Diario de León

La dieta de la piña, un régimen dietético sano

Iniciar un régimen dietético para perder peso es una decisión que casi todo el mundo se anima a tomar tras el verano y cuando los kilos de más son difíciles de disimular. Claro que tomar la decisión de ponerse en marcha no es complicado, pero s

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LILIAM MONTALVO | texto Menos mal que existe una dieta sencilla, fácil de seguir y con la que conseguirá grandes éxitos, según los expertos consultados, sin tener que comprar una lista interminable de alimentos y sin tener que recurrir a medicamentos, simplemente con piña natural en su jugo. «Come lo que comes habitualmente y sólo introduce en tu plan de alimentación la piña en su jugo durante cuatro semanas y notarás cómo van apareciendo los cambios en tu figura», asegura la dietista Blanca Galofré, responsable del adelgazamiento de la eurovisiva Rosa, la vencedora de «Operación Triunfo». Galofre recomienda prestar más atención a las medidas y a la distribución de la grasa en el cuerpo que a la báscula. ¿Quién no ha sentido temor o angustia antes de pesarse? ¿Cuántos kilos marcará este trasto?. Si el resultado no refleja nuestras expectativas, se nos queda una sensación de frustración y enojo. Y - a su juicio- no siempre un aumento de peso en una báscula significa un aumento de grasa en el cuerpo, puede ser consecuencia de una mayor retención de líquidos. Es sencillo de entender, no pesa lo mismo un kilo de paja que un kilo de hierro, sin embargo el volumen no tiene nada que ver; ocupa mucho más la paja. Al respecto, la piña en su jugo natural funciona como arma muy eficaz para combatir el peso excesivo asociado a la retención de agua. «Al fragmentar las proteínas y separar el tejido celulítico, favorece la desinfiltración, la movilización y la eliminación de los depósitos de grasa», recalca la dietista. ¿Empezar la dieta de la piña? En la primera semana, Galofre aconseja hacer sólo unos pequeños cambios para introducirnos poco a poco en la dieta de la piña sin generar ansiedad y abandonos. Cada vez que, fuera del desayuno, comida y cena habitual tenga tentaciones y ganas de picar algo: golosina, dulce, aperitivos...tome dos rodajas de piña en su jugo. La puede llevar ya preparadas en un pequeño recipiente. Hay que recordar que las enzimas de la piña activan el metabolismo de la grasa y estimula la eliminación de ésta. Pronto notará cómo los depósitos de adipocitos acumulados van disminuyendo. En esta primera semana, mastique bien para que las enzimas tengan efecto sobre el cuerpo lo antes posible, y procure comer una o dos rodajas antes de las comidas para así tener menos hambre a la hora de la comida habitual. «Ingiera suficiente líquido, ya que los productos catabólicos que resultan del aumento de metabolismo de la grasa, deben ser transportados, esto sólo se puede realizar en nuestro cuerpo con ayuda de líquidos, por lo que es ideal beber entre 1,5 y 2 litros de líquido al día», apostilla. En la segunda semana, en ayunas por la mañana, mezcle en un vaso de agua mineral el zumo de medio limón con cuatro cucharadas grandes de zumo natural de piña; este zumo puede ser el mismo que acompaña a las latas de piña que se venden en su propio jugo. Beba esta bebida y acompáñela con dos rodajas de piña troceadas y mezcladas con un yogur desnatado; a media tarde, para merendar repita la bebida. Siga con el mismo desayuno y la merienda en la tercera semana, también con la ensalada de pollo, piña y el batido en dos almuerzos. Tendrá que renunciar a la cena habitual tres veces por semana para sustituirla por batido de piña, preparado en el momento y mezclado con el zumo de medio limón. En la cuarta semana, continúe con el mismo desayuno y merienda, y dos días por semana en el almuerzo sustituya la ensalada de pollo y piña por pavo al horno con rodajas de piña, limón, sal y pimienta, y de postre batido de piña. En esos mismo días, cene una sopa de verduras, le proporcionará energía térmica que reforzará sus defensas. A partir de ahora, ya tiene el éxito asegurado y puede incorporar a su dieta habitual, a modo de mantenimiento y un día a la semana, un ayuno terapéutico a base de agua mineral, zumo de limón, licuado de piña y piña en rodajas con yogur desnatado. Beneficios nutricionales El catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, August Corominas, asegura que la piña es una fuente importante de azúcares simples, contiene sacarosa, fructosa y glucosa. Esta refrescante fruta aporta, además, cantidades importantes de vitamina C, es rica en yodo, indispensable para la glándula tiroides; en magnesio, poderoso protector de las células; en fósforo y calcio, de gran utilidad para las células nerviosas. También contiene hierro y azufre; manganeso, que favorece la actividad de las glándulas genitales y ayuda al organismo en la generación de hormonas y enzimas, así como buena cantidad de potasio, recomendado especialmente para los deportistas, y su aporte en grasas es considerablemente reducido pero su contenido en agua es alto. La piña posee ácidos orgánicos como el cítrico y el málico, y una enzima denominada bromelina que se encuentra en el tallo y en todo el fruto. A esta enzima se le atribuyen acciones digestivas y antiinflamatorias, pues es capaz de fragmentar las proteínas y convertirlas en aminoácidos (del mismo modo que el jugo gástrico lo hace en el estómago) lo que facilita la digestión. Ello, unido a sus efectos diuréticos y al arrastre que efectúa la fibra vegetal que contiene, la convierten en un excelente tónico estomacal. En el norte de África, usan este jugo como preventivo y como remedio contra las intoxicaciones alimentarias y las infecciones víricas. La parte de la piña más utilizada por la medicina natural es el fruto y las hojas. La recomiendan en casos de amenorrea, ya que actúa como emenagoga (regulariza las menstruaciones), también para tratar los cólicos nefríticos y hepáticos, trastornos biliares y vómitos, así como insuficiencias de ácidos y jugos pancreáticos, pues tiene la particularidad de estimular la secreción de las enzimas pancreáticas. Por su parte, el jugo de piña, desde hace muchos siglos, ha sido apreciado por sus propiedades vermífugas (contra los parásitos intestinales), pero estas se pierden al calentarlo o pasteurizarlo. Producción De acuerdo a cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alrededor de 14 millones de toneladas de piña son producidas por más de 80 países. En 2003, los principales países productores fueron Tailandia (1,7 millones de toneladas), Filipinas (1,6 millones de toneladas), Brasil (1,4 millones de toneladas), China (1,3 millones de toneladas) e India (1 millón de toneladas). Alrededor del 80% de piñas se encuentra en el mercado en forma procesada, de las cuales el 48% se destina para jugos y concentrados, el 30 % en conservas y más del 20% a piñas frescas.

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