Peugeot Break. Una historia… de pioneros

Desde… 1950. Las carrocerías familiares han sido una constante en la filosofía productiva de Peugeot: más espacio interior y, en ocasiones, también mayor número de plazas que las berlinas homólogas. A lo largo de las décadas, los modelos familiares break, han venido imponiéndose comercialmente frente a los emergentes monovolúmenes o SUV de lo que, eso también han tomado prestadas ideas como la modularidad y polivalencia.

Hoy, el fabricante cuenta en catálogo con dos versiones familiares: el 308 SW (gasolina, híbrido y totalmente eléctrico) y el 508 SW, base del 508 SW Sport Engineered (360 CV).

Peugeot desembarcaría, casi por azar, en el mundo de las carrocerías familiares: el 203 llamaría rápidamente la atención merced a una estética heredada de los automóviles americanos, cuyos fabricantes comenzaban entonces a explorar una suerte de modernización de ‘su’ concepto Station Wagon (SW), unas versiones alargadas de las berlinas que, desde 1910, llamaban poderosamente la atención por su capacidad de carga y su lujosa carrocería con terminaciones en madera.

En 1946, se aparecería el primer modelo de esas características en el mercado estadounidense con carrocería totalmente metálica; los ingenieros y diseñadores de Peugeot tomarían buena nota, apostando por lanzar una versión similar en el 203… sin saber muy bien si habría clientela para ‘aquel’ modelo: nacía, en 1950, el 203 Familiar; un automóvil entonces muy moderno y enteramente concebido y fabricado en Europa.

Con 4,58 metros de largo y centímetros adicionales de batalla —distancia entre ejes— respecto a la berlina de derivación lanzada el año anterior. Entre 1950 y 1956, Peugeot fabricaría 61.000 unidades de esta versión: tres filas de asientos con capacidad para 8 ocupantes y un práctico portón trasero de apertura lateral para acceder al maletero; incluso se pondría a la venta una versión comercial, con suspensión de ballestas para soportar mayores cargas.

El 40e3 Familiale, de 1957, ya ofrecía espacio para 9 ocupantes en tres filas de asientos animado, siguiendo la estela del 203, por una mejorado motor de 1.5 litros y 58 CV que alcanzaba 125 por hora de punta. Dos años después, llegaría la motorización diésel ‘Indenor’ de 1.8 litros, 48 CV y 102 por hora de velocidad máxima.

Peugeot afianzaría su oferta familiar en la década de los 60: el 404 Familiar (1963) mantenía las tres filas de asientos, con dos motores de gasolina (1.6 litros de 72 y 85 CV) y dos diésel (1.8 de 55 CV y 2.9 de 68 CV). Tres años más tarde, el 204 Break de tracción delantera agrandaba el espacio de los anteriores familiares «2».

El de 1971 sería el año de lanzamiento del 504 Break y Familiale, que llamaban la atención por su enerote tamaño para lo que se estilaba entonces en el mercado. Diseñado por Pininfarina, la versión Break contaba con dos filas de asientos y con tres filas el modelo Familiale. Ese mismo año 1971, saldría en Francia el 304 Break, una evolución alargada del 204 luciendo, además, una modernizada estética.

Con los años 80 llegaría el 305 Break, escasamente vendido en España, que adoptaba —primicia en la marca— una banqueta trasera partida para aumentar la practicidad y polivalencia interior.

El 505 Break arrancaba su trayectoria comercial en 1982 y, eso también, pasando a la historia por diversos motivos: último modelo de propulsión trasera del ‘León de Montbeliard’, también terminaba con la opción «familiar» de la tercera fila de asientos, convirtiéndose además en el primer Break de Peugeot en montar mecánica turbodiesel y también pionero, con el concurso del especialista Dangel, en adoptar tracción 4x4. El sucesor 405 Break (1988) incorporaba suspensión hidroneumática en las versiones 4x4; la única vez que Peugeot recurriría a esta tecnología en uno de sus modelos. Por su parte, el 406 Break (1996) fue pionero en utilizar la técnica del multiplexado, además de estrenar un diseño de zaga vertical para optimizar su capacidad de carga.

