Diario de León

Iones... deportivos

Innovación en clave de «laboratorio rodante» . El término e-Tron hace referencia a la electrificación del grupo motopropulsor, aunque también al futurismo tecnológico: chasis de aluminio y carbono, muelles de plástico en la suspensión. La revolución de los cuatro aros.

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javier fernández
León

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¿Extravagancia eléctrica? Nunca... «sólo» 380 CV (83,6 metros/kilo de par... «sólo»), lo que acaba por traducirse en unas prestaciones que para sí quisieran algunos de los deportivos de siempre: 4,2 segundos para acelerar de cero a cien y 200 por hora de autolimitada punta… «eléctrica».

Eso sí, que nadie busque luneta trasera —se alojan allí las baterías— ni escapes en la zaga de éste R8 e-Tron aunque, eso también, se han cuidado tanto los detalles, que el biplaza está equipado con un sistema que Audi denomina e-Sound que hasta 60 por hora de velocidad emite un sonido creado mediante sintetizadores. Objetivo: que al circular por ciudad, los peatones puedan reconocer que se aproxima el vehículo.

Un pequeño ordenador se encarga de generar las frecuencias basándose en los datos que obtiene de la unidad de mando del sistema de propulsión, mientras que unos altavoces situados en los bajos del coche las «lanza» a la carretera.

También el fabricante de los cuatro aros eleva exponencialmente su filosofía evolutiva de «construcción ligera», con la utilización del aluminio y material plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) en el chasis y la carrocería MSF —por «Multimaterial Space Frame»—, innovación que se traduce en 1.780 kilos en orden de marcha; la estructura sólo pesa 199 kilos, 23 menos que en el R8 Coupé de serie, el animado por el motor de combustión interna, y 577 la batería de ion-litio que forma parte de la propia estructura del coche; un desarrollo made in Audi, en colaboración con Sanyo y cuyo sistema cuenta con un centenar de metros de conducto refrigerador para la obtención de un óptimo funcionamiento.

Los 48,6 kWh de capacidad de la batería, proporcionan 215 kilómetros de autonomía con una recarga completa de 12 horas en un enchufe doméstico, aunque también se admiten recargas rápidas de una hora. Incluso el conductor tiene la posibilidad de seleccionar el grado de recuperación de energía en función de la necesidad al trazar curvas a alta velocidad en el R8 e-Tron, que se impulsa mediante dos motores eléctricos en el eje trasero y que, lógicamente, cuenta también con un sistema de regeneración de energía en fases de deceleración.

Además de los muelles de suspensión realizados en material plástico reforzado con fibra de vidrio, se adoptan unos cubos de rueda en el eje posterior forjados en titanio, llantas de de 19 pulgadas calzadas con neumáticos de baja resistencia a la rodadura (225/35 delante y 274/35 detrás) y que cuentan con un sistema aerodinámico activo, que cierra los orificios según la velocidad; los discos de freno son cerámicos reforzados con fibra de carbono y, en el eje trasero, se accionan y controlan eléctricamente.

Por no hablar de un innovador habitáculo cuyas aplicaciones «pronto» podrían instalarse en modelos de producción en serie: retrovisor interior digital y con un display de alta resolución en el que se recogen imágenes procedentes de una cámara trasera o la bomba de calor, capaz de calentar el interior del coche más rápidamente que un climatizador convencional.

El R8 e-Tron, se enmarca en un ambicioso programa «alternativo» —al motor de combustión interna— que Audi complementará en 2014 con su primer híbrido enchufable (A3 Sportback) y, posteriormente, con su primer modelo de fabricación en serie propulsado por gas natural, el A3 Sportback g-Tron.

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