Diario de León

escuela de comercio

Un siglo en la base de los negocios

El edificio de la Escuela de Comercio sigue albergando hoy servicios de la Universidad de León.

El edificio de la Escuela de Comercio sigue albergando hoy servicios de la Universidad de León.

Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ
León

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Cien años de historia dan para ver a muchas generaciones formándose para administrar negocios y empresas. La escuela de comercio supo transformarse a través de los años hasta alumbrar la Facultad de Ciencias Económicas y empresariales que sigue evolucionando

Empresarios, gestores, asesores, profesores, contables,... Hoy doctores y másteres en las más especializadas materias de la economía y la empresa. Decenas de generaciones al servicio del desarrollo leonés. La formación de los profesionales económicos y mercantiles de la provincia cumple ahora un siglo de vida oficial, después de las primeras iniciativas que, como en otros tantos adelantos educativos de la provincia, vinieron de la mano de la Sociedad de Amigos del País. Cien años desde que se materializó aquel anhelo de formar en las materias básicas del comercio, pero también de la formación general, a quienes estaban llamados a dirigir los negocios y la economía leonesa. Un siglo de transformaciones que se tradujeron después, de la mano del gran logro de la Universidad de León, en una de las facultades que mayor vitalidad muestra en el Campus de Vegazana.

Los estudios de comercio y economía cumplen ahora cien años, desde que se constituyó oficialmente la Escuela de Comercio, que a través de sus distintas denominaciones ha ido dibujando la historia de la formación de quienes han estado llamados a dirigir los designios de los negocios y el desarrollo local. Un siglo de diferencia entre aquellas aulas en las que se hablaba de conocimientos mercantiles y mecanografía, entre otras materias; y la internacionalización y la cooperación para crecer que ejercitan los alumnos de la actual Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Una realidad que sigue creciendo, y que ha ido mucho más allá de las aspiraciones de quienes, a finales del siglo XIX, lucharon por dotar a Léon de una escuela que alimentase de profesionales bien formados a una economía y una industria que comenzaban a despuntar.

Muchas promociones de economistas (peritos, profesores mercantiles, diplomados licenciados, doctores,...) que desde los distintos frentes del asesoramiento y el conocimiento han forjado la economía de León en el último siglo. Y han sentado las bases de un prometedor futuro de profesionales capaces de competir en el mundo globalizado.

El primer director de la Escuela Pericial de Comercio de León, Gonzalo Sánchez Toscano, y el último director de la escuela, antes de que la institución pasase a formar parte del ámbito universitario, José Luis Placer Galán. Entre ellos, los fundadores de la escuela en 1915, Luis Ballesteros, Juan Miguel Aguirre, Ramón Apalategui, Daniel Martínez, Pedro Cabezuelo, Francisco Martínez Santiso y Fernando Taibo.

La Facultad de Económicas, según explica su decano, José Miguel Fernández, conmemora el centenario de la creación oficial de las escuelas de comercio en León, con un acto central que se celebra el próximo jueves, día 26, en el paraninfo de la antigua Escuela de Comercio. En los próximos meses un ciclo de conferencias y mesas redondas sobre la economía leonesa pondrán en valor la apuesta de futuro de los profesionales leoneses de los estudios económicos, que consolidan así el legado de un siglo de aprendizaje.

La historia de la formación empresarial en la provincia tiene en realidad algo más de un siglo. Aunque las escuelas de comercio comenzaron a establecerse en España en 1857, en León, como en otros tantos asuntos, transcurrió medio siglo hasta que el proyecto se hizo presente en la realidad local. Antes, también como en otras tantas iniciativas provinciales relacionadas con la educación y con la economía, fue el espíritu ilustrado de la Sociedad de Amigos del País la que impulsó los primeros intentos de formación con las Escuelas de Artes y Oficios, en las que ya en 1881 se establecía la intención de que «el artesanato, además de conocer el desempeño material de su labor, entienda contabilidad y de comercio, y conozca los fundamentos de geometría, aritmética y dibujo necesarios para el desarrollo de su profesión». Incluso en 1879 la Sociedad plantaó la posibilidad de crear en León una Escuela de Comercio como las que comenzaban a constituirse en otras partes del país.

