DS: Icónico… legado
70 años nos contemplan. En 1955, el DS rompía moldes en la industria automotriz. Este icónico automóvil encarna mucho más que un coche: audaz diseño y vanguardista tecnología, que acabaron por imponerse como símbolo mundial de elegancia y maestría gala. El ‘Tiburón’, como se le conoce en España, sigue manteniendo su impronta de obra de arte

DS.
Carismática… leyenda. Ya sea como obra de arte, estrella de cine o vehículo presidencial, el legado del DS arraiga ahora en el atemporal ADN de la marca Premium del ‘chevron’ como ‘DS Automobiles’ (2014).
Lanzado en 1938 bajo los auspicios del entonces ‘patrón’ de Citroën, Pierre Boulanger, y adoptado por el sucesor a partir de 1950 Pierre Bercot, el proyecto VGD —Vehícule á Grande Difusión— no arribaría a buen puerto hasta 17 años más tarde, con el lanzamiento en octubre de 1955 del ID 19 ‘idea’ (también denominado DS 19).
Tres hombres, magos del diseño, participarían activamente en su ‘nacimiento’: André Lefébre, ingeniero aeronáutico de formación y un apasionado de la tracción delantera, de la aerodinámica, del diseño ligero y el centrado de masas; el ingeniero autodidacta Paul Magés, creador de la suspensión hidráulica, inventor del famoso sistema hidroneumático, además de aplicaciones hidráulicas para la dirección, embrague y frenado del DS y, para redondear, el talentoso estilista, escultor y pintor italiano Flaminio Bertoni quien, capitaneando un nutrido equipo de diseñadores, confiere al ‘Tiburón’ sus elegantes y revolucionarias líneas.
Debut en París. El jueves 6 de octubre de 1955, el DS 19 debuta en el Salón de París; bajo el majestuoso techo abovedado del Grand Palais, se desvelaba uno de los secretos automovilísticos mejor guardados: las líneas vanguardistas marcaban ‘el instante’ de un nuevo hito; literalmente boquiabiertos, visitantes y periodistas especializados, mientras la competencia no podía sino aplaudir la genialidad del recién llegado.
Cuenta la leyenda que, al final de la jornada, se habían vendido 12.000 unidades del DS 19 y que, cuando diez días después el salón cerró sus puertas… ¡se contabilizaron alrededor de 80.000 pedidos!

