El alcalde de Santiago admite una deuda con Hacienda, pero niega que haya cometido fraude fiscal

El alcalde de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa (PP), ha reconocido que tiene una deuda con Hacienda, pero ha negado "rotundamente" haber cometido ningún delito fiscal, porque "siempre" ha ofrecido "la información" requerida por las autoridades. Así, ha descartado dimitir y ha asegurado que pagará "a plazos pactados" con la Agencia Tributaria.

"El delito de fraude requiere el dolo especial de ocultar y no ha sucedido, sino justo lo contrario, se puso toda la documentación relativa a la empresa Geslander en manos de la Administración Tributaria. No hay fraude", aseveró este lunes el regidor en una multitudinaria comparecencia pública que tuvo lugar pocas horas después de que hubiese recibido la notificación de la querella.

La fiscalía presentó una querella contra el alcalde de Santiago de Compostela por fraude fiscal tras una denuncia de la Agencia Tributaria por no haber pagado 291.000 euros del IVA por la venta, en el 2010, de 61 viviendas construidas por su promotora Geslander Proyectos de Edificación.

El pasado mes de marzo, antes de que la querella fuera admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago de Compostela, Conde Roa firmó un documento de conformidad en el que reconocía la deuda. Al respecto, el regidor ha apuntado en su comparecencia que esa deuda está "reconocida y firmada tras una larga inspección de unos diez meses aproximadamente".

"Una cosa es deuda, y otra fraude"

"Una cosa es la existencia de una deuda tributaria, al igual que pueden tener miles de ciudadanos españoles y ahora mucho mas teniendo en cuenta la crisis, y otra es que haya fraude, entendiendo por ello la ocultación deliberada de datos que vaya en perjuicio de la hacienda publica", argumentó el regidor.

Conde Roa, que tendrá que declarar por un supuesto delito contra la hacienda pública, se reunió unas horas antes con su equipo de Gobierno para ofrecerles explicaciones sobre el caso que trascendió el miércoles de la semana pasada. Ya por la tarde, en su comparecencia pública, defendió que "no hay fraude" porque siempre puso todos los libros de contabilidad y la información requerida sobre su sociedad a disposición de la Agencia Tributaria.

A renglón seguido, remarcó que él mismo ha estado "personalmente y a través de representantes" en contacto con Hacienda "de forma permanente". También apuntó que quiso pagar su deuda desde el primer momento y que fueron las autoridades del fisco las que le indicaron que solo podría empezar a sufragar su deuda una vez que se "finalizase el expediente".

Así, manifestó que "a ver cuánta gente hay que se ponga delante de Hacienda a pecho descubierto como José Tomás, cogiendo su tíquet y pidiendo vez", pese a ser una personalidad pública a la que conoce "desde el vigilante jurado hasta el último trabajador de la oficina".

IVA de viviendas de protección oficial

"Es una deuda reconocida que he intentado pagar y que se me dijo que no podía hacerlo hasta que finalizase el expediente", defendió Conde Roa. Dicho esto, se preguntó "qué sentido tendría" para él "ocultar el IVA" y concluyó que "ninguno".

A su entender, "no tendría sentido" esta actitud porque solo ha construido promociones de vivienda de protección oficial "sujetas a controles muy estrictos" por parte del Estado y porque, ha esgrimido, "cuando se hace una escritura pública en una notaría de la compraventa de un inmueble se le da traslado inmediato a la Agencia Tributaria".

Tras dar estas explicaciones, el alcalde insistió en que no hubo "ánimo de ocultación" en su actuación, al tiempo que proclamó que no está imputado, sino que tiene "la condición de querellado". Asimismo, ha asegurado que "nunca" se ha planteado "la posibilidad de que alguien pudiese colar, entre comillas, una deuda tributaria".

"Yo tengo muchos defectos, pero tan tonto, tan tonto, tan tonto... vamos a dejarlo a remojo", aseveró el alcalde, quien admitió que fue Hacienda "quien le requirió" el pago de la deuda, pero trasladó, aun así, su objetivo de "seguir trabajando y servir a la sociedad", puesto que no se considera un mal ejemplo.