Bulli Klv-20. La ‘dresina’ de Volkswagen
«Vehículo ferroviario de uso universal». Singular mezcla de tren y autobús —‘barndoor’—, datado en 1955, que sólo funciona sobre raíles. El Departamento de Vehículos Clásicos / Vehículos Comerciales de Volkswagen, lo ha devuelto a las vías.
Bulli… ferroviario. Corría el año 1954. La ‘Deutsche Bundesbahn’ (Ferrocarriles Federales Alemanes) se enfrentaba a un reto: adquirir nuevos vehículos compactos de servicio para sus ferrocarriles; en lugar de desarrollarlos desde cero, combinaron el versátil Volkswagen Transporter con un chasis ferroviario… nacía el Bulli Klv-20, con motor de combustión interna.
En el plazo de un año —todo «muy germánico»—, las empresas ‘Martin Beilhack’ (Rosenheim) y ‘Waggon-und Maschinenbau GmbH Donauwörth, transformarían 15 unidades para usos ferroviarios. La unidad que ahora forma parte de la colección histórica de Volkswagen Vehículos Comerciales la fabricaría ‘Beilhack’.
Estos ‘Bulli ferroviarios’ se utilizarían principalmente en los depósitos de mantenimiento de vías y señales, para realizar desplazamientos de inspección y reparación.
Los Klv-20 continuarían en servicio durante un tiempo considerable: no sería hasta la década de los 70 cuando se retiraron del servicio activo. Actualmente, sólo unas pocas unidades siguen funcionando, y en tan buen estado de conservación como la unidad de las fotografías: el Klv-20 número 20-5011.
Tres componentes ‘esenciales’ conforman el Klv-20: carrocería de la furgoneta T1 Kombi, un motor industrial VW de 28 CV y chasis dotado de un mecanismo hidráulico de elevación y giro; así, solamente un operario podía levantar el vehículo, girarlo y devolverlo a los raíles; en lugar de retornar, marcha atrás, al punto de partida. Consecuencia: gran versatilidad de uso.
Para que el ‘Bulli ferroviario’ cumpliese con la normativa sobre vehículos ferroviarios auxiliares, se retiraron las luces delanteras y traseras, cubriendo los huecos con paneles metálicos. A renglón seguido, se instalaron las luces estipuladas para este tipo de vehículos en una nueva ubicación: dos luces blancas en la parte delantera y una roja en la parte trasera.
El VW Klv-20 comenzó su carrera en el depósito ferroviario de Plattling / Baviera, utilizándose posteriormente en el depòsito de mantenimiento de señales de Plattling. Tras ser retirado del servicio, el autobús ferroviario encontraría un nuevo hogar en la región del Palatinado, en el suroeste de Alemania. Adquirido por un coleccionista ferroviario del estado de Hesse, en 1988, el vehículo forma ahora parte de la colección de Vehículos Clásicos en Hannover.
Curiosamente, existe un folleto original de venta de este inusual Bulli, que lo describe minuciosamente como… «Vehículo ferroviario para uso universal»: pequeño autobús con una tractiva carrocería aerodinámica VW Kombi debidamente equipada.
Estos vehículos, denominados tipo ‘GBA 1’, están equipados con motor tetracilíndrico cuatro tiempos de gasolina, caja de cambios manual de 4 velocidades —y marcha atrás—. La potencia se transmite a las ruedas motrices mediante dos ejes laterales oscilantes y con cuerpos articulados.
La unidad motriz está montada sobre un chasis soldado y con acero de gran resistencia; a la vez que el bastidor sujeta los conjuntos de las ruedas, perfectamente amortiguados y guiados.
Las ruedas de acero (550 milímetros de diámetro) montan, entre la llanta y el núcleo de la rueda, unos elementos de goma tipo «Bochumer Verein», capaces de amortiguar eficazmente el ruido del vehículo; aún así, los vehículos también pueden equiparse con ruedas normales. Los ejes se desplazan sobre rodamientos de rodillos.
Sus cuatro ruedas disponen de frenos internos de zapata, que se accionan mediante un pedal a través de un sistema oleohidráulico. Incluso un par de ruedas pueden también frenarse mecánicamente mediante la palanca de freno de mano bloqueable… todo ‘muy ferroviario’.
La carrocería, unida al bastidor por elementos de goma, dispone en su habitáculo de tres bancos tapizados: uno en el compartimento del conductor, con dos asientos, y dos en la zona del pasajero, con tres asientos cada uno. Ambos bancos del habitáculo pueden retirarse fácilmente, permitiendo aprovechar el espacio para transportar mercancías; la zona del conductor dispone de dos puertas, y una de ala ancha —gran ángulo de apertura— en compartimento de carga.
Los faros delanteros, traseros e interiores, están armoniosamente integrados en la carrocería, mientras la unidad motriz, situada en la zaga del vehículo, también resulta fácilmente accesible desde el exterior meced a una puerta independiente.
«El vehículo —reza el manual original de mantenimiento— está equipado con un dispositivo hidráulico de elevación y giro, con una plataforma giratoria que se apoya firmemente en las cabezas de los raíles. Se acciona mediante una bomba manual, lo que permite girar el vehículo sin esfuerzo en el sentido de la marcha deseado».
Así describía la empresa ‘Beilhack’ el insólito producto que había fabricado.
El vehículo carece de volante y de espejo retrovisor, lo que no sorprenderá a los amantes de los trenes, pero que resultará algo totalmente desconocido para los seguidores del Bulli.
Al parecer —según los especialistas— recorrer los primeros metros es una experiencia auténticamente surrealista, aunque «uno se acostumbra rápidamente al rumor constante de las vías y comienza a disfrutar del paisaje».
Por cierto, este raro ejemplar realizado su primera salida en la pintoresca pista «draisine» de Lengenfeld unterm Stein.
Así describe Tobias Twele, acreditado veterano de Volkswagen Vehículos Comerciales, su particular recorrido: «Para nuestro equipo ha resultado toda una conmovedora experiencia volver a poner en servicio el Klv-20. No hay muchas versiones del Bulli que no hayamos visto o conducido, pero este autobús ferroviario es nuevo para nosotros.»
«Por eso —apunta Twele— muy un momento muy emotivo pata todos cuando atravesamos el viaducto de 24 metros de altura, por primera vez, recorriendo más de 32 kilómetros por las vías, de los que casi media docena lo fueron por túneles, ascendiendo 154 metros, cruzando innumerables veces el impresionante viaducto de Lengenfeld, de 244 metros de longitud.»
En suma, que la versatilidad de su icónica Transporter, también la ha plasmado Volkswagen… sobre raíles.
VW Kombi (T1)
Año de fabricación: 1955
DB Type: 200-1A-bm (número de ejes motores, sin tracción delante del motor).
Motor: 4 cilindros ‘bóxer’ (motor industrial Volkswagen).
Cilindrada: 1.192 c.c.
Potencia: 28 CV
Veloc. Máxima: 70 Km/h.
Nº de asientos: 7 (incluido conductor).
Longitud: 4,10 m.
Anchura: 1,75 m.
Batalla: 2,40 m. (misma que la versión de calle).
Altura sobre raíles: 1,85 m.
Peso: 1.550 Kg.
Carga útil: 670 Kg.
Peso bruto: 2.220 Kg.
Ancho de vía: 1.43 m.
Diámetro de las ruedas: 550 mm.