Diario de León

RADIOGRAFÍA DEL FEMINISMO

Rosa Cobo: «Hay fuerzas con interés en deslegitimar las vindicaciones feministas»

Desde 2017, el feminismo ha experimentado un auge en diversos países del mundo. Rosa Cobo, teórica feminista de la Universidad de A Coruña y Adelina Rodríguez, socióloga de la Universidad de León reflexionan acerca del movimiento y por qué continúa siendo más necesario que nunca

Estatua de la reina doña Urraca en la plaza de San Marcelo en León

La estatua de doña Urraca se viste con el lazo morado con motivo del 8M en León.Fernando Otero Perandones

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Hace unos meses, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicaba una encuesta sobre la percepción sobre la igualdad entre hombres y mujeres. A pesar de que la mayoría de encuestados reconocían las desigualdades que aún sufre la mujer en el siglo XXI, llamaba la atención que un 44,1 % de los hombres participantes creía que se había llegado demasiado lejos en la promoción de la igualdad. Un dato que ha copado titulares y por el que han corrido ríos de tinta en diversos diarios y medios desde la publicación del estudio.

A pesar de la polémica, Adelina Rodríguez, socióloga y profesora de la Universidad de León, cree que «muchas veces nos quedamos con titulares». «El titular fácil y que llama la atención es que el 44% de los hombres dice que se ha llegado lejos. Hay que hacer pedagogía y explicar qué significa eso de que hemos llegado lejos en qué, cómo y qué queda por hacer», apunta la socióloga.

Por su parte, Rosa Cobo, teórica feminista y profesora titular de sociología en la Universidad de A Coruña, señala también que este porcentaje «es elevado y nos informa de mucho como que los varones ven amenazados sus privilegios y sus intereses con las políticas de igualdad y el discurso feminista».

Asimismo, avisa que «ese dato es el resultado de un intento persistente por deslegitimar la lucha feminista». «El feminismo civiliza la sociedad y humaniza las relaciones entre hombres y mujeres. Esta cifra habla de los intentos por construir una narrativa feminista en términos de que la igualdad ya se ha conseguido y, por tanto, la lucha feminista está de más», recalca Cobo.

A pesar de la polarización que podrían suscitar estos datos, la encuesta revela también que el 90% de encuestados asegura que se deben recriminar los comportamiento sexistas, por lo que cabe preguntarse si existe cierta polarización en torno al feminismo. Acerca de ello, Rodríguez afirma que estos estudios deben servir para «reflexionar, ver cómo se puede seguir avanzando y qué hacer en la escuela, la familia y desde los partidos políticos».

«Creo que hay tomarlo desde esa línea. No debemos tomarlo como que se ha avanzado mucho o poco. Muchas personas creen que la violencia de género es algo residual o se produce en determinadas clases sociales. Estos estudios sirven para mostrar la realidad y ver que queda mucho por hacer. Esto habría que trabajarlo desde todos los ámbitos», agrega la socióloga.

La socióloga posando

Adelina Rodríguez, socióloga de la Universidad de León.Jesus F.Salvadores

Feminismo y teoría 'queer'

El año 2017 fue clave para el movimiento feminista gracias a la reivindicaciones de numerosas mujeres que alzaron la voz por sus derechos. Uno de los casos más célebres fue el #Metoo, donde numerosas artistas de Hollywood decidieron denunciar el acoso y agresiones sufridas por parte del productor Harvey Weinstein y que provocaron su posterior caída.

En España, ese mismo año el ‘caso de la manada’ sacudió a la opinión pública por la gravedad de sus hechos. Distintas concentraciones reclamaban un cambio real en el sistema y una sanción ejemplar a los juzgados, que se materializó con una huelga general el 8 de marzo que cosechó una asistencia récord en las manifestaciones de diversas ciudades.

Si las anteriores olas feministas se centraban en otras luchas como el derecho al voto (1ª ola), los derechos sexuales y reproductivos (2ª ola) y la interseccionalidad de todas las luchas (3ª ola), las teóricas feministas ya hablan de una nueva ola que comenzó a gestarse la década pasada.

La cuarta ola tiene su agenda puesta en la lucha contra las formas de violencia hacia la mujer como es la cultura de la violación y el ‘bodyshaming’, pero también el reconocimiento de la libertad sexual, propia de la teoría ‘queer’.

Ambos movimientos han vivido momentos convulsos en los últimos años como fue la convocatoria de dos marchas paralelas el 8 de marzo de 2023, una disputa que evidencia las diferentes sensibilidades que existen entre las feministas.

La socióloga Adelina Rodríguez cree que estas disparidades son «normales ante un día de reivindicación o celebración, ya que pueden existir diferentes formas de ver el feminismo». «A mí no me parece contradictorio, sino enriquecedor. Cuando hay diferentes puntos de vista sobre cómo enfrentarse a la realidad, esto enriquece», recalca Rodríguez.

«Yo lo que creo es que hay una gran interés del discurso dominante de tratar este tipo de cosas como algo negativo. Es presentar estas cuestiones como que no tienen recorrido y hay una separación entre las personas que forman parte del movimiento», añade la leonesa.

Precisamente, Cobo apunta «el conflicto de agendas» como uno de los principales problemas entre el feminismo y el movimiento LGBT, ya que el feminismo pone más el foco en la violencia sexual y la precarización del mercado laboral. Para la socióloga gallega, la ‘reconciliación’ entre ambos debe pasar por «reconducir la estrategia y trabajar en el establecimiento de pactos en los temas en los que coincidamos» y, «expulsar las descalificaciones del ámbito del feminismo».

La socióloga Rosa Cobo, profesora de la Universidad de A coruña.

