Diario de León

iniciativa emprendedora

Un apoyo leonés para el mercado extranjero

Juan Lobato, berciano de adopción, es el cofundador de Ebury Partners, una empresa con acento leonés especializada en el intercambio de divisas que ayuda a las compañías a internacionalizarse, ahora más que nunca

Fotografía de ambiente de la sala de operaciones de Ebury Partners en Londres, fundada en el año 2009 por el leonés Juan Lobato y el burgalés Salvador García.

Fotografía de ambiente de la sala de operaciones de Ebury Partners en Londres, fundada en el año 2009 por el leonés Juan Lobato y el burgalés Salvador García.

Publicado por
A. Gil
León

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Tiene un currículum apabullante. Juan Lobato nació en Barcelona hace 41 años, pero vivió en Ponferrada desde los 3 y de allí son sus padres y sus hermanos. En el Bierzo se crió y vivió buena parte de su infancia y de sus adolescencia. Desde allí, se fue a Madrid, donde se convirtió en Ingeniero de Telecomunicaciones, unos estudios que compaginó con los de Ciencias Económicas.

Ahora lidera, junto a su socio burgalés Salvador García, Ebury Partners, un proyecto empresarial que ofrece apoyo a las empresas que realizan transacciones internacionales fuera de la zona euro, bien porque importan y exportan o bien porque tienen inversiones en el extranjero. Se trata de la primera empresa financiera especializada en cambio de divisas y pagos internacionales que surge en España como alternativa a la banca, que ha sido hasta ahora la principal proveedora de divisas para empresas y particulares. Lo que hace es ofrecer unos tipos de cambio interesantes para que las compañías sean competitivas en el comercio internacional. A España han llegado ahora después de ver que su idea tenía éxito en Londres, donde echaron a andar en 2009.

Juan Lobato y Salvador García son expertos en nuevas tecnologías y en productos financieros y, tras ponerse en marcha en Londres con los ahorros de ambos y triunfar en la City, decidieron dar el salto y establecerse en España para apoyar a las empresas exportadoras. «Pensamos que toda la experiencia internacional que habíamos adquirido durante años en grandes empresas podíamos volcarla en un negocio que fuera nuestro», explica Lobato.

Aportar valor

De esta forma, se lanzaron y crearon Ebury Partners, «para aportar valor y eficiencia en el mercado de divisas». Según explica Lobato, se trata de un mercado con mucho margen de mejora desde el punto de vista operativo y enormemente grande, «lo que multiplica las posibilidades de negocio para un nuevo jugador», relata. Lo vieron claro y fue entonces cuando nació su empresa.

Ambos encarnan el perfil de emprendedor que muchos buscan. Para Lobato, emprender ha sido siempre «una tarea que requiere de mucha ilusión y esfuerzo», pero también «una carrera llena de obstáculos que, a la larga, proporciona también grandes satisfacciones». Él tenía claro su opción de vida. «Para mi, emprender es una opción de vida que me satisface plenamente. Además, me permite poner en juego mis ideas, pero también crear empleo y generar recursos para nuevos proyectos», explica. Y apuesta por ello como la mejor forma de pasar el tiempo. «Creas tu propio puesto de trabajo, cumples con un fin social y aportas valor a la sociedad. ¿Se puede pedir más?».

Sin embargo, para llegar hasta aquí, el camino ha sido largo. Comenzó su carrera laboral en el área internacional de Telefónica, donde estuvo cuatro años participando en diferentes proyectos europeos para pasar después a la sede londinense de McKinsey, donde permaneció tres años.

El siguiente paso de este leonés fue crear sus propios proyectos empresariales y así fue como, en 2003, montó el proyecto Beam.tv, dedicado a la digitalización de anuncios publicitarios para las cadenas de televisión. El negocio fue creciendo y, cinco años más tarde, lo vendió a un fondo de inversión estadounidense.

Lobato, que lleva lo de emprender en la sangre, se lanzó a por la segunda y fue entonces cuando nació Basekit, una plataforma tecnológica al servicio de empresas de hosting en todo el mundo que tiene como objetivo permitir a sus clientes crear páginas web de forma sencilla. Ahora, esa empresa que creó en sus orígenes como emprendedor, es líder dentro de su nicho y está participada de varios fondos de capital riesgo que han aportado ya más de 20 millones de libras de capital.

