Diario de León

CANTO RODADO

Razones para el 15-N

León tiene los ingredientes para superar la dependencia que ha tenido durante décadas del monocultivo del carbón. Falta, eso sí, un poco de savia joven y que ocupe su sitio en el noroeste..

León

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Hace años, cuando se peatonalizó el casco antiguo y se empezaron a abrir espacios comeciales en la periferia nueva de la ciudad, hubo un concejal-arquitecto que nos enseñó el concepto de ciudad multicéntrica. Cecilio Vallejo, que ciertamente trajo un poco de modernidad a una ciudad que se resistía a sacar los coches de las puertas de la Catedral, el urbanismo de un solo centro era cosa del pasado. Cada centro, decía el edil, tendría su punto fuerte o especialidad. Uno más administrativo, otro más comercial, el histórico...

Ha llovido mucho desde entonces, pese a los años de sequía. Hay una ciudad multicéntrica, sí, pero cada vez con menos pálpito. Pese a ser la gran ‘beneficiaria’ de la emigración rural sufre las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, el refugio de una provincia demasiado ahorradora y poco dada a movilizar los dineros en crear nueva riqueza.

Las cajas eran las depositarias del ahorro que generaba el campo leonés, acostumbrado a trabajar mucho y vivir con poco. Al mismo tiempo se realizaba una reconversión brutal (y nunca contada) del sector agropecuario y otra no menos brutal, aunque visible, como la minero-energética.

La provincia no se ha movido. Sigue en el mismo espacio peninsular, desde luego. La provincia, admitámoslo, se ha movido muy poco. El envejecimiento activo es lo que más se mueve en estos momentos, además de las maletas que ruedan desde la estación a otros puntos de la geografía nacional e internacional. Las pensiones han sido el colchón de la crisis y de la pasividad de una sociedad que ha llegado a creerse vencida y desarmada como el ejército rojo hace ya casi 80 años.

Las políticas autonómicas y estatales casi han conseguido mover el eje central del noroeste de León a Valladolid. León no es vista como un centro del noroeste a potenciar por parte de una administración autonómica centrípeta para el poder y centrífuga para la privación de derechos a la ciudadanía. La Junta no ha ejercido un liderazgo justo y solidario con las provincias de la periferia. Es como si un padre o una madre no tuviera en cuenta el talento de sus hijos e hijas y sólo invirtiera en uno para su educación, como se hizo tradicionalmente.

No se aplica la solidaridad territorial a la que apela el Gobierno autonómico para exigir fondos del Estado y combatir el independentismo catalán. Esta desigualdad hace muy difícil la recuperación de la periferia y de una economía como la leonesa. Miremos a esa ciudad multicénrica en Ponferrada, por ejemplo, sumida en la depresión de la era poscarbón. De la misma manera que la brecha salarial entre hombres y mujeres tardará más de 100 años en superarse si no se toman medidas, tampoco avanzaremos mucho en León sin medidas políticas de calado.

No todo depende de que nos empeñemos en las utopías, que, también y ya es hora de que empecemos a creer en ellas. No todo depende del voluntarismo, aunque sin duda habrá gente talentosa que triunfará en medio del erial.

Riqueza ambiental y paisajística, historia y monumentos, cultura tradicional, buena tierra y mucha agua, talento... y una posición privilegiada en el noroeste peninsular. León tiene los ingredientes para sacar el carro de la economía del atolladero en el que está hundida a consecuencia del fin del monocultivo del carbón y de la debacle inducida de las cuencas mineras.

La posición geográfica es parte del oro del siglo XXI, como lo fue para los romanos. No dejemos que León quede varada como un buque fantasma en la periferia olvidada de Castilla y León. Hay razones para el 15-N. Hay razones para remangarse todo el año. Todas y todos.

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