Diario de León

Iluminar un pasado épico

Los muelles de carbón van a dar la entrada a las visitas para conocer cómo funcionó la central térmica de MSP que, tras cuarenta años en desuso la Ciuden abrirá como museo, en el 2011. Su edificio singular y su maquinaria original son los pr

Aspecto de la sala de calderas de la central térmica de MSP antes de comenzar la restauración.

Aspecto de la sala de calderas de la central térmica de MSP antes de comenzar la restauración.

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La primera central térmica de MSP en Ponferrada data de 1920. El edificio, en forma de T, conserva una emblemática chimenea de unos 60 metros de alturas y va ser la cafetería y zona de ocio del museo. Pero antes de llegar aquí, el visitante habrá pasado por la experiencia de conocer «in situ» las tripas de una central térmica de los años 30 y 40 del siglo XX en los edificios de las dos ampliaciones que se hicieron de la industria con la que MSP suministraba de electricidad a sus instalaciones (fábrica de briquetas y ovoides, lavadero de carbón y ferrocarril entre Ponferrada y Villablino).

La central se alimentaba con el carbón que la empresa extraía en la comarca. El muelle de carbones es el punto de acceso a la central-museo. El carbón llegaba por ferrocarril y, como testimonio, una locomotora modelo Baldwin, la nº 8 Ponferrada del Ponfeblino, se restaura en los talleres Mecalper del Bierzo con un presupuesto de 172.000 euros. La entrada del carbón al muelle, procedente del lavadero, y su disposición en playas o depósitos garantizaban el suministro adecuado.

Hologramas, sonidos, olores e iluminación ambientarán al visitante para acercarle lo más posible a las condiciones de trabajo de la central térmica que funcionó durante medio siglo. «Lo único que no podemos reproducir, es el calor», comenta la directora del programa museístico Esther Aparicio. Las temperaturas eran tan elevadas que la central llegó a tener los laterales abiertos.

El conjunto de tolvas y cintas de transporte que permitían distribuir el carbón a las calderas de forma mecanizada también se va a ver en el recorrido por la central térmica. El público entrará a continuación en la sala de calderas para conocer cómo se producía la combustión del carbón. Se conservan cuatro calderas: dos Walther y dos Babcox, en las que quemaban restos de carbón que no se podía comercializar.

La energía calorífica obtenida en la combustión movía las turbinas que generaban la electricidad y el equipamiento auxiliar permitía evacuar la electricidad mediante la red de transporte. Así se fabrica la luz. «Es un lugar ideal para enseñar cómo funciona una central térmica porque ha conservado toda su maquinaria y es un edificio singular», explica Esther Aparicio.

Este museo se define también como la «memoria del trabajo» porque recupera «imágenes, testimonios e hitos de lo que significó la minería del carbón para el Bierzo y Laciana durante el siglo XX». La Ciuden ha rodado ya un documental con materiales antropológicos para hacer luz sobre un pasado épico.

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