Diario de León

Ante el 1.100 aniversario

La propia existencia de España es la consecuencia del Reino de León, aunque la mayoría de los historiadores lo quieran ignorar

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No será fácil sacar a la luz el ingente arsenal de datos que existen y que demuestran muy claramente, no solamente la existencia del Reino, sino que la propia existencia de España es la consecuencia de la existencia del Reino de León. Como dice la canción, sin León no hubiera España

En primer lugar hay que destacar que muchos historiadores se niegan a reconocer la propia existencia del Reino de León. Unos dicen que eso es un camelo de los leoneses. Otros muchos afirman que el Reino de León dejó de existir el año 1230, integrándose en el Reino de Castilla al unificarse ambos Reinos en la Corona de Fernando III.

Esto es debido a que la mayoría de los historiadores, para escribir sus crónicas, han utilizado casi en exclusiva las Leyendas castellanas y los famosos Cantares de Gesta, relatos que no tienen nada que ver con la verdad histórica, pero que los juglares se encargaron de divulgar por toda España, alegrando en las largas y frías noches de invierno, las veladas de los campesinos y de los señores.

Hasta el actual siglo XXI casi todos los historiadores han utilizado esos Cantares de Gesta como inspirados por el cielo, todos son auténticos. Fue ya en el siglo XII cuando comenzó el período de las falsificaciones en las instituciones eclesiásticas, especialmente en los monasterios de Castilla. Estas falsificaciones se hacían en especial para fabricar documentos que acreditasen el título de conde hereditario al castellano Fernán González y a sus descendientes. Con la llegada de la Orden del Cluny en España se impuso la obligación de tener una escritura que acreditase la propiedad de los bienes. desde tiempos antiguos sin que nada ni nadie pudiese contradecirlos, para ensalzar a los condes y Reyes de Castilla o para desprestigiar a los Reyes de León. El analfabetismo, la falta de inspecciones administrativas propició la creación de documentos, siendo aceptados y confirmados por la Administración casi siempre por ignorancia.

Los documentos castellanos originales no han llegado a nuestros días. Sólo son conocidas copias de copias, recogidas en los Becerros y cartularios monacales por ser las únicas bien conservadas y que han llegado hasta nuestros días

El primer historiador importante que utilizó estos documentos fabricados en los monasterios de Castilla fue el arzobispo de Toledo, Don Rodrigo Jiménez de Rada, quien los utilizó a su antojo, manipulando los datos auténticos e inventando otros nuevos de tal manera que ocultó al Reino de León como si nunca hubiera existido.

Este es el inicio de las mentiras y las medias verdades que hicieron desaparecer misteriosamente al Reino de León de la Historia de España. Las crónicas escritas por Jiménez de Rada fueron consultadas y continuadas por el Rey Alfonso X, el llamado Sabio, que escribió o mandó escribir una Historia de España no con el fin de relatar la verdad, sino de entretener a las gentes como el propio Rey reconoció.

Uno de los historiadores más prestigiosos de la Edad Moderna fue Modesto Lafuente que incurre en errores de bulto. No es comprensible que un historiador de su categoría y de su prestigio haya escrito cosas como éstas: «¡Qué galería regia tan brillante de los Alfonsos de Castilla!, Alfonso I el Católico; Alfonso II el Casto; Alfonso III el Grande; Alfonso V el de Calatañazor; Alfonso VI el de Toledo; Alfonso VII el Emperador, Alfonso X el Sabio. Otros nombres de monarcas castellanos de la Edad Media van asociados a glorias y gestas como los Ordoños, los Ramiros, los Sanchos y los Fernandos». Por lo visto, Modesto Lafuente ignora, no solamente la existencia del Reino de León, sino también la del Reino de Oviedo

El historiador contemporáneo más famoso que utilizó los Cantos de Gesta fue Justo Pérez de Urbel. El trabajo del historiador castellano ha encontrado no pocas objeciones en muchos historiadores. Tal es el caso de Sánchez Albornoz, quien acusa a Pérez de Urbel de dejarse llevar de una excesiva fantasía en dar por ciertos hechos que ninguna fuente narrativa o diploma acredita y una excesiva pasión por el héroe Fernán González Los diplomas documentales conocidos de Fernán González son 35 y ninguno de ellos es original. Son copias de los siglos XIII, XIV y XVI. Estas copias tienen evidentes anacronismos de lenguaje, fechas y personas, demostrando que pertenecen a etapas posteriores Tal es el caso del Fuero de Melgar con la firma de Don García, obispo de Burgos, que vivió un siglo después y que dijo que el conde García Fernández ostentaba el título de Imperator Castelle en lugar de imperante, sinónimo de gobernador. En otro diploma se dice que el conde Fernán González ya estaba gobernando el año 919, cuando aún no había nacido (nació el año 923) Otro diploma dice que Fernán González ya era conde de Castilla el año 928 cuando la documentación auténtica nos demuestra que Fernando Ansúrez ostentó ese título hasta el año 931. Se puede decir sin exagerar que los diplomas de la época de Fernán González son todos apócrifos. De los 35 diplomas el único que se considera auténtico es el Fuero de Castrojeriz otorgado por el conde García Fernández el año 974. Este diploma es conocido a través de una confirmación de Fernando III el 3 de marzo de 1234 en Valladolid

La unión de los Reinos de León y de Castilla el año 1230 en la persona de Fernando III es aprovechada por muchos historiadores como una unión de semejanzas y de intereses comunes, algo que es completamente falso y que oculta una realidad bien distinta. La unión de León y de Castilla no fue la unión de leoneses y castellanos, sino de dos Coronas, la de León y la de Castilla. La Corona de León comprendía Asturias, Extremadura, Galicia y León. La Corona de Castilla comprendía Castilla y las Vascongadas.

