La emigrante regresó a casa

|||| En el invierno de 1944-45, cuando el ejército nazi se arrastraba hacia el oeste huyendo de la apisonadora rusa, los padres de Vaira decidieron seguir los pasos de los soldados germanos. La hoy presidenta letona vivió parte de su primera infancia en la ciudad alemana de Lübeck, la adolescencia en Casablanca -todavía bajo el protectorado francés- y su juventud en Canadá, adonde emigró y finalmente se afincó la familia. En Toronto, inmersa en una sociedad bilingüe (anglofrancesa), se licenció en Psicología pagándose los estudios como traductora de español, idioma que domina casi a la perfección, al igual que el alemán, francés, inglés y letón. En Canadá, Vike-Freiberga llegó a presidir la Academia de Ciencias y Letras, pero por razones que nunca hizo públicas, en 1998 renunció a la ciudadanía canadiense y regresó a su país natal para dirigir un centro de investigación. Casi de rebote, la erudita llegada de América y sin adscripción política declarada, aceptó ser candidata y, sorprendentemente, resultó elegida. En su primer discurso se declaró europeísta pero partidaria de estrechar lazos con Norteamérica.