El historial clínico, secreto de Estado

A pesar del que la salud del Rey es una cuestión de Estado sobre la que impera el secreto, la ciudadanía cuenta con información puntual de sus chequeos regulares y de los tratamientos que requiere don Juan Carlos. Aunque la legislación en vigor no obliga a facilitar información precisa al respecto, la Casa Real ha dosificado siempre los detalles sobre la situación clínica y médica de don Juan Carlos, por lo común para salir al paso de rumores y especulaciones.

El Rey, que con 72 años y una intensa actividad sufre achaques propios de su edad, como una leve sordera y dolores de cadera y rodilla que le han restado algo de agilidad, ha sido hospitalizado e intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones. Casi siempre se debió a accidentes causados por la práctica del esquí, su deporte favorito, o de otros como el squash, la caza o la navegación.

Uno de los accidentes más aparatosos fue en 1981, cuando chocó con una puerta de cristal en La Zarzuela. Acababa de jugar a squash con Manolo Santana y tuvo escayolado un brazo durante cuatro semanas.

En 1983 padeció otra aparatosa caída mientras esquiaba en la estación suiza de Gstaad que le obligaría a pasar por el quirófano en varias ocasiones porque la lesión pélvica derivó en un hematoma interno que le produjo una fibrosis reactiva y diversos problemas en el sistema urogenital. Aquello generó todo tipo de rumores. En 1989 y 1991 sufrió nuevos accidentes esquiando y en el 2001 tuvo un ojo a la funerala por un golpe durante una cacería.