Fabricado en Madrid durante toda su vida comercial, el 306 Break (1997) supuso una doble oferta de Peugeot en el segmento de militancia, impulsada por el éxitos de los modelos familiares en mercados del Norte y el Centro de Europa.

XXI… nueva era. La llegada del nuevo siglo traería aparejado un cambio de nomenclatura: los Break de los 80 y 90 pasarían a denominarse SW —por Station Wagon—, la vuelta a los orígenes de una silueta a la que plantaban cara las realizaciones monovolumen y SUV; así, el 307 SW (2002) no sólo recogía ‘el guante’, también trasladaba a un modelo familiar la modularidad de nuevas propuestas, alcanzando todo un éxito de ventas: mayor altura libre al suelo y 4,40 metros de longitud, 7 asientos dispuestos en 3 filas y un acristalado techo panorámico.

Ese mismo año 2002 llegaría el 206 SW, primer Break de Peugeot para el segmento medio que, rozando los cuatro metros, se diferenciaba de la berlina homónima por su mayor longitud, una suspensión trasera específica y unas puertas zagueras con tiradores ocultos en el montante de la carrocería. También se lanzaba, para el mercado brasileño, la versión todocamino «Escapade», que se adelantaba una década a las tendencias comerciales y a la fiebre SUV. El sucesor 207 SW (2006) competiría en el apogeo de los Break en el segmento medio, incorporando para los mercados europeos el acabado campero ‘Outdoor’, posteriormente reemplazado por la primera generación del Peugeot 2008.

En categorías superiores, el 407 SW (2004) fue la primera versión familiar diseñada como un automóvil ‘aparte, y no como un derivado de una berlina, con rasgos tan característicos como una luneta trasera prolongada hacia los laterales de la carrocería, gracias al peuliar diseño de los montantes; a la vez que estrenaba una innovadora suspensión con paralelogramos deformables, adoptando —eso también— un motor V6.

Con el primer 308 SW (2008), el fabricante perseveraba en su estrategia de doble oferta: tres filas de asientos y techo panorámico. Por su parte, el 508 SW (2011) planteaba un nuevo lenguaje estértico y la tecnología híbrida, combinada con un diésel que, en la versión todocamino RXH, rendía 200 CV y montaba tracción total. La segunda generación del 308 SW (2014), aumentaba el equipamiento: pantalla táctil, diversas funciones de ayuda a la conducción y banqueta trasera partida (2/2 y 1/3).

La actual hornada del 308 SW, agrupa carrocerías Break, Tourer y Station Wagon; un modelo que vuelve a sacudir las bases del segmento de militancia merced a la versión totalmente eléctrica.

Incluso Peugeot ha optimizado la arquitectura del modelo: hasta 608 litros de capacidad del maletero, capacidad muy destacable para un coche que mide 4,63 metros de largo y 1,85 de ancho.

Paralelamente, el 508 SW llama la atención por su nuevo frontal con luces ‘Matrix LED’, a la vez que renueva el puesto de conducción con i-Cockpit; bajo el capó, completa su gama PHEV con la nueva mecánica Plug-In Hybrid 180 CV, que se une a la versión de 360 CV con tracción total, exclusivamente reservada a la terminación Sport Engineered de marcado carácter deportivo, con la posibilidad de elegir entre cuatro modos de conducción: Sport, Electric, Confort y 4WD.

Futuro… inmediato. En el inmediato futuro, el nuevo E-5008, que llegará al merdcado en los próximos meses, heredará muchos de los elementos que han formado parte del ADN de los Peugeo familiares: refinado interior, 7 asientos y fácil acceso a una cómoda tercera fila; equipará el nuevo ‘Panoramic i-Cockpit’ con pantalla panorámica HD (21 pulgadas) curvada y flotante, que combina el ‘head-up display’ con la pantalla táctil.