La socióloga Rosa Cobo, profesora de la Universidad de A Coruña.DL

«El movimiento sigue ahí»

A pesar de las diferencias, el feminismo «continúa impregnando la conciencia colectiva de nuestro país», como señala Rosa Cobo. Los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Igualdad apuntan a varios avances, aunque existe cierta disputa sobre cómo se tratan los temas relacionados. Ejemplo de ello fue la reciente aprobación de la ‘Ley del solo sí es sí’.

Cobo califica este debate como una «respuesta reactiva a las demandas del feminismo». «Existen ciertas fuerzas ocultas que tienen interés en deslegitimar las vindicaciones políticas feministas. Otra cosa diferente es que lo consigan», detalla la coruñesa.

«El movimiento sigue ahí y sigue luchando por la igualdad entre los hombres y las mujeres. Puede tener algún momento que esté más aletargado, pero ahora está muy activo y muy vivo», agrega Adelina Rodríguez.

Entre los partidos españoles, existen también diferencias en la forma de abordar el feminismo y la postura que se toma. «En nuestro país está muy claro con los partidos de extrema derecha porque lo dicen claramente que no creen en el feminismo. Ellos parten de una concepción diferente sobre cómo son los hombres y las mujeres. Esto no significa que todas las personas que forman parte de un partido político o con ideología de izquierdas estén de acuerdo con los postulados feministas», afirma Rodríguez.

Si bien las teóricas creen que «hay más probabilidad» de que estos partidos reconozcan el feminismo porque son partidos que «luchan por la igualdad porque parece que va implícita la igualdad entre hombres y mujeres en su ideario», esto no siempre ocurre.

De hecho, Cobo recalca que los partidos de izquierda «no han hecho del feminismo su preocupación política fundamental, ni siquiera lo han colocado en el corazón de su agenda política, pero se les vuelve imposible negar la desigualdad patriarcal porque beben ideológicamente del principio de igualdad». «Esto significa lo que significa, que no lo niegan, pero tienen una enorme ‘pereza’ a la hora de hacer políticas públicas de igualdad», reivindica.

Violencia y juventud

Aunque las sociólogas apuntan una cierta reticencia hacia las políticas de igualdad desde las instituciones, la violencia sexual era y es una preocupación constante en la opinión pública. Desde el inicio del 2024, 5 mujeres han perdido la vida por la violencia de género en España, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 57, según recoge el Ministerio de Igualdad.

Unos datos que solo muestran la punta del iceberg y es que la violencia hacia la mujer debe comprenderse desde diferentes estadios, siendo el asesinato la manifestación más dramática de ello.

En los jóvenes, estas cifras son más preocupantes. La Fundación ANAR apuntó en su último reporte (‘Evolución de la violencia contra las mujeres en la infancia y adolescencia en España 2018-2022’) que la violencia machista ha crecido entre los niños y adolescentes un 87%, según el estudio realizado a partir de llamadas y testimonios durante estos cuatros años.

«Esto tiene mucho que ver con que tenemos muy interiorizado que hemos alcanzado una igualdad formal que es lo que reconoce la ley y está todo hecho. La igualdad formal es un requisito necesario, pero no suficiente para alcanzar la igualdad real», explica la socióloga leonesa.

Adelina Rodríguez: «Hay que formar a la gente para que haya esa sensibilidad. La perspectiva feminista debe ser un eje transversal. El movimiento feminista tiene todavía mucho recorrido»

Por su parte, Cobo cree que el consumo indiscrimando de pornografía por parte de los menores «legitima la violencia sexual», así como el discurso negacionista de la violencia machista por parte de sectores de la opinión pública vinculadas a la extrema derecha». «Ambos elementos contribuyen a que los chicos jóvenes entiendan que la sexualidad no se negocia, sino que se impone y esa imposición no es violencia», recalca.

Para paliar este problema, la socióloga leonesa enfatiza que es «imprescindible la educación y todo lo que se enseña dentro de la escuela y se transmite desde los medios de comunicación».

«Una de las cosas que se debe trabajar en el sistema educativo es el espíritu crítico para no quedarnos con los mensajes populistas y que verifiquemos que realmente sean o no verdad. Debemos enseñar a los jóvenes a que se cuestionen», agrega. Además, matiza que «está claro que hay que trabajar desde edades muy tempranas para que los niños y las niñas tengan esa conciencia».

A nivel institucional, recalca que se deberían poner «líneas rojas a determinados partidos y grupos políticos que entren en las instituciones». «Tenemos que ser responsables y dejar de mirarnos tanto el ombligo porque hay cosas que no se deben consentir, aunque esto suponga no estar en el Gobierno o un retroceso para nuestro propio partido o carrera política», destaca.

Próximos retos

Con vistas al futuro, ambas feministas lo tienen claro, «queda mucho por hacer» e, incluso, Rosa Cobo cree que esta cuarta ola «solo ha empezado y aún está por estallar en otros países del mundo».

«El feminismo tiene una agenda política centrada en la lucha contra la violencia sexual y contra la precarización del mercado laboral. La pornografía, la prostitución, los vientres de alquiler y, en términos generales, la violencia sexual está en el corazón de la agenda. Veremos muchas luchas, muchas acciones colectivas», remata Cobo.

Por su parte, Adelina Rodríguez agrega que el feminismo debe seguir explicando «su razón de ser y la necesidad de su existencia» y, para ello, «debe estar en todas las instituciones». «Hay que formar a la gente para que haya esa sensibilidad. La perspectiva feminista debe ser un eje transversal. El movimiento feminista tiene todavía mucho recorrido», concluye.

La cuarta ola feminista tiene su agenda puesta en la lucha contra las formas de violencia hacia la mujer como es la cultura de la violación y también el reconocimiento de la libertad sexual
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