Diario de León

Paseando... por Malibú

Medio siglo después, cambian los modos… y las modas. A mediados de los sesenta, un litro de gasolina costaba 10 centavos y 1,25 dólares una entrada de cine… en EEUU. El índice «Dow Jones» cerraba 1964 en 874 y los Beatles aparecían en el célebre «show» de Ed Sullivan. También en el 64, Chevrolet lanzaba el Malibú… uno de aquellos ampulosos «aigas» de la época

Faros y parrilla «cuadradotes», llantas de radios, neumáticos con banda blanca… uno de los modelos más representativos del espíritu Malibú, el Classic Landau de 1978.

Faros y parrilla «cuadradotes», llantas de radios, neumáticos con banda blanca… uno de los modelos más representativos del espíritu Malibú, el Classic Landau de 1978.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Moda... «playera». Debutó a mediados de los 60 presumiendo de pionero «intermedio» en los catálogos de Chevrolet, incluso como uno de los primeros coches «medianos» del mercado USA; diríase homenaje a la zona de Los Ángeles donde nació la «cultura de la playa» en los mágicos sixties... a «ese» otro lado del Atlántico.

Y no sólo, porque también el Malibú rompía moldes en la gama de un fabricante que, hasta la fecha, solamente ofrecía modelos de tamaño estándar, abanderados por el Impala, además del compacto Chevy II (Nova), el Corvair y el deportivo Corvette.

Así que, el Malibú, junto con el Chevelle —como modelo básico— y El Camino, acabaría por convertirse en toda una referencia por una sólida construcción -carrocería sobre bastidor- y su dinámica suspensión delantera, que abandonaba las hasta entonces imprescindibles ballestas por los —entonces— innovadores muelles helicoidales.

La primera generación del Malibú (1964-1967) saltaba a la palestra como un sedán familiar de gama alta, aunque se vería rápidamente arrastrado a la batalla de los muscle cars de los 60 con lo que, poco después de su lanzamiento, aparecería el Malibú SS.

Un par de años después, en 1966, el Chevelle SS tomaría el testigo de los muscle en Chevrolet, mientras el Mailibú continuaba como representando su papel de modelo superior, fabricado a medida de una emergente clientela que habitaba las áreas residenciales, que buscaban un vehículo espacioso y eficaz para sus largos desplazamientos cotidianos.

Basada en su original plataforma intermedia, las dimensiones de la segunda generación (1968-1972) pasaría a tener una batalla ligeramente más corta (2,84 metros entre ejes) para los coupé y descapotables, en tanto que los sedán y los familiares Station Wagon hacían gala de unos alargados 2,94 metros entre ejes; y también como en los modelos de 1964-67, las versiones de esta segunda generación incorporaban rasgos distintivos cada año.

El Malibú de tercera generación, lanzado en 1973 y que se mantuvo en catálogo hasta 1977, utilizaba un nuevo bastidor que mantenía las batallas ya conocidas (2,84 y 2,94 metros) aunque, para adaptarse a la nueva normativa federal sobre resistencia a los impactos, las carrocerías ganarían una docena y media de centímetros en longitud y dos y medio en anchura.

Eso sí, durante un breve periodo, el europeizado diseño del Laguna destronaría al Malibú de su posición de máximo exponente de los modelos medianos.

A partir de 1977, Chevrolet descartaría el Chevelle reservando exclusivamente la cuarta generación de modelos compactos al Malibú, cuya denominación quedaría, desde 1978, indisolublemente ligada a la arquitectura de vehículo mediano: motores V6 y V8, 30 centímetros más cortos y 225 kilos menos de romana; incluso se lanzó un paquete especial para coches de policía.

Tras un lustro de la cuarta generación, el sol se puso… en Malibú; hasta volver a despuntar, en 1997, con un nuevo sedán de tracción delantera y mecánicas de cuatro y seis cilindros.

Entrados en el nuevo siglo, el Malibú (asentado ya sobre la arquitectura global lanzada por General Motors en 2004) ofrecía más tecnología y prestaciones, revivía la versión SS con motor V6 de 3.9 litros (240 CV) y aparecía el sedán alargado, Malibú Maxx: cinco puertas y asiento trasero reclinable y deslizable longitudinalmente hasta 17,5 centímetros.

Las dos últimas generaciones hasta la fecha, séptima (2008-2012) y octava (2013-2014), han vuelto a poner en píe de catálogo a un Malibú con innovadoras soluciones de conectividad, un modernizado estilismo y que, en lo motorístico, vuelve a beber en las fuentes de sus ancestros: 2.0 litros turbo de 259 CV, con «Start&Stop»… como mandan los cánones del XXI y, en su versión 2014, el tetracilíndrico de dos litros y medio y 3.2 litros del seis cilindros, que reducen sensiblemente sus consumos y emisiones.

La historia... continúa; rindiendo culto al medio siglo de una moda playera... en la historia de Chevrolet.

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