sin paredes

Lo local es lo universal sin paredes». El insigne escritor y médico portugués Miguel Torga, que ejerció una parte de su vida en Tras Os Montes, es el autor de esta célebre frase con más sentido que nunca en la era de la tecnología y la globalización. Todo lo que pasa en el mundo nos incumbe y todo lo que hacemos tiene repercusión a nuestro alrededor y en el planeta.

El asesinato de Berta Cáceres, en Honduras, en su propia casa, está más cercano a nuestra vida de lo que podamos imaginar. La mujer que le torció la mano al Banco Mundial y a China no sólo concitó a las comunidades indígenas y negras, estudiantes, jóvenes, ancianos, embajadores en su velorio.

Ha removido las entrañas de la conciencia planetaria al destaparsee amenazas por su compromiso con el medio ambiente tras iniciar una jornada de resistencia civil contra el proyecto hidroeléctrico Agua Charca, que se construye dentro del territorio de la comunidad lenca con capital chino.

Y nos enteramos así que de Honduras es uno de los países del mundo donde se cometen más asesinatos ambientalistas por habitante, con un balance de doce crímenes en el 2014. Berta Cáceres recibió el premio Goldman 2015, la mayor distinción para activistas del medio ambiente.

Corriendo con lobos

L a lucha por los derechos de la Tierra y por la defensa del medio ambiente es una de las más emblemáticas de las luchas feministas del siglo XXI. El llamado ecofeminismo fusiona la defensa de los derechos de las mujeres con los ambientales y de las especies animales y ecosistemas amenazados.

Son las mujeres que corren con lobos, como dice Clarisa Pinkola en el libro del mismo título donde reivindica la naturaleza salvaje de las mujeres como una forma de empoderamiento en una civilización que cosifica, objetualiza y ofrece a las mujeres un canon de belleza y de vida que nos convierte en pasivas (y compulsivas) consumidoras de ropa, tratamientos de belleza y estilos de vida.

Multiplicadas

S on muchas las rendijas que se abren en el viejo esquema del patriarcado. Se multiplican como los espejos de la acción perfomance que Isabel Alonso presentó con un grupo de mujeres tras la manifestación del 8 de marzo en León. Hay que mirarse al espejo y reflejarse en los rostros de todas las mujeres. Multiplicar los referentes, recuperar las memorias y tirar de los hilos de la sororidad.

Las ecofeministas son contemporáneas del casi viejo proverbio ecologista de pensar globalmente y actuar localmente que se popularizó en los años 70. Muchas se sumarán a la manifestación convocada hoy en Madrid contra las matanzas organizadas desde la administración. Los corderos que maltratan, y aniquilan, a los lobitos buenos.

Olvidadas

L os lobos están en peligro de extinción, alertan. Como los pueblos. Como la gente de los pueblos. Y sin mujeres no hay pueblos. A los lobos los matan y a los pueblos les ahogan. Sin servicios y sin trenes. La gente resiste como puede. O se resigna. Como la vecina de Pardavé que se acercó ayer a Matallana de Torío al acto organizado por el Ayuntamiento con motivo del Día Internacional de la Mujer. Subió en el tren y bajó en taxi porque ya no había más trenes en dirección a León.

Allí estaba también Manuela, de Candanedo. Siete años de trabajo en la mina en Orzonoga. A la intemperie y sin cotizar. A los hombres que hicieron la mili se lo reconocen en la cuenta de la vida laboral. A las mujeres que trabajan en la economía ‘informal’, ni la memoria. Hacen falta muchas Bertas y muchos espejos. Sin paredes, sin fronteras.