Provoca ansiedad, falta de concentración, irritabilidad y agresividad

En España, el país más bullicioso de la UE, más del 90% de las viviendas sufren ruidos diurnos superiores a lo permitido por la normativa. El tráfico rodado es el principal origen del ruido ambiental, seguido de la circulación de motos, el ruido emitido por el vecindario, el de camiones y vehículos pesados, el causado por alarmas, sirenas y cláxones, y el ocasionado por las obras urbanas. Según una encuesta realizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación, la contaminación acústica causa insomnio o alteraciones del sueño al 19% de los habitantes de las grandes ciudades, y provoca estrés, ansiedad y falta de concentración o de comprensión a más del 27%. Además, causa dolor de cabeza al 17,5% de los encuestados y más del 25% manifestó que les hace estar más irritables y agresivos. Un 8,3% afirmó padecer a causa del ruido problemas de memoria; un 5,8%, tristeza y síntomas depresivos; un 2,5%, falta de deseo sexual, y el 1,6%, ataques de pánico. Son muchas las soluciones para combatir el ruido, desde limitar el tráfico rodado, sobre todo en el centro de las ciudades, hasta actuar de forma preventiva en el diseño y planificación urbana pasando por campañas de concienciación ciudadana. Pero a nivel individual, también podemos aportar nuestro granito de arena y tener en cuenta el ruido que hacemos para respetar el silencio de los demás. Para ello, se recomienda evitar los lugares de ocio ruidosos; bajar el volumen de la televisión, radio o equipo de música; no hablar alto ni gritar; utilizar el claxon solamente cuando sea necesario; procurar que los animales domésticos no molesten a los vecinos o apagar la televisión durante las comidas para conversar.