Diario de León

Defender Works V8. Historia viva… de Land Rover

Inspirado en el vehículo personal de Spencer Wilks

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Diseño… atemporal. Cuando se diseñó el pionero (1947), el mismísimo Spencer Wilks probó los modelos en su propiedad de Laggan Estate, en la escocesa isla de Islay —Hébridas Interiores—; mientras Wilks conducía su modificado Rover por agrestes parajes, el guardés de la finca comentó que lo que necesitaría sería un «Land Rover»… nacía toda una filosofía de marca.

En la más pura de las tradiciones, el Islay Edition, basado en el Classic Defender Works, adopta el mismo gasolina V8 de 5.0 litros y 405 CV, unido al cambio automático ZF de 8 velocidades, a la tracción total y a tres diferenciales (delantero, trasero y central con reparto de par), lo que se traduce en 5,6 segundos para acelerar de cero a cien, y en una punta de 171 por hora.

Por si faltaba algo… se adopta un ‘kit’ específico para la suspensión, que aumenta la comodidad y el dinamismo en carretera merced a unos rediseñados muelles helicoidales y amortiguadores; a la vez que se incorporan discos, pastillas y discos de freno reforzados.

Treinta unidades en serie limitada, herencia del Series IIa que, en 1965, firmaría uno de los fundadores de Land Rover. Este primer Works V8 Classic, resulta ser un exclusivo legado: carrocería ‘Heritage Grey’, techo ‘Limestone’ y sugestivas llantas de acero… a 230.000 euros ‘la pieza’.

El intemporal diseño exterior del icónico Defender, aderezado con ‘modernidades’ como los faros LED en aras de la efectividad lumínica, se complementa con un también exclusivo interior: revestimientos en madera de nogal americano, combinados con madera de roble procedente de barriles de whisky, un guiño a los vínculos familiares de Kilchoman con Spencer Wilks, cuya nieta Kathy Wills fundó la destilería junto a su marido Anthony, en 2005, lo que acaba por confirmar la histórica relación del vehículo original, su homónimo, la preciosa isla y las exclusivas características del Classic Defender Works V8 Islay Edition; además, la destilería produce un whisky de edición limitada «639» en honor del Defender Islay… y todos los clientes recibirán una botella de regalo para acentuar la ‘coleccionable’ singularidad del modelo.

Estos exquisitos —y duraderos— detalles del revestimiento en madera de roble, se trasladan también al suelo de la zona trasera de carga, que cumple con los estribitos estándares de calidad empleados en los recientes Range Rover; incluso el reloj situado en el centro del salpicadero, imita las vetas de madera que pueden apreciarse en las demás terminaciones del habitáculo.

La meticulosidad de cada unidad, montada a mano, incluye un detalle único: «GXC 639C», dibujo lateral de la matrícula del Defender Series IIa de Wilks… sutil homenaje al vehículo en el que se inspira está versión del Defender clásico por excelencia.

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