Diario de León

Ferrari. Cuatro joyas… en Fiorano

Amedeo Felisa (administrador delegado de Ferrari) “Los clientes no deben inquietarse. por el futuro de su marca”. F40, F50, Enzo y LaFerrari…ensoñación . Cuatro épocas, las tres últimas décadas, en la evolución tecnológica de Il Cavallino se dieron cita sobre el asfalto de la pista mágica: Fiorano, y el edificio que aloja ‘el despacho’ por antonomasia, el espíritu de Il Commendatore…

Publicado por
J. F. ZARDÓN
León

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De 8 a 12 cilindros… las tentaciones. Memorable sinfonía… «Quattro regine per un cavaliere». Si las series especiales han sido —son— una constante en la trayectoria de Maranello, pocos como nuestros cuatro representantes, representan —valga la redundancia— tanto y tan bien el espíritu de Ferrari.

El lanzamiento en 1987, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de la marca, del F40, un coche con especificaciones de carreras, abrió la veda . Y el F50 (1997) para el quincuagésimo cumpleaños. Y a partir de ahí… ¡la locura!

Casi un millar de caballos en el V12 —fórmula magistral en el ideario del Commendatore Enzo— combinado con un motor eléctrico, 9.250 vueltas en el cuenta idem y sólo tres pequeños segundos en el sprint de cero a cien (350 por hora de punta), le bastan a LaFerrari para conquistar los corazones —¿no lo estaban ya…?— de los incondicionales, y de quienes ‘aspiran’ a serlo; que la hibridación ha llegado también a los talleres de Maranello, como el KERS heredado de las pistas de carreras y que, por si todo lo anterior no bastaba, reduce drásticamente los tiempos de respuesta desde que el piloto actúa sobre el pedal del acelerador, hasta que la caballería atmosférica se traslada al asfalto, llantas —y neumáticos— de 19 y 20 pulgadas… mediante.

Y el volante achatado en ambos polos, y los frenos cerámicos, y las suspensiones de brazos transversales; el compendio tecnológico está servido, como la magia de la leyenda.

Como la sastrería personalizada «Taylor-Made», ubicada en la propia fábrica, que viste a la carta a los deportivos más rápidos del mundo, capaz de atender un máximo de cien peticiones anuales, heredera por línea directa de aquel pionero ‘L´Atelier de Ferrari’ que, en 2008, ofrecía una limitada oferta consistente en tapicerías de cuero y alguna otra opción más. Desde 2012, «Taylor-Made» se ha convertido en toda una exclusividad —muy solicitada— en los catálogos de Maranello: 6.922 unidades en 2013, con una tarifa mínima de 216.406 euros la tirada para el California T, hasta los 314.708 euros que cuesta la personalización del F12 (234.584 euros para el 458 y 302.868 para los FF). Eso, por no hablar de las versiones de competición, como el 458 Challenge (326.516 euros), aunque siguen siendo las series limitadas y hasta los «coche-laboratorio», los que mantienen viva la magia de Il Cavallino .

Pues eso, que desde aquel aniversario F40 hasta nuestros días con LaFerrari, pasando por del F50 y el Enzo —que el fundador también se mereció ‘su’ homenaje— los tiempos han cambiado tanto —o no tanto— como para seguir cultivando la filosofía de exclusividad mecánica y estética… ya la magia en la pista de Fiorano ¡Forza Ferrari!

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