Recuerdo de la tierra

A pesar de su trayectoria, asegura que nunca ha dejado el Bierzo. «Allí tengo aún la casa de mis abuelos y siempre hablo con mis hermanos de pasar más tiempo en nuestra tierra», señala orgulloso. Aquí viene a visitar a la familia siempre que puede y afirma que le gusta todo de la tierra berciana. «No te lo vas a creer, pero tengo en casa varios libros sobre el Bierzo o Los Ancares. De vez en cuando, los ojeo y me detengo a observar sus fotos porque me hacen revivir los recuerdos de cuando era niño», señala con cierta nostalgia. Ahora, además, asegura haberse aficionado al vino de Mencía, que se puede comprar en Londres, donde reside habitualmente. «Es como beberte un trozo de tu tierra».

Para él emprender ha formado parte siempre de su vida laboral y el haberlo hecho fuera de España le ha aportado una experiencia que ahora hace posible que su empresa trabaje con cien divisas diferentes y dé trabajo a un centenar de personas. «Aportamos un conocimiento del mercado de divisas y una agilidad operacional que no existe actualmente en España», relata. Según explica él mismo, el hecho de estar conectados a las redes de pagos más eficientes del mundo, les permite que sus clientes puedan ahorrar hasta un 8% en el coste de las transacciones con divisas si se opera con divisas ‘exóticas’ y hasta un 4% con monedas de los países pertenecientes al G-10 (Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Japón, los Países Bajos, el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Suecia).

Tiene claro que la crisis económica está siendo «larga y profunda, especialmente para España», pero también que están surgiendo buenas oportunidades de negocio para las empresas que apuestan por la innovación y los mercados exteriores. «Lo vemos en muchas empresas españolas que están perdiendo poco a poco el miedo a salir al extranjero a buscar el negocio que han perdido en casa y que tienen claro que es imprescindible dar ese paso y transformar su negocio local en internacional», argumenta.

 

250 clientes en España

A eso precisamente ayuda desde Ebury Partners, que en la actualidad cuenta con más de 2.000 clientes, de los cuales 250 están en España en un mercado en el que «las claves de crecimiento son realmente interesantes». Espera que su compañía tenga, de aquí a 2016, una cartera de 2.000 clientes a nivel global porque asegura que «en el sector del cambio de divisas hay mucho por hacer en España y existe, además, un potencial de mejora enorme en la oferta de servicios a las empresas exportadoras e importadoras que ahora mismo no está siendo bien cubierta por el negocio bancario tradicional», explica.

Juan Lobato apuesta por el talento como arma para atajar la crisis porque «las empresas y los países que tengan el mejor talento, serán los que alcancen los mayores éxitos en el futuro». Precisamente por eso, lamenta la ‘fuga de cerebros’ que se está produciendo en España. «Es bastante triste ver como nuestro país y nuestro tejido empresarial están perdiendo gran parte de este talento joven que se ve obligado a emigrar», alega. Y propone, como posible solución, «que los gobiernos promuevan e incentiven la contratación de jóvenes, que fomenten los contratos de formación y que habiliten sistemas para que esta juventud se vaya incorporando a las empresas desde los estudios». Para él, «la brecha entre la universidad y la empresa es todavía importante». El panorama es bastante diferente en Reino Unido. Tanto Lobato como su socio, necesitaron apenas dos días para tener resueltos los trámites administrativos necesarios para poner su empresa en marcha, si bien tardaron cerca de un año desarrollando el modelo de negocio. El tema de la financiación tampoco resultó un problema porque tuvieron muchas facilidades a la hora de encontrar financiación. «Burocracia y financiación son vitales para un proyecto que empieza y tanto uno como el otro se resuelven de manera sencilla en Reino Unido», apunta.

Estas facilidades nada tienen que ver con lo que se exige a un emprendedor en España. «Además de por ese motivo, nos decantamos por Reino Unido porque aquí vivíamos, trabajábamos y conocíamos el mercado. Si tienes una buena idea empresarial, es más fácil encontrar inversores en este país dispuestos a poner su dinero para hacer progresar un proyecto», remata.

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