El PSOE llama a la movilización callejera contra las reformas de Rajoy
El Gobierno se enroca en la tesis de la ‘herencia recibida’ para justificar sus recortes.
La «oposición responsable» que prometió Alfredo Pérez Rubalcaba incluye hacer llamamientos a la protesta callejera. La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, animó ayer a los ciudadanos a rebelarse contra las reformas y medidas de ajuste puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy en los últimos cuatro meses e invitó a hacerlo por todos los medios a su alcance, incluidas las «movilizaciones en la calle». «O paramos nosotros al PP en esta deriva o el PP va a parar a la sociedad», argumentó.
Los socialistas combinan en su discurso las llamadas al consenso con la crítica acerada hacia unas soluciones para la reducción del déficit que, según sostienen, no son ni mucho menos inevitables. «Priorizan sobre la base de lo que siempre han pensado y el problema es que no lo dijeron; ahora la gente tiene derecho a defenderse», insistió la número dos del partido.
Los puentes entre los dos principales partidos están a estas alturas prácticamente rotos y las comparecencias que ayer ofrecieron las lugartenientes del PP y PSOE, en vísperas del debate de totalidad de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso, fueron una buena prueba de ello.
A pesar de que, en los primeros días de la legislatura, Rajoy y Rubalcaba escenificaron un encuentro de guante blanco en el Palacio de La Moncloa tras el que se habló de un nuevo clima, las relaciones se han deteriorado a marchas forzadas en paralelo al recrudecimiento de la crisis de confianza que ha puesto de nuevo a España en el punto de mira de los mercados internacionales.
Rubalcaba no se cansa de repetir que está de acuerdo en la necesidad de ser austeros, pero reprueba las fórmulas y el ritmo elegidos para alcanzarla. Acusa a Rajoy de improvisación y falta de proyecto; lo mismo que el PP reprochaba en su día a José Luis Rodríguez Zapatero, al que el Gobierno hace ahora responsable de sus impopulares medidas.
Ya nadie recuerda en el partido gubernamental esa máxima que promulgó Mariano Rajoy durante su debate de investidura sobre que en política no cabe quejarse «de la herencia recibida a efecto de inventario». La premisa es justo la contraria.
María Dolores de Cospedal arguyó, tras una reunión del comité de dirección del PP a la que no asistió Rajoy, que el nuevo Gobierno se ha encontrado una Sanidad «en quiebra», y defendió que el único objetivo de Rajoy es «salvar a España del impago socialista en el sistema sanitario español», que el Ejecutivo cifra en 15.000 millones.
Cospedal también rechazó que, tal y como defiende la oposición, Rajoy no esté dando la cara al delegar en sus ministros el anuncio de los ajustes.