«Nos instalamos en León por la despoblación en los pueblos»

Juan Carlos Frade se dedicó toda la vida a la fruta en la comarca de la Valduerna como vendedor ambulante. Allí adquirió la experiencia comercial que ahora debe desarrollar en León porque la despoblación y la falta de expectativas en la zona de origen en el suroeste de la provincia le obligó a tomar la determinación de cambiar las áreas rurales por la urbe. Cuestión de oportunidades. Hace ya dos años que decidió dejar su pueblo de Castrillo para montar una frutería en León. ¿La razón? La de siempre. La despoblación y la caída de las ventas.

«Cada vez había menos. Mi mujer, que es maestra, consiguió una plaza en León y decidimos venirnos a la ciudad porque en las zonas rurales la despoblación ha terminado por acabar con la demanda, es un fenómeno imparable», explica.

Su idea de negocio pasa por la calidad y los productos de la tierra. Frutería «Valle del Duerna» está situada en la calle Párroco Carmelo Rodríguez, en la zona de San Claudio. Muchos de sus productos provienen del Monte de Tabuyo y las vegas de León. «Lo importante es ofrecer una calidad-precio. Sé que es difícil, pero ya llevamos dos años». La fruta, dice, no es un negocio fácil en contra de las apreciaciones que hacen sobre este sector comercial otros analistas y comerciantes que intervienen en la cadena de distribución del producto. Del campo a la mesa, de los almacenes a las tiendas de mayoristas y minoristas como es el caso de León. «Es fácil desde fuera, pero tienes que llevar un control porque todo tiene que estar impecable», explica. En su caso, no es una frutería más. «Queremos dar calidad y confianza a nuestro cliente desde la cercanía. Ellos saben de dónde venimos y tienen claro que nosotros les ponemos productos de la tierra a la puerta de su casa», añade. Juan Carlos Frade cree, además, que León es todavía una provincia por descubrir. Y avala el traslado de los mejores productos de la tierra, variados y de diferente procedencia por la riqueza geográfica de esta tierra, a los mercados más próximos. «Tenemos los mejores productos. No lo digo yo; sólo hay que comerlos o cocinarlos. Lo dice todo el que los prueba. Lástima que León y los pueblos, sobre todo, estén como están, porque podían tener un futuro prometedor en la canalización y comercialización de todo este tipo de productos», concluye desde la experiencia que le otorga ser uno de los canalizadores de los productos de la tierra a los consumidores de la ciudad. Lo dice alguien que se gana la vida con ello.