Resurgiendo de las cenizas

|||| Nombre sorprendente para un establecimiento hostelero de moderna traza, Paradeiro . En pleno centro de León, aprovechando las gloriosas ruinas de un viejo templo gastronómico, se levanta ahora un nuevo altar de culto al bien comer.

Hay pocos monumentos dedicados a la gastronomía, casi ninguno. Si acaso se la recuerda en esculturas de bulto a las figuras costumbristas de los barquilleros, las castañeras o de los vendimiadores. Es triste que, por ejemplo, sagas enteras, largas familias, que se han dedicado durante un siglo a atender las hambres y los paladares de las gentes desde un rincón de nuestras viejas ciudades, lleguen a olvidarse.

En la leonesa plaza de San Marcelo, frente al antiguo Ayuntamiento, y al provinciano palacio que desde tiempo inmemorial es sede del Nuevo Recreo Industrial, figuró durante casi cien años el brocal que anunciaba uno de los más viejos figones de la villa: Casa Pozo .

Hoy, cuando los viajeros que repitan visita a León, intenten volver a degustar el inigualable morcillo estofado, o alguna otra de las delicias culinarias que se elaboraban en la cocina de esta casa, se encontrarán con que el viejo restaurante ya no existe. Digo yo que debería hacerse un sencillo monumento, en el rincón de la recoleta plazuela, que recordara su paso por el tiempo, por la vida ciudadana de León. Habría que recuperar el brocal emblemático que representó durante años y años a uno de nuestros mejores fogones, una muestra ejemplar de los sabores, aromas y texturas de la gran cocina leonesa. Establecimientos como este son historia, pequeña, pero historia de la ciudad.

Pero volvamos a la realidad, el sitio sigue siendo lugar de cita para los buenos gastrónomos, todo ha cambiado para que todo siga igual. Ahora el moderno lounge-bar que allí se ha instalado tiene un nombre con remembranzas gallegas, o bercianas, vaya usted a saber. Se llama Paradeiro, y funciona desde el día veintidós del pasado mes de diciembre.

Lounge es la palabra que define a una clase de música electrónica de suaves cadencias, podríamos decir una música ambiental. Pero también significa recibidor, sala de descanso, lugar cómodo y tranquilo. Pues bien, el bar Paradeiro tiene todas estas características y una decoración de líneas sencillas y materiales cálidos, como la madera. En la planta de acceso cuenta con una pequeña barra y unas pocas mesas donde se puede disfrutar de completos desayunos y meriendas. Y en la planta superior ofrece otra barra, esta destinada a las copas, y un comedor amplio y cómodo en el que sirven su estupenda oferta de raciones, ya que en Paradeiro, han querido dedicarse a eso tan tradicional de la gastronomía leonesa que son las raciones y el picoteo.

Las raciones que presenta en su carta este nuevo establecimiento hostelero son estas: Cecina con lascas de queso curado y aceite de oliva. Jamón Ibérico. Tabla de quesos de La Peral, Arzúa, Rulo de cabra, Oveja extra-viejo e Idiazabal. Ensalada Paradeiro, con ingredientes como cogollos, pimientos del Bierzo, Queso de Valdeón, Cecina crujiente y Langostinos escabechados. Pulpo a la parrilla con patata confitada y caramelo de pimentón, una de las grandes especialidades de la casa y una de las mejores maneras que podemos encontrar para disfrutar del pulpo. Picadillo de Ibérico a la plancha con crema de puerro y cebolleta caramelizada, una buena manera de recuperar para modernidad uno de los platos más típicos de las cocinas leonesas. Huevos al galope, un título sugerente para unos sencillos huevos fritos con patatas y gulas. Tosta de solomillo ibérico con foie a la plancha y tomate confitado, uno de los platos más solicitados en el corto espacio de tiempo que ha permanecido abierto el comedor. Y, finalmente, Chipirones rellenos de marisco, con crema de verduras asadas.

También ofrecen, como hemos dicho, interesantes combinaciones para desayunos y meriendas, con gran variedad de pinchos y bollería dulce.

En definitiva, un establecimiento muy cómodo, con una decoración de línea moderna y una cocina que combina sabiamente lo viejo y lo nuevo, la tradición y la modernidad. No se puede pedir más.