En cambio, lo que durante años se llevó a cabo fue impartir apenas clases nocturnas, para compatibilizarlas con el trabajo; aunque sentaron las bases de lo que luego serían las Secciones Elementales de las Escuelas de Comercio, que como recogen José Fernández-Llamazares e Isidoro García Martínez en su estudio sobre los precedentes de la Escuela de Comercio de León, tenían por objeto «difundir los conocimientos prácticos de la administración mercantil entre dependientes, aspirantes a serlo en escritorios de comercio y personas interesadas en la explotación de pequeñas industrias»

Francisco Morán, en su ‘Historia de la contabilidad y estudios mercantiles, y Escuelas de comercio’, señala que la escuela privada se creó con fondos de la Cámara de Comercio y pequeñas subvenciones del Ministerio de Instrucción Pública, y funcionó desde enero de 1910 a septiembre de 1915, cuando se oficializó la escuela.

El verdadero impulso para crear en la ciudad una Escuela Oficial de Comercio se forjó en 1909, de la mano de la Cámara de Comercio e Industria de León, que defendió la necesidad de impartir enseñanzas mercantiles y llevó a cabo una labor de sensibilización y de aunar apoyos institucionales que se tradujo en la creación de la Escuela Pericial de Comercio, aprobada por real decreto del 16 de abril de 1915.

El catedrático Lacarra escribió entonces que «el comercio y el pueblo de León celebraron esta noticia acudiendo en manifestación imponente al Gobierno Civil; se cerraron fábricas y comercios y la vida industrial y mercantil de León se interrumpió durante unas horas para acudir en masa a dar las gracias por tan importante concesión...»

Conseguida la «vulgarización» de los estudios comerciales, se inició otra tarea no menos titánica: conseguir un edificio donde poder dar las clases con cierta dignidad. Un empeño que tardaría años en conseguirse, y no por falta de entusiasmo de los promotores del proyecto, que incluso arengaron a «tantas personas pudientes como hay entre los leoneses, tanto filántropo hijo de esta provincia en España y América, ¿no encontraremos ninguno con la suficiente abnegación como para regalar un edificio donde instalar la escuela?». No lo hubo, así que las clases pasaron primero por un local cedido por la Cámara, y luego por el Centro Obrero Leonés. Hasta ocupar los locales que dejó libres el Instituto General y Técnico de Enseñanza Media en la calle Daoiz y Velarde (en el tramo que más tarde fue Pablo Flórez).

Arriba, las instalaciones actuales de la Escuela, donde siguen acudiendo alumnos para recibir clases de idiomas, además de acoger la Fundación Universidad Empresa, entre otras funciones. Abajo, la inauguración del edificio, el 1 de mayo de 1060. Bendecido por el obispo Almarcha, acudieron al acto el ministro de Educación y todas las autoridades provinciales.

El caso es que los estudios de comercio se iniciaron en León con una plantilla de docentes formada por cinco catedráticos, un profesor de dibujo y caligrafía, otro de taquigrafía y mecanografía, y otros tres auxiliares. Había también profesores interinos de francés, contabilidad, inglés, derecho y filosofía moral, ciencias exactas,... Los alumnos ingresaban a partir de los diez años para el grado preparatorio y el elemental, y de 14 para el grado medio.

La renovación de los planes de estudios desde los primeros años de existencia de la escuela desvela un debate que sigue produciéndose hoy en día. Ya la nueva programación de 1922 se justificaba por el «desfase entre los conocimientos que se adquirían en las escuelas y las exigencias, cada vez más complejas, de la realidad mercantil». Y en la «necesidad de mantener el equilibrio entre la preparación cultural del comerciante y las necesidades conque había de tropezar en la vida de los negocios».

Una década después se elevó también la categoría de la escuela de pericial a profesional, y las cátedras se van ampliando con legislación mercantil comparada, física y química, cálculo comercial, alemán, administración económica y contabilidad pública,...

