Diario de León

Zapatero silencia a los notables del PSOE con un comité federal exprés

El presidente solventa en 30 minutos la aprobación de las listas electorales

José Blanco, Zapatero y Manuel Chaves, al inicio de la reunión del comité federal.

José Blanco, Zapatero y Manuel Chaves, al inicio de la reunión del comité federal.

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paula de las heras | madrid
León

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Desmoralizados, molestos, inquietos, desconcertados-¦José Luis Rodríguez Zapatero no hizo ayer ningún esfuerzo por conocer, por boca de los principales dirigentes del PSOE, cómo se sienten en su partido. Y ellos tampoco se molestaron en contárselo. El cuartel general de los socialistas, en la madrileña calle Ferraz, acogió ayer una reunión del Comité Federal de las más breves que se recuerdan. En apenas media hora, la partida quedó resuelta, las listas electorales para las ciudades de más de 50.000 habitantes, parlamentos autonómicos y cabildos, ratificada, y los asistentes liberados para volver a casa o, cosa que hicieron muchos, tomar un café por los bares del entorno. Ni una palabra de la sucesión.

Era lo previsible porque durante la semana se había advertido desde la dirección del partido que todo quedaría reducido a un mero trámite. Incluso se llegó a decir que ni siquiera habría intervención de Zapatero porque, al tratarse de una convocatoria extraordinaria, se omitiría el habitual informe de gestión. Finalmente, se optó por vestir un poco el asunto y ya el viernes se avisó de que el secretario general sí hablaría, pero con un matiz: que nadie espere noticia, se dijo. Así fue. Algunos de los notables socialistas como Patxi López, Guillermo Fernández Vara, José Antonio Griñán o José Montilla ni se molestaron en acudir a la cita.

Poca utilidad. Es una queja habitual entre destacados miembros del PSOE la poca utilidad real que, desde hace ya años, tienen este tipo de cónclaves. Rara vez alguien habla para algo que no sea cerrar filas en torno al líder y han sido muy pocas las ocasiones en las que se han podido escuchar críticas. «Zapatero nos pidió que fuéramos sus oídos y sus ojos en la calle, pero a la hora de la verdad nadie se ha atrevido a decirle cuándo se estaba produciendo una desconexión evidente con el electorado, por ejemplo», admite un miembro de la ejecutiva socialista.

El culebrón sucesorio, y sobre todo su falta de resolución, han terminado por minar seriamente la moral de la formación y a las dudas sobre el liderazgo se une el hecho de que no hay encuesta que hoy dé al PSOE una alegría. Con semejante caldo de cultivo, se entiende que Zapatero optara por una intervención rápida y directa.

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