Diario de León

PASIÓN POR EL DISEÑO

«La moda tiene psicología»

la diseñadora leonesa marina sánchez lleva más de veInte años en el mundo de la moda dando rienda suelta a su inspiración a través de sus cuidadas creaciones

Marina Sánchez da los últimos retoques a un tocado de fiesta en una de las mesas de trabajo de su estudio. La elaboración es totalmente artesanal y en cada una de sus piezas utiliza materiales de primera calidad.

Marina Sánchez da los últimos retoques a un tocado de fiesta en una de las mesas de trabajo de su estudio. La elaboración es totalmente artesanal y en cada una de sus piezas utiliza materiales de primera calidad.

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Hace más de 20 años que se dedica al mundo de la moda, pero no ha sido hasta hace un par de semanas cuando ha decidido abrir su propia tienda. La diseñadora leonesa Marina Sánchez ha ‘bajado a la calle’ y ha dado un paso más en su carrera profesional. En su estudio de la calle Alfonso V ha vestido a muchas mujeres, no sólo de León, sino también venidas de otras ciudades como Valencia o Pamplona. Asegura que tiene una clientela fiel, pero espera que esta nueva ubicación de a conocer más su marca y mostrar sus diseños a más gente. Acercarse más al público.

«Lo de la tienda surgió de forma casual, nunca lo hice porque, por circunstancias personales, no podía, pero ahora ha surgido de repente y creo que es el momento adecuado», explica.

Se especializó en alta costura después de estudiar Diseño en la Universidad Politécnica de Madrid, donde trabajó una temporada y se codeó con grandes diseñadores como Jesús del Pozo. Becada por la Fundación Loewe, realizó su ‘stage’ en París, de la mano de Yves Saiunt Laurent y Givenchy. Pero, de nuevo las circunstancias personales —esta vez por amor— la trajeron de vuelta a León.

Entonces compatibilizaba sus diseños con la docencia sobre moda en Formación Profesional y como colaboradora de moda en algún medio de comunicación.

Ahora se dedica de lleno a la tienda y a su estudio y ha creado su propia marca, Sweetness, algo más informal que los diseños de fiesta, su especialidad. «Sweetness es todo lo que me inspira, es buscar entre las rocas, oir el rugido de las olas, es ternura, sonrisas, inocencia», sintetiza Marina Sánchez.

Asegura que no pretende ser ‘fashion’ ni tampoco hacer prendas muy caras. Desde 200 euros se puede adquirir un vestido de fiesta comprado en París. Otra cosa son los modelos hechos por ella. «Cuidamos muchísimo las telas y trabajamos con tejidos italianos y franceses», explica al tiempo que se declara devota del arte contemporáneo. «Me pierde la vanguardia, aunque reconozco que no siempre lo más vanguardista no es lo más favorecedor».

Para Marina Sánchez, la moda tiene mucho de psicología y por la forma de vestir se puede saber muchas cosas de la gente.

Uno de sus lemas es intentar no copiar los diseños de otros, un problema del que se quejan muchos diseñadores. «No hacemos copias. Aquí no hay dos trajes iguales», añade.

Los vestidos de comunión son una de sus últimas apuestas. La idea surgió hace cuatro o cinco años y sus diseños rebosan el encanto de los años 20. «Me gusta esta época porque es muy femenina y discreta». Volantes, puntillas y formas acampanadas confieren a estas piezas un aire original muy poco visto para este tipo de celebraciones.

Confiesa que han sido muchas las horas de trabajo y muchos los cursos que la han traído hasta aquí. Está satisfecha de su trayectoria y rechaza protagonizar algún desfile. Nunca lo ha hecho, al menos hasta el momento. «La moda para mí no es hacer pasarela ni ver famosos. Prefiero algo más normal». Hasta se negó a ir a Cibeles en alguna ocasión.

En su estudio abundan las telas, los patrones y los bocetos. Le encanta dibujar y se muestra convencida de que todo el mundo lleva un artista dentro. «Sólo hay que darle un empujoncito para que salga», asegura.

A la pregunta tan formulada en estos tiempos sobre el impacto de la mala situación económica responde rotunda: «Me niego a pensar en la crisis, de ella se sale trabajando», sentencia.

Sus prendas están pensadas para todas las edades, por eso dice que no tiene un perfil concreto al que dirigirse. Las futuras novias también pueden hacerse aquí su vestido. Es uno de sus trabajos favoritos. «Nos encantan las novias por su estilo puro».

Las clientas de Marina Sánchez acuden a ella buscando una prenda diferente y, sobre todo, hecha a medida. «Escuchamos siempre al cliente porque, por lo general, la gente se conoce muy bien a si misma». Para dar en el clavo, buenos materiales y mucho detalle en la confección. Algunos de sus vestidos llevan bordados hechos a mano por la propia Marina que le han llevado horas.

De momento, la tienda «está gustando mucho» y el gusto por la moda en León se nota, según ella. Las mujeres, con los años, van tiendo las ideas más claras y en el norte se tiene un gusto diferente al de otros puntos de España. «Yo prefiero el de aquí porque es más sobrio», afirma.

Si pudiera dar marcha atrás, lo tiene claro: «Volvería a hacer lo mismo».

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