Diario de León

Opel Agila, urbanita a la moda

Una veintena de centímetros suplementarios, aceptable maletero y renovada estética. Opel tiene ya dispuesta la nueva generación del mini-monovolumen Agila. Llegará en primavera, con dos mecánicas de gasolina (65 y 86 CV) y un turbodiesel de 75

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J. FERNÁNDEZ | texto
León

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Primo-hermano del Suzuki Splash, con el que comparte planta de fabricación (Esztergom en Hungría), ingeniería, motores y transmisiones, el renovado Opel Agila es algo más grande que su antecesor y hace gala de un atractivo estilismo. Aunque resta prácticamente un año para que lo veamos en los concesionarios, las primeras fotos oficiales distribuidas por Opel permiten observar un Agila en clave de mucho más coche ; es decir, que sin perder su condición de puro urbanita, sí que gana en dimensiones: 20 centímetros suplementarios en longitud (3,74 metros totales), 6 centímetros en anchura (1,68 metros) mientras, curiosamente, reduce su altura en casi 7 centímetros (1,59 metros) con lo que el Agila ofrece un aspecto se diría más aerodinámico, menos monovolumen, sin perder por ello su condición de utilitario versátil. Con los trenes de rodaje muy esquinados hacia los extremos de la carrocería, un capó más alargado y perfilado, para cumplir con las normas de protección de peatones, y la zaga truncada que permitirá a sus usuarios seguir encontrando sitios imposibles de estacionamiento urbano, el Agila sigue manteniendo las cinco puertas y otros tantas -justitas- plazas (en la práctica se utiliza como un cuatro plazas). El interiorismo recibe retoques ergonómicos y estéticos con, entre otras cosas, la instrumentación iluminada en rojo (tonalidad inédita en Opel que, al parecer, se extenderá a otros modelos), un volante de tres radios y generoso aro (se diría inspiración deportiva) y la palanca de cambios «tipo monovolumen», es decir, formando parte de la consola central donde se aloja la radio y los mandos de la aireación. También las tapicerías adoptan nuevos diseños, siempre con la sobriedad y practicidad como bandera dada la condición de utilitario del Agila. El maletero de doble fondo, en el que se aloja la rueda de repuesto de emergencia y un práctico extraíble, tiene una capacidad que oscila entre 225 y 1.050 litros cuando se abaten los asientos traseros, puede calificarse de «grande» para este tipo de realizaciones y cuenta con ganchos de sujeción laterales para colgar pequeños objetos. En el capítulo de alojamiento de pequeños objetos, el habitáculo del Agila cuenta con infinidad de huecos: sobre la guantera, debajo de los asientos delanteros, también un generoso hueco entre esas plazas, en el panelado lateral de las puertas, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros y hasta en la consola central. En el apartado mecánico la nueva gama Agila contará con dos motores de gasolina de 3 y 4 cilindros (65 y 86 CV) de origen Suzuki y un turbodiesel 1.3 litros tetracilíndrico de rampa común (75 CV) profusamente utilizado por GM (Corsa, Astra) y por el Grupo Fiat (nuevo 500, Panda, Grande Punto, los Lancia Ypsilon y Musa) cuya mayor virtud es su parquedad de consumo (escasamente 5 litros como media) que, habida cuenta los 45 litros del depósito, debe propiciar una autonomía en torno a los 900 kilómetros. Estos motores vendrá unidos a cajas manuales de 5 marchas y el más potente de los gasolina podrá también montar un cambio automático de 4 relaciones y convertidor hidráulico, una solución siempre muy eficaz en utilización urbana. Por lo que se refiere al equipamiento de serie, el Agila anuncia dirección asistida, frenos con ABS, airbag frontales y laterales desde la versión básica de la gama y anclajes Isofix para asientos infantiles. Eso, lógicamente, a expensas de las especificaciones propias que Opel España considere para nuestro mercado.

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