Diario de León

España sólo recicla el 20% de las pilas que consume

Tanto las pilas botón como las alcalinas poseen residuos peligrosos, como mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso y níquel, capaces de contaminar el suelo y los acuíferos, y que, además, acaban introduciéndose de manera irremediable, en la cad

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M. M. ALLER | texto
León

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La Comisión Europea trabaja sobre una nueva Directiva sobre Pilas, que requerirá su recogida y reciclaje, para prevenir que acaben en vertederos con el consiguiente riesgo ambiental, salvaguardar los recursos naturales y recuperar los metales que las componen. Con esta normativa se pretende que los consumidores contribuyan a la protección del medio ambiente y lleven las pilas usadas a los puntos de recogida repartidos por los núcleos de población. Y en lo que respecta a la financiación, se propone que sean los productores quienes financien los costes derivados de la recogida, tratamiento y posterior reciclaje, sin que suponga ningún coste añadido para los consumidores. Aunque el texto elaborado por la Comisión Europea establece que tasa de recogida de pilas alcanzase el 20% en tres años, el 40% en siete y el 60% en diez, los europarlamentarios quieren ir más allá y proponen que desde la entrada en vigor de la directiva se recoja el 40% de las pilas usadas durante los seis primeros años y el 60% en los cuatro siguientes. Quieren, además, que se introduzcan nuevas tecnologías en el proceso del reciclado, así como la retirada de aquellas que contengan más de 0,0005% de mercurio o 0,002% de cadmio. Los miembros del Parlamento Europeo también proponen campañas de información y sensibilización ambiental, en las que participen las administraciones locales, para incrementar el índice de recogida. Según los expertos, en España sólo se recicla un 20% de las pilas que se ponen en el mercado, muy lejos de las previsiones previstas en la normativa comunitaria. Residuo tóxico Se calcula que en España se consumen unas 10 pilas por persona y año que una vez gastadas no deben ser mezcladas con la basura doméstica. Nos hemos acostumbrado de tal manera a utilizar pilas y baterías para poner en funcionamiento aparatos necesarios en nuestra vida cotidiana como relojes, móviles, linternas, mandos a distancia, calculadoras o juguetes que, en ocasiones, olvidamos los peligros que supone su mala gestión para el medio ambiente. Tanto las pilas botón como las alcalinas poseen residuos peligrosos, como mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso y níquel, capaces de contaminar el suelo y los acuíferos, que acaban introduciéndose en la cadena alimentaria. El mercurio, por ejemplo, al entrar en contacto con el agua forma una sustancia tóxica (metilmercurio) que puede provocar en el hombre problemas en el sistema nervioso, fatiga, dolores gastrointestinales y hasta trastornos visuales. Las pilas alcalinas, aunque indiquen que carecen de este metal pesado, contienen hasta un 0,5%, mientras que las botón, hasta un 30%. En cuanto al cadmio, aunque el organismo humano puede asimilar hasta el 6% de la dosis que absorbe, el resto llega a cumularse en los riñones llegando a producir a largo plazo lesiones irreversibles, además de hipertensión. Las pilas contienen, además, una pequeña cantidad de plomo. La intoxicación por este metal puede provocar desde cefaleas y dolores estomacales hasta calambres abdominales, vómitos y elevada presión arterial. Separar las pilas del resto de los residuos y llevarlas a los contenedores especiales, cada vez más abundantes en organismos, comercios y hasta en la propia calle, es imprescindible para una correcta gestión. Una vez recogidas, son llevadas a una planta de reciclaje donde se separan los metales y el resto de materiales. Las pilas son trituradas (excepto las de botón) y posteriormente se introducen en un destilador que permite separar el mercurio obteniéndose una pureza del 95%. De la trituración se obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila. Este último sigue distintos procesos para recuperar los metales que contiene. Como hay pocas plantas de reciclado debido a que el tratamiento es muy costoso y se consume mucha energía, las pilas también son destruidas mediante incineración, con la consiguiente emisión a la atmósfera de partículas de cadmio, mercurio y zinc.

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