El habitáculo del ‘Tiburón’ sorprendió por el volante monobrazo y un modernista salpicadero de perfiladas líneas rematado por una visera en toda su anchura
Los años 50… el despegue. A principios de octubre de 1955, el DS arrancaba su producción en la mítica factoría de la casa madre en el parisino Quai de Javel, justo al día siguiente de su presentación en el Salón de París. Tal es el innovador aspecto de las primeras unidades que aparecen en la carretera, que a menudo reúnen multitudes. Las pioneras soluciones técnicas y estéticas del coche despiertan una curiosidad infinita: la suspensión hidroneumática lo ‘pega’ materialmente al asfalto con, además, un confort sin precedentes; su potente sistema de frenado asistido hidráulicamente, y los discos delanteros, le confieren unas distancias tan cortas de ‘detención’, que acaban por confundir —sorprender para bien— a los más avezados conductores cuando se sientan por primera vez al volante del DS.
A lo largo de la década de los 50, se lanzarían diversas versiones del DS 19: ID 19 (octubre 1956), seguido de las versiones familiar y familiar-comercial (1958), a la vez que el DS 19 Prestige. En 1958, el DS 19 abriría nuevos caminos a una paleta de colores que pasaba de cuatro a ocho tonalidades de carrocería —¡lo nunca visto!—; un año después (1959), se introducen las primeras mejoras estéticas, afinando la carrocería merced a unas alargadas aletas traseras, a la vez que se añaden —en las delanteras— unas generosas salidas de aire tipo «cenicero».
Desde el primer momento, nuestro protagonista disfrutaría de una carrera de lo más internacional: se ensambla en el Reino Unido y Bélgica a partir de 19956, y en Sudáfrica a partir de 1959; también, como símbolo de la vanguardista elegancia francesa, se exporta a toda Europa Occidental y a la práctica totalidad de países de la Commonwealth, incluidos Canadá, Australia y Estados Unidos, donde rápidamente conquistaría a infinidad de incondicionales.
Tampoco faltarían, en su abultado catálogo, una versión ‘con chófer’ (1958), que lucía una exclusiva pintura negra, un cristal interior retráctil separando las plazas traseras y tapicería gris, con los asientos delanteros tapizados en cuero y en tela ‘Jersey’ los traseros. Cinco meses después (marzo de 1959) el DS 19 Prestige dispone de intercomunicador, autorradio y «dispositivo de radiotelefonía» como opciones. Excepcionalmente cómodo, se convertiría en el coche de los grandes dirigentes políticos e industriales. Con el paso de los años, recibiría idénticas mejoras técnicas que el DS ‘normal’, manteniéndose en catálogo hasta enero de 1975.
Avistando los 60, el DS 19 confirma su reputación como refinado coche rutero, cómodo y elegante consolidando, con evoluciones regulares, su dominio frente a los rivales. En julio de 1959 aumenta de 75 a 78 CV la potencia del motor 1.911 c.c.; en octubre de 1960, se presenta el famoso DS 19 Cabriolet, y en marzo de 1961 vuelve a aumentar su potencia hasta 83 CV marcando una punta de… ¡150 por hora!.
En septiembre de 1962, el DS recibirá su primer lavado de cara frontal: pierde los grandes difusores de aire de las aletas y gana dos protectores de goma en forma de flecha y un parachoques rediseñado; actualización que mejorará aún más su aerodinámica: reducción de consumo y una punta de 160 por hora.
Mediada «la década prodigiosa» (septiembre de 1965), sólo un año después del lanzamiento del DS Pallas, saltará a la palestra un renovado DS: motor de 2.175 c.c. y 109 CV para conseguir una punta de 175 por hora —otra ‘marca’ para la época—; incluso la gamma se beneficia del DS 21.
Otra de las ‘revoluciones’ llegaría en 1967: los célebres faros orientables, de serie en los modelos Prestige, Pallas y Cabriolet. A partir de entonces… ¡el DS ilumina el interior de las curvas antes de abordarlas! (Ya ven, como hoy la iluminación ‘de esquina’).
Tras la introducción (septiembre de 1968) de un salpicadero negro, y la sustitución del DS 19 por el DS 20 (1969), aparecerá un salpicadero totalmente rediseñado: tres grandes esferas circulares, rematado por una visera en toda su anchura. Aunque 1969 estará marcado por otra significativa actualización mecánica: el motor 2.175 c.c. del DS 21 subirá hasta 139 CV (185 por hora de punta) merced a la adopción de la inyección electrónica.
En los 70 llegaría la madurez del ‘Tiburón’: nuevo cambio manual de 5 velocidades —en lugar de 4— y hasta una caja automática ‘Borg-Warner’ de 3 relaciones.
Justo antes de su despedida (julio de 1975), tras dos décadas en catálogo, se sustituirá por el DS 23, en septiembre de 1972: motor 2.347 c.c., con inyección electrónica, 141 CV y 190 por hora de punta.
Del cine negro a la comedia, quedan en el imaginario del ‘Tiburón’, además de su imborrable huella estilístico-tecnológica, estelares apariciones cinematográficas como la de Brigitte Bardot en ‘El parisino’ (1957), Alain Delon en ‘El samurái’ (1967), Jean-Paul Belmondo y Bourvil en ‘El cerebro’ (1969), Jean Gabin y Fernandel en ‘Aquella tierna edad’ (1964), e incluso Louis de Funès en ‘Rabbit Jacob’ (1973).
Simbología del ‘chevron’. 70 años… nos contemplan.

DS Rallye Monte Carlo 1967.
Y también… en las carreras
Del Monte Carlo a la sabana africana y a los granosos enclaves marroquíes, el DS se mostró singularmente competitivo en numeras confrontaciones internacionales. Tres meses después de su lanzamiento, en enero de 1956 el DS 19 debutará en el celebérrimo rallye monegasco, firmando el primer puesto en su categoría, convirtiendo en el primer coche francés en lograrlo, a la vez que las seis unidades inscritas por Citroën cruzarían la meta.
En 1956, el equipo formado por Coltelloni, Alexandre y Desrosiers lleva al DS 19 al primer puesto de la clasificación general.
A lo largo de los años, se sucederán toda una serie de meritorios primeros puestos. En 1966, el DS «versión 21» firma una segunda victoria en Mónaco con el equipo finés Toivonen-Mikander.

DS Presidencial 1968.
DS Presidencial... El más largo de la época
Desarrollado y construido por el carrocero Henri Chapron, además de concebido en el Quai de Javel, este único DS de 6,53 metros (más largo que el Lincoln de la presidencia estadounidense), con un lujoso equipamiento (cristal de separación convexo e inclinado, tapicería en cuero marrón, asiento abatible para intérpretes, elevalunas eléctricos, aire acondicionado, interfono, minibar…), se entregó al Palacio del Eliseo el 14 de noviembre de 1968.