener. Si hay lupa o microscopio, pueden realizar la práctica de microbiología. También están la de plantas, la disección de un cangrejo de río… Al haber pasado por una larga trayectoria, el libro es una acumulación de experiencias y se han ido mejorando las prácticas. En cada instituto, dependiendo de los medios podrán hacer una cosa u otra e, incluso, les puede servir como lección teórica, ya que cuentan con un apartado con preguntas de autoevaluación al final de cada lección. Esto puede dar mucho juego», relata Rúa.
«Al final, uno de los objetivos del grupo es conectar la universidad con nuestro entorno social. Si desde algún centro nos contactan, nosotros estamos abiertos a apoyarlos», concluye Margarita Marqués.