Diario de León

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La magia del Tridente...

Prestaciones equiparables a las de un deportivo «dos puertas». Más lujoso, más potente y ecológico. El V8 Biturbo acelera de cero a cien en 4,7 segundos y alcanza una punta de 307 por hora. Maserati riza el rizo con la sexta generación del Quattroporte que, además, salta a la palestra con un innovador paquete tecnológico.

La sexta generación del Quattroporte rompe moldes tecnológicos y prestacionales.

La sexta generación del Quattroporte rompe moldes tecnológicos y prestacionales.

Publicado por
J. f. zardón
León

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Como un «dos puertas». ¿La «cuadratura» del Tridente? Tal parece que Maserati lo haya conseguido; al menos, sí que ha logrado rizar el rizo de una propuesta, la de la sexta entrega del Quattroporte, que parece rodar con paso firme hacía el cuadro de honor del fabricante.

Tras unas iniciales pinceladas, Maserati acaba de desvelar los definitivos parámetros del nuevo Quattroporte, cuyo corazón está formado por una gama de motores totalmente nuevos que, en línea con la más reciente filosofía productiva del Tridente, están íntegramente diseñados por «Maserati Powertrain» y fabricados por Ferrari en los talleres de Maranello.

El V8 de 3.8 litros, en línea con la tradición motorística de la marca y con casi un litro menos de cilindrada respecto al actual V8 de 4,7 litros del Quattroporte Sport GT S, la diferencia se compensa sobradamente gracias a la turboalimentación —tinw turbo— y a la inyección directa de combustible (18% más de potencia, 39% más de par y 20% menos de emisiones), consecuencia: 530 CV, 65,6 metros/kilo de par —entre 2.000 y 4.000 vueltas—, un valor de par máximo que incluso puede incrementarse hasta los 71,6 metros/kilo merced a la función overboost, en un régimen comprendido entre 2.250 y 3.500 vueltas; valores que suponen la potencia específica más alta de su categoría: 139 CV/litro, que también se traduce (el chasis es ahora más ligero) en una relación peso/potencia en la que cada caballo sólo tiene que mover 3,6 kilos.

Justo por debajo, en el escalonamiento de gama, el nuevo V6 twin turbo también se beneficia de buena parte de las aplicaciones técnicas de su hermano mayor, compartiendo gran número de componentes (pistones, cámaras de combustión, inyección directa…) lo que se traduce en 410 CV; 55,6 metros/kilo de par (desde sólo 1.500 vueltas y hasta las 5.000) y unas cotas prestacionales tan significativas como los 5,1 segundos en aceleración de cero a cien -en versión de propulsión trasera- y en 4,9 segundos en la versión de cuatro ruedas motrices. Ambas versiones alcanzan una punta de 285 por hora, equivalente a la del Sport GT S.

También ambas versiones, propulsión trasera o tracción total, homologan consumos similares: 10,5 litros de media por cada centenar de kilómetros y 244 y 246 g/km de CO2 respectivamente.

Todas las versiones montan cambio automático secuencial, firmado por ZF y con cinco modalidades de utilización: «Auto Normal» (configuración predefinida, cambios de marcha a bajo régimen para priorizar el confort y optimizar los consumos), «Auto Sport» (cambios de marchas más rápidos a alto régimen de revoluciones), «Manual Normal» (puede cambiarse de marchas con las levas del volante y con «intervención» del sistema si se detectan cambios bruscos de régimen), «Manual Sport» (cambios más rápidos y mayores las aceleraciones, sin «intervención» del sistema) y modo I.C.E. (control de eficacia, para garantizar una considerable reducción de los consumos).

Y todo ello, sin perder un ápice de la musicalidad que —también históricamente— ha venido caracterizando a las motorizaciones del Tridente: escapes controlados por válvulas neumáticas en cada bancada para mantener el clásico timbre de la marca; en modo «Normal», las válvulas están cerradas hasta las 4.200 vueltas de giro del motor mientras, en modo «Sport», el sistema regula automáticamente la apertura de las válvulas para obtener el sonido más deportivo en cada momento.

Por lo demás, esta sexta generación del Quattroporte mantiene una estética perfectamente «reconocible» como integrante de una saga que arrancó en 1963 aunque, lógicamente, con una actualizada puesta al día tendente, sobre todo, a la optimización aerodinámica (Cx de 0,31); elementos, la mayoría, enmascarados a la vista como es el caso del nuevo fondo plano. Lógicamente, se conservan señas identitarias tan conocidas como las tres pequeñas branquias de refrigeración laterales, el perfil de la parrilla delantera barrada y los generosos abombamientos de los pasos de rueda, capaces de alojar llantas de 20 pulgadas de serie o de 19 y de 21, según los diferentes paquetes opcionales.

Un estilo que Maserati acaba de enfatizar gracias a la ausencia de marcos en las puertas.

En suma, que los incondicionales pueden estar bien tranquilos: el Tridente, en su nueva versión Quattroporte, mantiene incólumes las históricas ambiciones de Maserati.

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