Por otra parte, León y Castilla, no solamente no eran semejantes, sino muy diferentes con orígenes y raíces distintas y hasta tradiciones antagónicas. Ni siquiera la lengua era común en ambas Coronas, pues en León se hablaba leonés y gallego y en Castilla, castellano y vascuence. Castilla siempre rechazó el Fuero Juzgo, que era la base de las estructuras jurídica, política y social de los territorios de la Corona de León En cambio, Asturias, Extremadura, Galicia y León sí tenían grandes semejanzas e iguales estructuras políticas y sociales. Los vascocastellanos fueron un pueblo con sus propias estructuras sociopolíticas y por eso siempre estuvieron unidos para luchar contra los foráneos, primero contra los romanos, luego contra los visigodos, luego contra los musulmanes y finalmente contra los asturleoneses. Todo esto lo explica muy bien el historiador gallego Ramón Menéndez Pidal en su obra La España del Cid .

Es también aceptada por la inmensa mayoría de historiadores de todos los tiempos que la unión de las Coronas de León y de Castilla estableció la hegemonía de Castilla primero sobre León, luego sobre España entera y luego sobre todo el Imperio Español. Producto de estas apreciaciones son las típicas frases como Castilla hizo España, Castilla fundó España, Castilla conquistó América.

No dudan en afirmar que Castilla impuso su lengua, sus leyes, sus costumbres a toda España,, creando una enorme confusión y un supuesto predominio de lo castellano en toda España, falseando la Historia La Historia demuestra que la realidad es todo lo contrario a como se cuenta. El año 910, hace 1100 años, nace el Reino de León con García I como continuación del Reino de Oviedo, mientras Castilla aparece en la historia como un condado, como una provincia leonesa.

Es cierto que a partir de la muerte de Alfonso IX la ciudad de León dejó de ser Corte de los Reyes, conservando sin embargo su antigua autoridad y prerrogativas en orden a la judicatura, decisión en los pleitos, de las querellas y apelación que se traían a León desde tiempos remotos. Así lo cuenta el historiador Manuel Risco. Otro tanto le pasó a Burgos, capital de Castilla. Es más, el historiador Ramón Menéndez Pidal reconoce que Castilla no ejerció influencia en las nuevas tierras reconquistadas, sino que cedió preponderancia primero a Toledo y luego a Sevilla, estableciéndose en esta ciudad la Sede Regia. Según las enseñanzas de Ramón Menéndez Pidal y Manuel Risco, tanto León como Burgos van perdiendo influencia y poder en beneficio de Andalucía. Desde Fernando III, se van entregando las tierras a la nobleza y a la Iglesia, formándose una aristocracia muy fuerte frente al poder de las instituciones populares. Fernando III ya no necesita el apoyo de las milicias comuneras castellanas.

Cientos de argumentos

Existen cientos de argumentos que demuestran con toda claridad que el Reino de León mantuvo su independencia después del año 1230. He aquí algunos de ellos.

1º- La unidad de poder en un solo Rey no tenía reflejo en una unidad de territorio. Había razones históricas y prácticas, así como diferencias regionales muy acusadas que aconsejaban desde muy antiguo distinguir entre territorio y territorio. La organización de la administración territorial de los Reinos llevada a cabo en tiempos de Alfonso X ya había quedado restablecida en tiempos de su padre, Fernando III, quien había puesto al frente de los Reinos históricos a los Merinos Mayores. En 1258 se produce la sustitución de los Merinos mayores por Adelantados Mayores.

2º- En tiempos de Alfonso X fur creado el Consejo Real que restablece el título de Merino Mayor con la creación de dos Cancillerías, una para León y otra para Castilla. Estos cargos eran desempeñados por los arzobispos de Santiago para León y el de Toledo para Castilla. Fueron creadas también dos Notarías una para León y la otra para Castilla. Estas notarías eran ocupadas por clérigos con gran preparación intelectual.

