Diario de León

Retromóvil. Abanico… de efemérides

RAMIRO

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RAMIRO J. LÓPEZ LOBATO

Parrilla… clásica. Recuerdos a flor de piel. Pocas veces como en esta vigésima cita, el madrileño Retromóvil ha tenido tanto de ‘retro’… proyectando la historia a las nuevas generaciones: del cincuentenario del Dodge Boulevard MM30 a la mitad —tampoco menos importante el puñado de años— de la Fundación Eduardo Barreiros; las cuatro décadas del revulsivo del León de Montbeliard —205, ya saben—; siete décadas y media en Stuttgart-Zuffenhausen —Porsche, por si había dudas— y hasta los cien redondos años del Quadrifoglio –Alfa Romeo… claro—.

¿Les parece poco? Pues… ahí va, por si no tenían bastante: uno de los nuestros, el sempiterno FU 1430 en el ideario de la ‘Sociedad Española de Automóviles de Turismo’, uno de los más reputados SEATONES que firmase días de gloria, comercial y deportiva, para el fabricante patrio; para redondear… los ‘cien y diez más’ de Aston Martin.

¿Y las motos? Por descontado, también las dos ruedas han tenido su rincón, tampoco desdeñable: el siglo de la ‘Bayerische’ en versión Motorrad o los 120 ‘ronroneos yankees’… Harley-Davidson, por más señas.

Aglutinante de emociones, pocos como el simbólico Quadrifoglio de la ‘Anonima Lombarda Fabbrica Automobili’, el trébol de cuatro hojas más famoso del mundo del automóvil… con un centenar de espléndidos años a sus espaldas; tan identitario él en las carreras como hoy en los catálogos de Alfa para distinguir —¿hacía falta?— las versiones más potentes del ‘Biscione’.

El centenario Quadrifoglio asienta sus reales, remonta sus orígenes, en las sinuosas carreteras de la Traga Florio: en 1923, Ugo Sivocci, piloto de Alfa Romeo, decoraba con el ‘Tetra Trébol’ la carrocería de su coche, como inexcusable amuleto de buena suerte; un gesto que, no sólo arrancaba una tradición, también la incombustible —y duradera— relación entre Alfa y el símbolo del trébol.

Digno heredero de la saga, el actual Giulia Quadrifoglio 2.9 T V6 de 520 CV… mantiene viva la llama, el ‘Virus Alfa’: control inteligente del chasis y frenos Brembo; ‘la cosa’ promete a bordo de un habitáculo salpimentado con asientos Sparco, sensaciones ‘Racing’ en estado puro; auxiliado en las bandas, el Giulia, por un Alfa 33 «Producción de Luis Villamil» y un GTV GTAm… ¡que recuerdos!

Como los de los grupos ópticos «3+3», que el Giulia toma prestados, herencia por vía directa, del SZ Tubolare Zagato de 1989, y estéticamente reconducidos —rescatados— en el ‘concept-car’ Proteo de 1991; otra identitaria seña, adoptada esta vez en el Tonale, como en las nuevas generaciones del Stelvio —otro de los Alfa militantes en el segmento SUV— y el propio Giulia.

¿Más guiños a la historia del fabricante de Lombardía? Ahí van… el ‘Tribolo’, secular conjunto formado por la calandra triangular, presente desde 1949 en las realizaciones de Alfa, y las dos tomas de aire inferiores, que ya se hicieron presentes en diversos modelos a mediados del XX: el ‘Disco Volante’ (1952), el Giulietta Sprint (1955) y el legendario Spider Duetto de 1962.

Tampoco faltaron ‘guiños racing’ en la cita madrileña: Luis Villamil, Luis Pérez-Sala, Carlos Sedano o Rafa Barrios, pilotos de reconocida trayectoria deportiva nacional e internacional, tuvieron su rinconcito en el corazón de aficionados y visitantes a esta interesante vigésima edición de Retromóvil.

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