Señales

Se dice que un cambio profundo y verdadero, que nos acerque a la persona que queremos ser y a estar más satisfechos con nuestra vida, suele llegar como consecuencia de una gran crisis personal, ya sea por un ?despido, una muerte o una pérdida de otro tipo. Es cierto que en muchos casos es así. Porque hemos aprendido a vivir en automático: sin mirar, sin escuchar, sin sentir y sin querer saber.

Aunque nuestra vida esté llena de avisos que nos indican que necesitamos pararnos, hacernos preguntas y empezar a tomar decisiones, muchas veces no queramos verlos o no sabemos interpretar lo que nos quieren decir. Pero no por ello dejan de estar ahí.

Así que, si tiene dudas, éstas son algunas de las señales más claras de que algo no va bien en su vida:

—Su estado de ánimo pega cambios bruscos sin que haya motivos para ello y sin que usted tenga ningún control. Un día se siente triste, otro alegre, otro apático y cansado, otro irascible…

—Su motivación es más externa que interna. Depende de lo que le dicen los demás, de cómo se ve cuando se mira al espejo, de los bienes materiales que acumula o de la —falsa— sensación de tenerlo todo bajo control.

—Le cuesta tomar decisiones. Las grandes y las pequeñas. Cualquier decisión se le hace un mundo. Y todo para que al final termine aplazándola, con tal de no tener que elegir, o tomando un camino sin dejar de acordarse del que no tomó.

—Vive obsesionado. Le da vueltas a las cosas una y otra vez, se adelanta a lo que va a pasar, no deja de pensar en lo que ya pasó, se culpa por no haber hecho las cosas de otra forma y le busca mil explicaciones a todo.

—Boicotea cada uno de sus sueños, antes incluso de haberlo intentado. Se dice a sí mismo que no va a poder, que es imposible, que ya es tarde para eso o que usted no tiene lo que hay que tener para lograrlo.

Incluso es posible que piense que todo esto no va con usted y que este tipo de problemas los tienen los demás. El vecino, tal vez. Si es así sepa que, probablemente, eso también esté siendo señal de algo.