3º.- Las Cortes de León y las de Castilla eran convocadas en fechas distintas, en ciudades distintas, a veces en la misma ciudad, pero siempre con Merinos distintos, con escribanos distintos y con notarios distintos. Las actas de las Cortes están escritas en lenguas distintas: las Cortes de León están escritas en leonés para León y en gallego para Galicia En cambio, las Cortes de Castilla están escritas en castellano. Por si esto fuera poco, ambos Reinos tenían leyes distintas y, cuando el Rey intentaba hacer leyes iguales para unificar la legislación de ambos Reinos, siempre se encontró con fuerte resistencia de los concejos comuneros castellanos. La convocatoria de Cortes separadas no fue un capricho de los leoneses. Cuentan los cronistas medievales que los castellanos se opusieron a que sus Cortes se convocaran juntas con las de León porque los Procuradores castellanos tenían miedo de que los Procuradores leoneses propusieran mociones que perjudicaran a Castilla

4º.- Poco a poco y, a medida que el Rey iba aumentando su poder, disminuía el poder de los concejos castellanos. Llegó un momento en el que el Rey pudo convocar las Cortes conjuntas. Esta unificación de Cortes provocó algunos incidentes muy esclarecedores.

5º.- El día 27 de enero de 1407 fueron convocadas Cortes conjuntas de los Reinos en Segovia. Los Procuradores leoneses Gonzalo Ramírez y Diego Fernández se quejaron a la Reina Doña Catalina, madre de Juan II, que los Procuradores de Toledo habían hecho antes que ellos el juramento y homenaje de pleitesía, siendo esto en contra de los privilegios tradicionales que había tenido la ciudad de León por los muchos y leales servicios que los leoneses habían hecho a los Reyes anteriores. Mandó la Reina a Juan Martínez Chanciller y Fernán Alonso y demás escribanos que, cuando escribiesen dichos juramentos y homenajes de pleitesía, pusiesen primero a León y a Burgos y después a Toledo, quedando a salvo los privilegios leoneses. En esas mismas Cortes celebradas en Toledo se estableció que los Procuradores de la ciudad de León tenían que tener asiento antes que los de Toledo como así había sido en el pasado y así era la costumbre. Así consta en las actas de dichas Cortes y así lo cuenta Manuel Risco.

6º.- Toda la documentación medieval está llena de frases que demuestran claramente que existían varios reinos independientes entre sí. En el libro «Setenario» de Alfonso X está escrito «Sevilla la mayor ciudad de todos los reinos». En 1277 Alfonso X dirigió una carta a los «omes buenos del regno de León». En tiempos de Pedro I, en las Cortes de 1368 se decide que los alcaldes del Reino de León tenían que ser leoneses y en el Reino de Castilla, castellanos. Al hacer testamento Isabel I dejó escrito «dejo mis reinos-¦». Anteriormente todos los Reyes al hacer testamento dejaban escrito lo mismo: «dejo mis reinos»-¦.

En resumen, la unión de los Reinos de León y de Castilla en la persona de Fernando III no produjo la fusión de los pueblos leonés y castellano, además de otros pueblos, ni desapareció la identidad leonesa, ni desapareció la herencia leonesa a pesar de que muchos historiadores así lo quieran hacer ver. Por otra parte, el que se siga hablando de la hegemonía de Castilla sobre León y sobre el resto de los pueblos de España no es más que crear confusión y un grave error que dificulta el conocimiento de la Historia de España.

En la amplia documentación medieval los Reyes figuran siempre como «Rey de León, de Castilla, de Toledo, de Murcia, etc. Sin embargo, los historiadores y cronistas en sus escritos, para abreviar, escriben siempre Rey de Castilla unicamente. Esta sustitución es fuente de errores y confusiones y además falsea la Historia de España. Actualmente se suele escribir Rey de Castilla y León. La verdad es que el nombre Castilla y León no ha existido nunca, nunca fue una realidad histórica en la España Medieval. La realidad es que sí existió un Reino de León y un Reino de Castilla Por ello, no es comprensible la ocultación de todo lo referente a lo leonés y la exaltación de lo castellano, que encierran una aberrante manipulación de los hechos reales, que tergiversan la Historia de España.

A pesar de los grandes cambios políticos en las estructuras del Estado Español, la división administrativa siempre fue muy respetuosa con los límites históricos de los Reinos originarios. Es bien conocido que los Reyes Católicos respetaron escrupulosamente los Reinos originarios de los antiguos Reinos de la Edad Media. Se puede asegurar que los Reyes Católicos respetaron las fronteras tradicionales entre León y Castilla. Los Reyes Católicos respetaron también los símbolos del escudo heráldico de los viejos Reinos.

El león representaba a todos los territorios del Reino de León (Asturias, Extremadura, Galicia y León). El castillo representaba a la propia Castilla y al País Vasco, que siempre fue una parte de Castilla. De todos los emblemas del escudo de la Corona Española, el más antiguo era sin duda el león del que se conocen documentos del siglo XII

Ya nació el año 2010, el año que conmemora el 1100º cumpleaños del Nacimiento del Reino de León, el Reino forjador de España. No he visto por ninguna parte planes de las Administraciones Públicas para festejar el acontecimiento. Es el momento más oportuno para organizar una serie de conferencias y debates para dejar al descubierto las mentiras y medias verdades que han hecho desaparecer misteriosamente el Reino de León de la Historia de España, para que resplandezca al fin la verdad sobre el Reino de León y su significado. Es lo menos que se debería hacer

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