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natal, paraíso tropical

La ciudad de Natal, en el extremo noreste del país, se prepara para dar un salto turístico como una de las ciudades sede del Mundial de Fútbol 2014

Imagen de la playa de Jenipabu, con un importante complejo de dunas.

Imagen de la playa de Jenipabu, con un importante complejo de dunas.

Publicado por
José Manuel Blanco
León

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Natal, que en español quiere decir Navidad, tiene una posición estratégica en un país continente como Brasil. Situada unos grados abajo de la línea del Ecuador, donde el mapa de Brasil hace la curva hacia el sur, goza de clima tropical la mayor parte del año y está en el camino entre Europa y grandes centros urbanos, como Río de Janeiro y Sao Paulo.

Esta privilegiada posición fue aprovechada durante la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos que construyó la base militar de Parnamirim como punto de escala y abastecimiento de los aviones aliados que volaban de Norteamérica a África.

La importancia de la ubicación de Natal se puso de manifiesto en enero de 1943 cuando, el entonces presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, visitó la ciudad y recorrió sus calles a bordo de un todoterreno en compañía del mandatario brasileño, Getulio Vargas.

Ahora los visitantes que recibe son miles de turistas, buena parte de ellos europeos, que llegan hasta Natal, capital del estado de Río Grande do Norte, para tostarse bajo el tórrido sol en alguna de las playas que, a lo largo de diez kilómetros, bordean la urbe.

Preparada para el Mundial

Las dunas dan nombre al estadio que se construye aquí para el Mundial de 2014, el Arena das Dunas, que tendrá capacidad para 42.000 personas y recibirá cuatro partidos de la primera fase del Mundial,.

La Gobernadora de Río Grande do Norte, Rosalba Ciarlini, señaló recientemente al visitar las obras del estadio que la ciudad está mejorando sus infraestructuras para acoger a todos los turistas que traiga consigo el evento, lo que incluye la construcción de seis hoteles, un nuevo aeropuerto internacional y un metro en superficie.

El turista puede visitar la fortaleza de los Reyes Magos, llamada así porque su construcción empezó un 6 de enero y que data de finales del siglo XVI, uno de sus edificios más antiguos.

Con forma de estrella de cinco puntas, esta fortaleza se construyó para defender los intereses de Portugal de los ataques franceses que, a lo largo del siglo XVII, asediaron la costa nororiental del país. Todavía conserva sus cañones de bronce, a la vez que permite unas maravillosas vistas de la playa.

También en la costa, junto al morro de Mãe Luiza, se encuentra un faro del mismo nombre, de 37 metros de altura, que fue inaugurado en 1951 y puede ser visitado para apreciar desde lo alto una vista panorámica de toda la ciudad.

Al pasear por sus calles los visitantes pueden perderse entre la contemporánea catedral metropolitana, inaugurada en 1988, la barroca iglesia de Santo Antonio o el centro de turismo, construido a finales del siglo XIX y con múltiples tiendas de artesanía.

También se pueden acercar a la Capitanía das Artes o al teatro Alberto Maranhão, de estilo neoclásico, o visitar el Palacio Potengi, una antigua sede administrativa de dos plantas que hoy funciona como pinacoteca.

Una de las mejores zonas para pasear es la Rua Chile, donde todavía se mantienen muchos edificios construidos con piedra y cal a comienzos del siglo XIX, con fachadas de muy variados colores

A las costumbres gastronómicas de los primeros pobladores de la región deben su gentilicio los nacidos en el estado de Río Grande do Norte, llamados «potiguares», que quiere decir «comedores de camarones», como los indios que encontraron los portugueses al desembarcar en el siglo XVI. También se puede optar por otros locales que ofrecen platos basados en tapioca, con la cual se fabrican una especie de crepes con diversos complementos dulces o salados. Ahora que el Mundial está casi a la vuelta de la esquina, parece una buena oportunidad para conocer la ciudad que seguro no defraudará.

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