El incremento del número de alumnos y «el desarrollo industrial y mercantil de la provincia» en los años siguientes llevaron a conceder el Grado Superior a la Escuela de Comercio de León en el curso que comenzó en 1947, y pasó a llamarse entonces Escuela Profesional de Comercio. Cinco años después se actualizó de nuevo el plan de estudios, pero se mantuvieron condiciones de enseñanza como la separación de sexos en las aulas. En 1953 acudían a la escuela «los varones por la mañana y las señoritas por la tarde generalmente, y Aurelio Alonso, profesor de religión, en su celo apostólico llevaba con toda rigurosidad el cumplimiento de esta separación, como hacía patente en momentos como períodos de matrícula, actos en el Paraninfo,...»

Morán señala que las calses se impartían lunes, miércoles y viernes para los chicos, y martes, jueves y sábado para las chicas. «Siempre separados en los actos en los que coincidían por el profesor de religión...»

Uno de los momentos culminantes de la Escuela de Comercio de León fue la consecución de un edificio propio, que aún se conserva con usos universitarios junto al parque de San Francisco. El Ayuntamiento de León cedió parte de los terrenos del antiguo Mercado de Ganados para construir el que entonces se definió como «destacadísimo baluarte de embellecimiento en lo urbanístico, y jalón fundamental para el desarrollo de esa zona de la ciudad».

El 1 de mayo de 1960 el ministro de Educación Nacional inauguró el edificio acompañado de todo el escalafón educativo, institucional y religioso que la ocasión merecía. Diez millones de pesetas con cargo al presupuesto del ministerio costó levantar la que desde el primer momento había sido aspiración de la escuela, y otro 1,2 millones costó amueblarlo, proyecto que se completó con las aportaciones de la Cámara y la Diputación.

 

Obra del arquitecto Juan Torbado, conserva aún como una de sus joyas el gran mural que José Vela Zanetti pintó en el frontispicio del Paraninfo, donde representó al trabajo, la industria y el comercio. Diecisiete aulas, biblioteca, laboratorio (con donaciones de Antibióticos), museo comercial, dos gimnasios en los sótanos, oficinas, salas de lectura, oratorio presidido por la Virgen del Camino,... Y una gran maqueta de la provincia instalada en el vestíbulo. Todo un ejercicio de dotación para formar peritos y profesores mercantiles que superaba casi medio siglo de precariedad en el «caserón» de Daoiz y Velarde.

Entonces se constituyó también el Instituto Técnico de Contabilidad de Empresas y Administración, para fomentar la investigación contable y las técnicas modernas de organización y administración de empresas. Mucho antes, en 1919, se había constituido el Colegio Oficial de Titulados Mercantiles de León.

La Escuela de Comercio siguió sus pasos entonces hasta que a principios de los años 70 la Ley General de Educación decretó la integración de estos centros de formación en las universidades. En mayo de 1972 la Escuela Profesional de Comercio de León pasó así a ser Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, integrada en la Universidad de Oviedo. Quienes terminaban sus estudios en ella lograban la diplomatura en Ciencias Empresariales, y podían acceder a las enseñanzas de segundo ciclo.

El plan de estudios aprobado en 1973 contemplaba, además de las materias propias de la escuela, las disciplinas de religión, formación del espíritu nacional, educación física y «un idioma moderno a elegir».

Por otro lado, las escuelas periciales de comercio se transformaron en 1979 en centros de Formación Profesional, lo que extinguió las titulaciones de peritaje mercantil, auxiliar de empresa e intérprete de oficina mercantil; que pasaron a ser FP en las ramas administrativa y comercial.

La creación en octubre de 1979 de la Universidad de León ‘devolvió’ al ámbito de gestión provincial a la Escuela Universitaria de Empresariales; y a lo largo de los siguientes años se gestó la consecución para la ULE de la Facultad de Ciencias Empresariales, que sumaba los licenciados a las diplomaturas que se concedían entonces. Su primer curso se inició en 1987, y con él la nueva aspiración de contar con un edificio propio en el Campus.

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