Diario de León

El voluntariado hace único el programa de permisos penitenciarios de Cáritas

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ana gaitero | león
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Desde el año 2003, el programa de tutela externa de permisos y salidas de Cáritas Diocesanas de León ha permitido que cerca de mil internos e internas hayan disfrutado de unos 1.800 permisos ordinarios de salida en la casa de acogida.

Cada permiso pasa primero el filtro de la junta de tratamiento y el juez de vigilancia penitenciaria. Después, la trabajadora social del programa de Cáritas, Eva Gómez Viñuela, entrevista personalmente a cada candidato y candidata para conocer su situación y necesidades. Es la única persona del exterior que conoce oficialmente el motivo de su condena. Una vez aprobados los permisos se pone en marcha la maquinaria en la casa de acogida de Cáritas. A partir de este momento, el voluntariado —15 personas en la actualidad— desempeña una labor crucial. «Sin el voluntariado no se podría realizar el programa tal y como está diseñado», subraya Carmelo González Arranz, director de Cáritas Diocesanas de León.

Un voluntario recoge a las reclusas (o reclusos) el lunes en la furgoneta de Cáritas. Es su primer contacto con la vida en libertad. La mayoría hacen de guías por la ciudad, y también hay un grupo que acompaña a las personas que disfrutan el permiso durante la noche en la casa de acogida.

Lola es una de las veteranas. Está en el programa desde que se estrenó en el año 2003. Además, es la responsable del servicio de paquetería que Cáritas ofrece a los internos e internas de Villahierro.

Una de las rutinas que Lola repite con cada permiso es acompañarles al mercadillo de Colón. «Siempre vamos el martes, porque si quieren descambiar alguna cosa tienen el viernes para hacerlo», explica. El viernes regresan al penal «con las bolsas cargadas». El índice de fugas durante estos permisos es de 2-4 al año aunque ha habido dos casos que han trascendido especialmente, como el del conocido como el conocido como «bandolero de Omaña», Andrés Cañueto, y un recluso colombiano que era el protagonista de un documental. A lo largo de los ocho años ha habido dos fugas de mujeres. «¿Irme? ¿Para qué? Tendría consecuencias desagradables y estar tantos años cumpliendo para luego arriesgarte a entrar de nuevo por fugate es empezar con mal pie. Yo lo tengo bien claro», comenta una presa. Instituciones Penitenciarias ha otorgado a Cáritas de León la Medalla de Bronce al Mérito Penitenciario por este programa.

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