Diario de León

Reportaje | m. romero

Juego de rol para «maquis»

Alumnos de la Anunciata reconstruyen una vida de supervivencia

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Durante la Guerra Civil, las montañas leonesas se convirtieron en el refugio de muchos hombres que tuvieron que dejarlo todo en sus pueblos para sobrevivir al acoso de las tropas franquistas, incluso de sus propios vecinos. Se les conoció como «maquis». Ángel, Gildo, Ramiro y su joven hermano Juan son los cuatro soldados republicanos leoneses que protagonizan «Luna de Lobos», una de las primeras novelas históricas contemporánea que abordó los ideales de los combatientes republicanos.

Ahora, estos cuatro hombres se han convertido en personajes de una especie de juego de rol. En otra historia ficticia hay 45 protagonistas. Una parte son «maquis», otra son guardias civiles, otra vecinos y, el resto, prensa. Se supone que viven en 1940, aunque posiblemente lo más parecido que conocían a una cartilla de racionamiento era renunciar unas horas a la Play por culpa de un castigo.

Pero tres días reconstruyendo la obra de Julio Llamazares, ambientada entre 1937 y 1946, les ha dado otra perspectiva de la historia, de la literatura e, incluso, de la vida. «Para ellos, todo esto antes les sonaba a Felipe II», bromea casi en serio José, uno de los tres profesores del colegio la Anunciata de la capital leonesa que ha promovido un acertado ejercicio didáctico que ha llevado a estos chavales de 15 a 17 años a vivir la novela en los escenarios donde se inspiró, incluyendo visitas a trincheras, casamatas y cuevas de refugio.

Kilian, Alejandro, Andrés y Adrián son cuatro de los estudiantes del programa de Diversificación Curricular que han organizado esta actividad. «Investigamos sobre la historia de los «maquis», cómo actuaba la Guardia Civil, preguntamos los horarios del tren para organizar el viaje, hicimos los carnés, nos encargamos de la comida de todos...», van explicando los chavales en un descanso del viaje que han hecho por Cistierna, el puerto de Tarna, Polvoredo, Lario, Prado de la Guzpeña y Riaño. «Mañana haremos un gran juego. Les montaremos en el tren en Lugueros y el que llegue a Cistierna sin ser atrapado por la Guardia Civil se salva. Y salvarse es comer», explica el profesor. Obviamente, el ejercicio no ha empezado aquí. Durante el curso, los alumnos han dedicado una hora semanal a leer y comentar el libro y ahora ha llegado el momento de ponerlo en práctica.

El grupo de maquis tiene su propio cuaderno de experiencias. Está hecho en papel rústico y cosido con cuerdas. El de los guardias civiles tiene sello propio y es del característico color verde de la Benemérita. Los chavales se lo han trabajado. «Lo que un hombre solo, completamente solo, amargamente solo, es capaz de pedir y desear a lo largo de una noche ni siquiera Dios mismo podrá nunca saberlo», reflexiona el narrador. «Luchaban por lo que creían que era justo», delibera hoy uno de los chavales.

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