Un maravilloso paisaje de agua, montañas y pinos

En el límite de las provincias de Soria, Burgos y Logroño se alza la majestuosa Sierra de Urbión, donde se localizan las mayores cotas de la provincia soriana superándose en algunos puntos los 2.000 metros. Es una zona de gran valor natural, con un importante potencial de visualización, incluida desde 1992 por la Consejería de Medio Ambiente en el Plan de Espacios Naturales de Castilla y León, y parte de la cual pertenece a la Reserva Nacional de Caza de Urbión. Se trata de un paisaje escarpado con ausencia de cobertura vegetal formado por acusados fenómenos de orogénesis y erosión (fallas, pliegues y dislocaciones), donde las altas cumbres contrastan con zonas de menor pendiente y cobertura vegetal en las que existe un extenso pinar salpicado de hayas. En las cotas más altas se observan circos, valles glaciares y acumulaciones morrénicas procedentes del glaciarismo Cuaternario entre las que se encuentran las Lagunas Larga, Helada y del Hornillo. Pero, destacando sobre las demás está la oscura, fascinante y enigmática Laguna Negra alojada en un circo glaciar y rodeada de míticos pinos y hayas de enorme tamaño. Laguna Negra y Urbión El mejor acceso se realiza desde Abéjar (N-234 que enlaza Burgos y Soria), llamada también la Puerta de los Pinares para, a cuatro kilómetros, descubrir «el mar de agua dulce de Soria», nombre aplicado al embalse de la Cuerda del Pozo, ideal para practicar deportes náuticos. Tras atravesar Molinos de Duero se llega a Vinuesa, hermosa villa conocida como la Corte de los Pinares en la que se muestra la arquitectura popular pinariega en su más pura esencia y en la que destaca la Casa de los Ramos. Al finalizar la pista asfaltada que parte de Vinuesa y tras unos minutos caminando se alcanza la Laguna Negra, a 2.000 metros de altura, cuyas paredes graníticas le dan cierto halo de misterio. Considerada por los habitantes de estas tierras casi como «lugar sagrado», solamente a pie es posible disfrutar de la belleza de su entorno. La oscuridad de sus aguas y lo enigmático del paisaje de montaña, que en cualquier momento se puede cerrar por la niebla, han fascinado al hombre desde antiguo como lo demuestran leyendas e historias. Este es el mejor lugar para leer el texto de Machado, La Tierra de Alvargonzález, o para sentarse en una de las rocas, a mirar, a oír, a sentir, a estar. Desde la Laguna Negra se puede ascender a la cima (áspera, pelada y no por ello menos bella) del Pico Urbión atacando los oscuros farallones que la rodean a través de una empinada senda y tras unas dos horas de marcha. Por veredas bien marcadas el caminante pasa junto a las Lagunas Helada y Larga, donde poder descansar. A unos 10 kilómetros de Vinuesa en dirección al Puerto de Santa Inés y desde el caserío del mismo nombre, los más animados pueden realizar un itinerario que dura unas seis horas para subir a Majadarrubia, seguir el sendero paralelo al río Revinuesa hasta llegar a la Laguna Larga y por último a la Laguna Negra. Para volver al caserío basta seguir el arroyo de la Laguna Negra. Antes de abandonar la zona es obligado visitar Covaleda y Duruelo de la Sierra. Covaleda, típico pueblo pinariego, que conserva casas en piedra de sillería y debe su nombre a la existencia de cuevas, como la del Tío Melitón. Ofrece un sin fin de posibilidades para practicar montañismo, senderismo o ciclismo de montaña y entre sus hermosos parajes se encuentra el Refugio de Pescadores junto a un hermoso puente sobre el Duero. Por la pista que sube al Urbión, en Tejeros, se observan los pinos más gruesos que hayamos visto nunca. Duruelo tiene espectaculares paisajes como el mirador de Castroviejo en cuyas rocas la erosión ha modelado caprichosas figuras. Destacan la iglesia de San Miguel Arcángel y la necrópolis medieval que cuenta con un centenar de tumbas rupestres.