motores. Tres de gasolina y tres turbodiésel
Las versiones más altas de la gama DS4 adoptan unos asientos de marcadas formas anatómicas.
Las de gasolina arrancan con el 1.6 VTi de 120 CV (6,2 litros de consumo medio), en el escalón intermedio se sitúa esta misma motorización subida a 156 CV (6,5 litros de media), mientras el tope de gama es el conocido 1.6 THP (turbo) también 1.6 litros y con 200 CV (6,4 litros de consumo medio). Los gasóleos comienzan con el 1.6 HDi de 90 CV (4,4 litros de media), siguen con el ecológico e-HDi que, con sistema «Start&Stop» y la potencia subida a 112 CV, mantiene idéntica cota de consumo y rebaja hasta los 114 g/km las emisiones de CO2, en tanto que la oferta más potente entre los gasóleos es el 2.0 HDi de 163 CV, que gasta 5,1 litros de media por cada centenar de kilómetros.
En cuanto a transmisiones, los motores menos potentes -gasolina y diésel- montan cambio manual de 5 velocidades y los más potentes la caja manual de 6 marchas.
Por lo demás, los frenos delanteros sobredimensionados, la dirección menos desmultiplicada (más deportiva) y las suspensiones más firmes, con respecto al C4 «normal», ponen el punto de inflexión a un DS4 que manifiesta en cada detalle la exclusividad que Citroën pretende para su gama DS, que también cuenta con el DS5 (producido y vendido, de momento, en China, primer mercado actual del chevron ); y hay más en cartera: un «posible» DS2 -por debajo del DS3, lógicamente- y un DS9, que podría considerarse como el exclusivista del C6. En suma que, como el DS3, también el DS4 puede personalizarse con pinturas bicolores, techo con grabados específicos y salpicadero tapizado en piel.